Ya está online el nuevo número de Illuminati Girl Gang, en donde colaboro con un poema que pertenece a Los estómagos (work in progress) y que forma parte, también, de mi Tríptico de Barcelona (de próxima publicación en Cityscapes). Gracias a Gabby Gabby por volver a contar conmigo para este proyecto de chicas chicas chicas. Un honor estar con todas ellas.
30 octubre 2012
28 octubre 2012
Siempre la claridad viene del cielo; y es un don... (¿Diario? de ¿Viaje?).
De manera que el sentido
de tener un cuaderno de anotaciones nunca ha sido, ni siquiera ahora,
llevar un registro factual precioso de lo que he estado haciendo o
pensando. Eso respondería a un impulso completamente distinto, a un
instinto de realidad que a veces envidio pero que no poseo. En ningún
momento he sido capaz de escribir un diario; mi estrategia para la
vida diaria vacila entre el abandono flagrante de mis obligaciones y
la simple distracción, y en las pocas ocasiones en que he intentado
registrar como Dios manda los acontecimientos de un día, me ha
sobrevenido tal aburrimiento que los resultados son en el mejor de
los casos misteriosos. ¿Qué demonios quiere decir “ir de compras,
mecanografiar artículo, cena con E, deprimida”? ¿Compras de qué?
¿Mecanografiar qué artículo? ¿Quién es E? ¿Estaba deprimida la
tal E o lo estaba yo? ¿Y a quién le importa?
Joan Didion
Barcelona-Madrid: aún
me sabe la boca a vino blanco por culpa ¿o gracias a? Laura.
Barcelona-Madrid:
leo a Joan Didion emocionada por la elasticidad gustosísima de sus
frases alargadas, breves, alargada, breves, gustosísimas como un
refresco dulce, como este sabor a vino que me borro de los labios con
un poco de café caro y malo de ese que sólo hacen en los trenes,
minúsculo, malo, pero leo a Joan Didion y todo es calma. Quiero
viajar a California. Quiero vivir en playas desiertas. Quiero
escribir un diario, pero, como ella confiesa, yo tampoco puedo.
Madrid-Atocha-Cercanías-Chamartín:
Como en el Pans -lo más parecido a un menú vegetariano-, como
junto a unas monjas que comen jamón. Valga la redundancia. Hago una
foto. Todos ríen en Instagram. Quiero irme ya.
Madrid-Zamora: Leo
a Antonio Cisneros. Nunca había leído a Cisneros. Mi colega Unai me
había hablado de él. Leo Como higuera en un campo de golf,
recientemente publicado por la nueva editorial de Barcelona
Kriller71ediciones. Me gusta Cisneros. Siesta. Me despierta mi
propio ronquido. Qué vergüenza. Ya he llegado a Zamora.
Zamora 1: Asun me
está esperando. Asun es una especie de hermana mayor que desde
aquella ciudad lejana lo ve todo, lo sabe todo, lo intuye todo y todo
lo ha leído. Me trata bien. Me da vino. Me da conversación. Me da
emoción. Me lleva a mi hotel -el Parador-. La habitación es tan
grande. ¿Acaso me merezco yo esto? ¿Acaso merezco este baño, este
vino, esta lluvia? Asun me recoge de nuevo y me presenta a sus
amigos. Todo es agradable y cercano. Luego la cena sola. Luego el
menú vegetariano muy a pesar de aquella carta llena de manjares con
nombre de animalito. Luego otra vez el vino con Asun y el helado de
queso, y acostarme muy pronto y dormir de un tirón. Echo de menos a
Ibrah en una cama tan grande. Echo de menos mi casa pequeña en una
habitación tan grande y tan fría. Me siento como una princesa al
despertar. Una princesa en medias y sujetador, que huele a jabón de
uva.
Zamora 2: Desayuno
con diamantes, no los míos, sino los de las alemanas gordas que me
observan desde la mesa de al lado. Desayuno con piña. Con una
piscina helada. Creo que he engordado en los últimos días, como ese
momento en donde la falda aprieta demasiado, es lo que tiene la
diabetes: estiro, aflojo, crezco, suave. Me he roto una bota en los
adoquines. Natalia me entrevista: digo tonterías a pesar de estar
relajada. Camino hacia la biblioteca y conozco a los bibliotecarios
más simpáticos del mundo. No sé qué ocurre. Aquí todo es
blancura y paz. Después vienen los chicos de los institutos. Hablo
durante una hora a propósito de cosas inconexas y ridículas: que sí
la depilación láser, que si los tatuadores chonis, que si quiero
ser adolescente, siempre, siempre, siempre adolescente -y en poco más
de una semana cumplo 22 años, madremíanopueser cómo
pasa el tiempo- y entonces les leo unos poemas que escribí a los 16
y que aparecen en mi primer libro, les leo poemas sobre sexo, les
hablo de Bukowski, de cosas un poco más ¿conexas?,
me hacen preguntas, nos hacemos fotos, me caen muy bien y les
envidio. El chico de la gorra, la chica rubia de la segunda fila,
Ana, Carmen, Miguel Ángel, los que no se atreven a hablar pero me
agregan a Twitter y me alegran la noche (más tarde cuando llego a
Barcelona). Termina el acto y termina Zamora con el vino blanco -y
los roscos, y el queso- que la hermana mayor, Asun, me regala, con la
lectura pendiente de Nacho Gallego, con el breve saludo a David, con
el autobús y el bocadillo de ángeles. Todo sabe bien. Todo es
blanco.
Zamora-Madrid:
Duermo durante aproximadamente dos horas y media de las tres que
ocupa el trayecto. Al fondo veo Madrid e intuyo mi antiguo barrio
entre palacios y demás. Mira, pienso, allí te enamoraste.
Madrid:
Quedo con Ibrah en la
cafetería cara del Museo Reina Sofía y nos tomamos otro vino -ya he
perdido la cuenta, creo que es el... no sé... la... y sólo estamos
a jueves-. Hablamos de sus proyectos de trabajo, de mi experiencia
con los chicos, brindamos, ahora él va vestido como un ejecutivo
extraño, se me hace extraño ese atuendo pero no está mal, tengo
ganas de que sea sábado. De que él también llegue a casa. Me
acompaña al AVE. Hasta pasado mañana. Dice.
Madrid-Barcelona:
Aquí estamos de nuevo
pero a estas hora siempre hay más señores trajeados, veo una
película realmente horrible, una de esas nuevas sobre Blancanieves,
que no tiene ni pies ni cabeza. Leo a Didion, ya me queda menos, me
da pereza acabar su libro porque quiero que ciertas cosas no terminen
nunca. Pienso en mi lista de “lo que más me ha gustado de este
2012” y posiblemente Didion esté ahí, a la cabeza, junto a
Tavares y Sinclair, no sé, ya veré, sigo leyendo pero son las diez
y media y tengo que llegar a casa, el metro huele a basura. Esto es
Barcelona.
Barcelona:
Abro el vino. Me sabe la
boca a. Tengo que acostarme pronto pero ya es tarde. Tengo que
escribir un post pero mi diario sólo guarda notas ¿inconexas?, como
aquellas que Didion anunciaba, notas que no importan a nadie. ¿Otro
vaso? El vino más delicioso del mundo. ¿Inconexas? Eso creo. Y sin
embargo -así de tonta soy- escribo.
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23 octubre 2012
Un arte imperfecto / una medicina perfecta:
Pongo la palabra diagnóstico entre comillas porque todavía no he visto ni un solo caso en que el diagnostico lleve a una cura, ni de hecho a ningún otro resultado que no sea una debilidad confirmada y por tanto impuesta.
Una demostración más de que la medicina es un arte imperfecto.
Joan Didion
22 octubre 2012
Una muerte bonica y entrañable.
La muerte puede ser
bonica y entrañable sólo en los sueños, y especialmente en
los de Maco, una joven dibujante uruguaya (Montevideo, 1987) a la que
acaba de publicar Periférica. Y digo esto porque el libro de Maco,
titulado Aloha -simpático
saludo de animalito inexpresivo- es un sueño plácido y
perfecto en donde el tiempo no corre, la muerte no mata -de ahí su
hermosura, su guadaña cortar para flores-, los fantasmas y los gatos
corretean libres y alocados por el mundo, los ratones hablan ¡aloha!,
el futuro aburre a las ranas y las mujeres estornudan educadamente.
La protagonista de Aloha
es una suerte de Alicia que no persigue a un conejo blanco, por una
vez, sino a su propio corazón, allá donde le guíe, allá,
donde se puede ser pequeño y enorme a la vez, un niño y un animal a
la vez, un pájaro y una hormiga a la vez, volando o saltando,
rompiendo las baldosas o deshaciendo todas las cama de una mansión encantada...
Mi parte preferida es ese
momento en donde la protagonista se encuentra con que alguien parecido a
la muerte (calavera que viste de negro y sostiene una guadaña) está intentando suicidarse y ella, para evitarlo, sólo le ofrece un café y una conversación pausada... descubrimos entonces que que la muerte es bonica y
entrañable porque ama el silencio y ama las flores. Descubrimos que la muerte es bonica y entrañable porque canta en el sueño de la nueva Alicia, porque canta en el sueño de Maco: esa loca dibujante uruguaya a la que todos
deberíais mirar con cariño: su trazo y su poesía son fantásticos.
19 octubre 2012
Noches azules, voces que brillan.
Insepultos, a todos enterré
a todos lloré. ¿Y a mí, quién me
llorará?
Anna Ajmátova
Qué lectura tan placentera Noches azules de Joan Didion (Literatura
Mondadori, 2012), pero no “placentera” por su contendido, que es más bien
amargo y desgarrador, sino por su forma, su narración exquisita, sus ideas brillantes,
su manera de contar algo tan íntimo y difícil de un modo aparentemente
sencillo, lejos de resultar exhibicionista, apesadumbrado o llorica.
Y hablo de Intimidad Difícil
porque lo que Noches azules nos
presenta es la historia de una vida, o mejor, de dos vidas: la de Joan Didion y
la de Quintana, su hija adoptiva, a quien la propia Didion nos presenta como un
ser enigmático, pleno, hermoso… un ser que dejó el mundo antes de lo previsto ¿pero
qué es “lo previsto”, o qué es “lo justo”, o qué es “dejar la vida antes de”,
en estos casos, qué es ver morir a una hija y por qué la vida tiene que
ponernos a prueba de esta manera, sin respetar su ciclo, sin respetar la
belleza, sin respetar el profundo cariño de Didion a su hija…?
Noches azules es un relato basado en preguntas que a menudo no
necesitan respuesta (la salud, la vejez, la identidad, el paso del tiempo, el
trabajo, la amistad, la pérdida), puesto que en ellas ya se encuentra lo preciso
para comprender el mundo: noches azules, noches de desvelo, noches iluminadas,
a medias, donde la intuición es la única guía.
Así, Joan Didion nos lleva de la
mano entre la oscuridad. Agarradla fuerte vosotros. Y leedla. Su voz es una
verdadera joya.
18 octubre 2012
Musa ammalata y una flor en el cerebro.
Nota informativa: Ya está aquí la portada de Musa ammalata (Damocle Edizioni, 2012). Pronto entrará a imprenta y pronto lo tendré en mis manos. No puedo dejar de agradecer a Pierpaolo, Ernesto, Sunshine y Viola todo el apoyo que han mostrado en este proceso.
Ojalá os guste esta portada, se supone que es mi cerebro lleno de flores extrañas. José Manuel Poveda me dice en Facebook que esa flor podría ser una rosa de China, o marpacífico, y que tiene propiedades curativas. ¿Será así? ¿De verdad? ¿Y curará por fin los males de mi musa?
Miles de gracias.
17 octubre 2012
"Emociónese así, sea poeta asao..."
Breve apunte mental: Eloy Fernández Porta está cada vez más loco. O es cada vez más -extrañamente- lúcido. O escribe cada vez más... mmm... con un acento tan extraño... pero dice #verdadescomopuños, al menos a propósito de los poetos. Bueno. Venga. Sigo. Buenas noches.
16 octubre 2012
Dar besitos a Charles Baudelaire.
El primer regalo que Ibrah me hizo (hace ya cuatro años) fue la edición de las notas y pensamientos de Charles Baudelaire que Almuzara publicó bajo el nombre de Cuaderno de notas y consejos a jóvenes escritores. Gracias a este libro descubrí algunas de las cosas que ya me habían contado en clase a propósito del poeta francés, pero que no había podido averiguar con mis propios ojos: aquellas frases -a veces terribles- sobre el dinero, el trabajo, las mujeres y el despreciable ¿o no? mundillo literario de su tiempo.
Lo que hoy leo en Dibujos y fragmentos póstumos (Sexto Piso, 2012) es un contenido parecido pero ampliado, una nueva traducción anotada, comentada y llena de los bocetos y dibujos que el autor pintaba (unas siluetas muy graciosas, la mayoría autorretratos como el que os muestro en el ejemplo que beso). Como en Cuaderno de notas...gran parte del libro está formado por el diario que él llamó Mi corazón al desnudo, que como bien expresa el título, se compone de una serie de reflexiones muy íntimas y absolutamente desnudas a propósito de todo lo que le preocupa (y especialmente sobre los temas que cité en el primer párrafo). Además de los dibujos y los fragmentos, el lector encontrará cosas curiosas: dedicatorias fallidas, reseñas inacabadas, frases sueltas, alguna cita...
Dibujos y fragmentos póstumos es un capricho perfecto para los amantes de Charles Baudelaire. Para los que también quieren besar su rostro extraño. Guardarlo avariciosamente en sus bibliotecas. O, simplemente, disfrutar de esta excelente edición.
14 octubre 2012
12 octubre 2012
Lo que yo celebro este 12 de octubre.
1. Que nos vamos al campo a celebrar el cumpleaños de Ibrah Fresy Patinete Abd¿? J. Rodríguez Mi Amor. Porque cumple 25 años el sábado. Ay. Ay.
2. Que hace 11 años que soy diabética -lo celebraré, pues, de manera insana en el cumple de Ibrah-.
3. Que en 2007 también reivindiqué mis 12 de octubre en una Carta al director de El País después de que Mariano Rajoy saliera diciendo sus cositas pedantes en un vídeo pedante sobre una hispanidad pedante.
4. Que también es el cumple de Lola Font. Que también es el cumple de mi primer poema -arriba, en el link, lo digo-.
5. Que nos vamos. Nos vamos (si el conductor se despierta, claro), nos vamos.
10 octubre 2012
09 octubre 2012
La vida es (cuarta y última parte) sueño (no, haha).
Nada. Blake Butler.
Leído.
A veces ocurre que los libros buenos te recuerdan a otros libros buenos aunque no tenga nada que ver entre ellos... salvo quizás el hecho de ser buenos, muy buenos, jodidamente gustosos y sabrosos para tu placer lector. No sé. No sé. Por este motivo adoro el libro de Blake Butler: me ha gustado tanto como otros que, al igual, disfruté tanto, a un nivel parecido, con un sentimiento igualado, a saber: El discurso vacío, de Mario Levrero (esa complicidad esa escritura cómplice y fluida y secreta y lúcida y desnuda...), Tóxica, de Françoise Sagan (libro que al momento relacioné con Islas Flotandes, de Joyce Mansour, pues en los tres libros hay una relación enfermiza entre enfermedad -perdón por esta redundancia rara- y sexualidad, mientras que las dos francesas optan por el erotismo del cuerpo enfermo, el americano reconoce su calidad de pajillero frente a un insomnio que no le deja vivir -esta parte es muy divertida y me hace pensar que aunque considero a Blake Butler de mi generación... hay una barrera enorme que nos separa, la del porno en Internet y la tierna adolescencia. Xvideos nos separa. Nunca la literatura).
Porque cuando pienso en lo bueno que es Nada de Blake Butler también me acuerdo de los ensayos que he leído recientemente y que más me han gustado: el de Siddhartha Mukjerhee sobre el cáncer y el de Lila Azam sobre Nabokov; o bien, pienso en los versos buenos de Begoña Callejón a propósito del insomnio y la enfermedad mental, o incluso en Sylvia Plath, dolida y angustiada, soñando con otros mundos... No sé. No sé. No sé (¿ya van cinco con los de antes?). Blake Butler me recuerda a todo lo que me gusta porque es distinto y a la vez igual. Su libro es frágil al tiempo que duro, monumental, intenso, pesado -pero en el buen sentido: su peso es el de la inteligencia-, y no diría que es una novela tanto como el diario de un enfermo crónico con un dolor milenario. Qué curioso. Las enfermedades crónicas son milenarias, persisten en nuestro cuerpo y en la historia, las muy cabronas. Como este insomnio que conforma y modela nuestro mundo.
He disfrutado mucho con la lectura. Hace unos meses pude leer Ever, y estoy deseando acceder al resto de sus libros. Para mí se ha convertido, junto a Dorothea Lasky y Tao Lin, en uno de los autores más importantes de su país y de su tiempo (los tres son realmente tan, tan, tan distintos). Así que leedlo, por favor. Y ojalá podáis darme la razón.
06 octubre 2012
La vida es (tercera parte) sueño (no, haha).
Nada. Blake Butler.
220 páginas leídas.
1. A los que nos encanta dormir (los que pasaríamos todo el día durmiendo pero nos obligamos a despertar de la siesta para poder leer, por ejemplo, libros como este) Blake Butler nos resultará extraño, nos dará pena, nos creará confusión. ¿Cómo es posible que pasen todas esas cosas, todas esas imaginaciones, toda esa lentitud por una cabeza a la que la noche agrede?
2. David Foster Wallace + Clarice Lispector. Un anónimo me preguntan ¿qué tienen que ver? Tienen que ver estas páginas. Ser la influencia de estas páginas. Quizá nada fuera de ellas, pero sí aquí. Blake Butler es varios yoes como Lispector es Pralini. No sabemos cómo se llama la Ángela de Butler pero sí sabemos que de noche se le aparece y conversa, huidiza, con él.
3. La palabra para definir Nada es Claustrofobia. Aunque sabemos que sí ha salido de su hogar, al lector le puede dar la impresión de que el narrador está encerrado en algún lugar terrible: su casa encantada, dijimos, de la que no existe un afuera.
4. Escribo esto y se me cierran los ojos. Miro -como puedo- el libro blanco de Butler a mi lado. La gran Z. El gran interrogante del sueño.
04 octubre 2012
Laura Rosal no está en Facebook.
Os diría lo importante que es este libro y sobre todo esta persona -que lo escribe y lo reescribe y me lo trae con el vino- para mí, pero ya lo sabéis.
Por eso prefiero copiaros aquí un poema inédito de Laura Rosal, que forma parte de la antología Sangrantes y que se publicará próximamente.
Dice así:
Cómo puedes nombrarme
palabra
Si articulas anestesia, o
acuchillas
Cómo nombrarme niña y no
elegir
Desfigurar, transmutar a
los catorce-
Perímetro-encéfalo-cardio-grafía.
Reconozco solipsismo;
infancia.
¿Si no la inteligencia a
borbotones
Al placer y al asco
Equidistante
Como grifos abiertos
Como piernas
Tijeras inocentes coletas
rodillas?
Consagro lo que nadie o lo
que todos:
Que la sangre ni duele ni
sangra.
Reconoce una vez correr al
baño a recortarse
Las venas como un bosque
sin recuerdo.
Reconoce bajo tierra, o
bajo tierra
O subterfugio, o elocuencia
De estar dotada bajo tierra
melodía
Y ni la sangre, ni la
retórica,
Ni la elocuencia.
Y siempre niña, y siempre
y siempre.
Laura Rosal
03 octubre 2012
La vida es (segunda parte) sueño (no, haha).
A la luz de las nuevas averiguaciones que obtenemos del estudio de enfermos, descubrimos la existencia de células que pasan desapercibidas al ojo humano. Le damos nombres a esas células. Han estado aquí desde siempre, provocándonos afecciones. La gente muere ahora por motivos a los que nos sentimos más capacitados de poner cara; utilizamos sus muertes para constatar la creciente duración de nuestras vidas. Aprendemos a operar, cirugía, abrimos la carne. Inventamos el teléfono, la máquina de escribir, el helado, el bádminton, y como nos parece insuficiente, creamos más cosas.
Blake Butler,
página 101, a propósito del insomnio en el s.XIX
Nada. Blake Butler.
90 páginas leídas.
Estoy realizando un experimento. Hoy no he dormido bien. Hoy tengo sueño. Leo a Blake Butler con sueño ¿es eso un insulto a su libro? ¿Un desafío? ¿Leer con sueño un libro sobre el insomnio? Lo leo antes de la siesta, antes de acostarme, en el autobús, de camino al trabajo. Tengo sueño pero el maldito libro es tan bestia que consigue mantener mis ojos abiertos. Mi cerebro enamorado.
Nada. Blake Butler.
125 páginas leídas.
Un libro que se parece a otos libros. Un libro que podría haber escrito David Foster Wallace si David Foster Wallace se llamara Blake Butler y hubiera nacido en 1979 y padeciera insomnio, pero, ey, ahí está La persona deprimida, y esa manera de recitar medicamentos uno detrás de otro uno detrás de otro uno detrás de otro porque Blake Butler es David Foster Wallace con una redacción, quizá, un léxico, quizá, un alma, quizá, mucho más accesible.
Pero es que Butler también se parece a Clarice Lispector, y aquí es donde uno piensa ¿DFW y Lispector en la misma frase? Sí. Y en el mismo libro.
Entre la página 90, más o menos, y la página 125 el relato de Butler no es otro que el relato del mundo. Al igual que en El emperador de todos los males el oncólogo Siddhartha Mukherjee nos realizaba una rigurosa biografía del cáncer -hermanándolo con otras enfermedades- aquí BB redacta otra rigurosa biografía, la del insomnio, y lo hace de una manera tan exquisita, tan crítica, con tanta fuerza. BB pega buenas patadas. BB se vuelve cada vez más cerdo, menos correcto, más excitante:
como aquel que se desespera al no conciliar el sueño
como aquel que se desespera.
Y ahora tengo que cerrar el libro.
Mañana, o pasado, más.
02 octubre 2012
De ornitólogos y poetas.
(Collage tomado del Instagram de Jenn Díaz)
a) Por mucho que lo diga bien fuerte "Odio al pájaro", el muy puñetero bicho siempre acaba volviendo a mí. Constantemente. Constantemente. Y es que el pájaro (por mucho que ya lo haya dicho, o bien, me da absolutamente igual repetirme) ha dejado de ser un animal (¿lo fue algún día?), quizá por el hecho de volar, quizá porque para nosotros es un mero juguete, quizá porque el pájaro siempre ha sido y será la mascota del poeta: albatros (Charles Baudelaire), cuervo (Edgar Allan Poe), mirlo (Roger Wolf), bluebird in my heart (Charles Bukowski), flamingo (Xóchil A. Schutz), azor (Ted Hughes), gorrión (Catulo), thunderbird (Dorothea Lasky), palomas mil (Maite Dono), sus jaulas (Alejandra Pizarnik), no sé, infinito, infinito, infinito...
b) Mirad, precisamente, mi versión para iPhone de un poema de Bukowski. (Lo siento).
c) Y hablo de todo esto porque como decía el bicho siempre acaba regresando. Esta vez en forma de antología. O de antologías. O de homenaje a la antología y a las antologías y a las alas antológicas. Quiero decir: hace muy poco, paseando por La Central de El Raval me topé con The poetry of birds, publicado en 2011 por Penguin, un libro que reúne a los mejores pájaros, que diga, poetas de la historia de la literatura, y sus poemas a propósito de este objeto/animal predilecto para ellos/nosotros. La portada es bellísima. El contenido lo parecía. Ha de serlo. -No sé, no pude comparlo, pero algún día será mío.
d) En España se acaban de publicar otras dos antologías, una titulada Las hijas del pájaro de fuego (de la que ya os hablé aquí) y otra Cuaderno de vuelo (que salió ayer a la luz). Ambas están formadas principalmente por mujeres y ambas me parecieron preciosas. De la primera destaco a Olga Novo, Maite Dono o Sandra Martínez. De la segunda me quedo indudablemente con un poema, el de Berta García Faet. En las dos echo de menos a Laura Rosal. En la primera me faltaba Layla Martínez -pájara sangrienta-. De la segunda aborrezco algunas voces epigonales, demasiado parecidas entre sí. De la primera celebro que sea en papel. De la segunda celebro que sea digital -su difusión será máxima-. De la primera no me convence la portada. De la segunda me enamora, y mucho, esa colección de ilustraciones (al principio del post podéis ver un ejemplo). Pero sea como sea, os invito a leer las dos. Os invito a seguir buscando pájaros por todas partes. Esos que tanto odio. Esos que tanto deseo. (
e) (Porque mirad, con esta ya son 125 etiquetas pájaras en este blog, una de las más pobladas desde 2006). Ah. Y no quiero olvidarme de este proyecto digital de la genial María Ramos.
f) He pedido a Berta García Faet ESE poema del que os hablaba para poder publicarlo aquí. Y con este enorme texto cierro el post. Porque yo no soy ornitóloga, y posiblemente tampoco sea poeta, pero quiero pensar que estoy en lo cierto por una vez: que este texto es de lo más certero que se ha escrito en mucho tiempo a propósito del odiado y amado animal. Ahí va:
TRECE TESIS PARA LA MEJOR
COMPRENSIÓN DE LOS PÁJAROS
1. El mundo es la suma de hechos y pájaros.
2. Toda proposición tiene una forma (o sintaxis: el perfil de un jilguero
siberiano) y un contenido (o semántica: el vientre de un jilguero siberiano).
2.1.
El contenido de un vaso de leche, que podría ser un cuerpo humano que emite
canciones sobre pájaros, es la letra de las canciones que cantan los pájaros.
2.2.
La forma depende de la forma del vuelo.
2.2.1. Supongamos que pensar es volar y viceversa. Entonces, la forma depende
de las categorías mentales o, en otras palabras, de la estructura sin palabras
del pensamiento y del vuelo.
2.1.1.1. Las niñas sordomudas se visten de palabras o, en las palabras, de
colores. Manejan delicadamente estas estructuras, con palabras.
2.1.1.2. Estructura y categoría son sinónimos de piel.
2.1.2. Una palabra es una gota de lluvia.
2.1.2.1. Las gotas de lluvia −que son palabras− se precipitan diagonalmente
sobre los objetos –reales, imaginarios, híbridos o azules−. Su existencia
comienza, no en el cielo (tesis platónica) ni en el objeto real o imaginario
(tesis platónica), sino en la tierna cabeza rapada de un bebé.
2.1.2.2. Toda palabra o proposición metafísica o, incluso, de vocación
ontológica, es una palabra o una proposición que está de más.
2.1.2.2.1. Estar de más duele.
2.1.2.3. Todo lenguaje es lengua franca.
2.1.2.3.1. Todo tanteo es tanteo a ciegas.
3. En todos los poemas sale un pájaro.
3.1.
En todos los poemas, o bien sale un pájaro, o bien se sugiere la
presencia de un pájaro, que está más allá del punto de fuga de la imagen
(siempre hay una imagen de un cisne agazapado) y del marco barroco del poema
(todo poema, normalmente, trata sobre lirios). Esta insinuación, a veces, es erótica;
a veces, es duda existencial.
3.2.
Si detenemos el video del pájaro que pía en el segundo treinta y dos,
justo cuando el pico está totalmente abierto, reconoceremos en su pico
totalmente abierto un trapecio trisolátero.
4. Un milagro es un hecho no explicable por las leyes naturales.
4.1.
Las leyes naturales, que permiten que con fibras vegetales, tela de
araña y saliva de colibrí se fabrique un nido de colibrí, son un milagro.
4.1.1. Las leyes naturales no están en el mundo, sino en las categorías
mentales desde las que miramos el mundo. Pero es un milagro que todo, tal vez,
se sostenga.
4.1.2. Categoría y estructura son sinónimos de ojo.
4.1.3. El ojo no está cubierto por la gasa.
4.1.3.1. El ojo es la gasa.
4.1.4. El mundo se mira de dos maneras: o bien panorámicamente, desde
el lomo de un pájaro, o bien íntimamente, desde el regazo de un pájaro.
4.2. Todas las preposiciones son mentira.
4.1.2. Todas las conjunciones adversativas son una exageración ruin.
4.2.
Coincidir es un milagro.
4.2.1. El amor es coincidir.
4.2.1.1. Yo, que podría haber sido un dinosaurio terópodo, hace cien millones
de años antes de Jesucristo, por ejemplo una hembra eoraptor, o una golondrina común, emparentada remotamente con el
dinosaurio terópodo, o un esclavo negro que muere de asfixia en un barco inglés
dieciochesco, acurrucado como una golondrina, o una flor feliz en algún campo
pálido de agotamiento en Castilla, tierra de esclavos de la tierra, o la madre
de Adolf Hitler, que cultivaba flores, o una cría de tortuga que, en su
aventura desde la arena hasta la orilla, es secuestrada por una garza
hambrienta como Hitler, yo, que podría haber sido un árbol, un bisonte, una
medusa, un ferrocarril, soy yo, aquí, ahora, y te acaricio el pelo con los
labios.
5.
El miedo a la muerte es un cuervo.
5.1.
El miedo a la muerte deriva de haber sido feliz.
5.2.
La felicidad es un pájaro a la deriva.
5.3.
Un cuervo es una mota de sombra.
6.
La aliteración es el ruido de pensar y
volar.
7. Los hombres que nacen sin cristalino son los hombres más guapos del
mundo.
7.1. La tórtola apuñalada no es una víctima, es un tipo de tórtola. La
bípeda romántica de rizos apretados, si se coge de la mano del señor adorado,
no es una víctima, es un tipo de tórtola.
8. Nuestro deseo de copos de nieve y de trozos de tarta salvajemente
cortados no tiene límite ni textura.
9. Cuando enfermé, adelgacé veinticinco gorriones.
9.1. Ser reducida a un muslo o a un idioma duele.
9.1.1. Los pájaros no tienen ni género ni nación.
9.1.2. Una niña sordomuda que no tiene nación, a la que un profesor insulta
esparciendo sobre sus mejillas la palabra pájaro en género femenino, es una
niña que escribirá dos o tres poemas.
9.1.3. Todo poema proviene de un insulto.
9.1.4. Sugar Kane Kowalczyk es un pájaro enjaulado. La actriz que
interpreta a Sugar Kane Kowalczyk pertenece a una misteriosa especie de pájaros
enjaulados que imitan a los dígitos de las operaciones financieras.
9.1.4.1. Nadie conoce a la actriz que interpreta a Sugar Kane Kowalczyk.
9.1.4.1.1. Nadie conoce a nadie en verdad: con ecuanimidad y exactitud,
como Gustave Flaubert conoció a su hija, Enma Bovary, hace algún tiempo, nadie
conoce a nadie en verdad.
10. El mirlo era blanco hasta que hallé un mirlo.
10.1. El sustantivo no es un resumen, ergo, no se llega a él por inducción. El sustantivo es una canción (sobre
pájaros o sobre estrellas fugaces) y proviene del sueño.
11. El sentido de una proposición es su acuerdo o desacuerdo
con las posibilidades de existencia e inexistencia de los pájaros.
11.1. Sin embargo, toda proposición
corre el riesgo de no conservar su sentido, si se dice demasiadas veces.
11.2. No obstante, decir poco duele.
11.2.1. La contradicción es el tejido nórdico
y precolombino de la vida.
11.3. Agbogbloshie, barrio de la ciudad de Acra, capital de Ghana, es
el vertedero de la basura electrónica proveniente de Norteamérica y Europa.
Inmensos pájaros sobrevuelan las cordilleras de basura. Inmensos pájaros,
envueltos en inmensas nubes de veneno transparente, sobrevuelan las siluetas de
las personas que rebuscan canciones y pájaros en las cordilleras de basura, en
las aristas del río Densu.
11.4. Un ramillete de cobre y cables no es un ramillete de rosas.
11.4.1. La voluntad de ser bueno es un águila extremadamente pequeña.
12. La biografía pesa veinticinco gorriones, pero el pensamiento de
ausencia –de biografía o de amante− pesa un millón de gorriones.
12. 1. Visualizar el pellizco es escribir un poema.
12.2. El helado derretido que se seca en el suelo adopta la forma de
un animal muerto (cualquier animal muerto menos un pájaro). Y cuando anochece,
he visto que se mueve.
12.3. El papel higiénico empapado de vino no remite a los poemas de
Omar Jayyam: remite al dolor de transformarme en pájaro.
12.4. El poema no termina nunca.
12.4.1. El poema no termina nunca porque ninguna palabra o proposición
puede agotar la referencia.
12.4.2. Cuando se trata de apresar la eternidad del instante (la
acrobacia del pájaro que no termina nunca), la música es un medio superior,
pues no vierte en el mundo categorías o estructuras que éste no posee cuando no
es observado, por las niñas sordomudas o, tal vez, por los pájaros.
12.5. Todos tenemos frío.
13. Tú, por favor, no me trocees por no caerte.
(Berta García Faet)
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01 octubre 2012
La vida es (primera parte) sueño (no, haha).
en cada uno de nosotros persiste el "yo": mecanismo alojado en el centro de la carne.
Blake Butler
Lectura en proceso (65 de 360 pags.): NADA, de Blake Butler -uno de los grandes, recuerden, sí- (Alpha Decay, 2012): La vida no es sueño. Para nada. La vida no tiene nada que ver con el sueño ni los sueños son sueños en la casa de Blake Butler. No: aquí los pasillos son largos, están llenos de monstruos, los pasillos largos que dan miedo e incomodan. La casa es un agujero, no un sueño; dormir es un agujero que pesa, no un sueño. La vida no es sueño pero el cansancio se combate con las palabras. Blake Butler, nuestro querido insomne, viaja por las grietas de una mansión encantada. ¿La de David Foster Wallace? Quizá -a él le dedica esta novela-. ¿La de John Barth? Bienvenidos al psicoanálisis de la casa. La casa está llena, la casa está vacía, la casa se escribe a sí misma porque nosotros somos la casa. De momento él nos deja entrar y todo huele a polvo -no sé cómo huele el polvo, pero mira, esto pica en la nariz-. Los sueños, que no son sueños. El yo, que ¿sólo? es el yo.
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