Ha sido una verdadera sorpresa el número dieciséis de El coloquio de los perros, jamás Canumfora me había hecho tanto sonreír al encontrar poemas tan inesperados como deslumbrantes. Este nuevo número lleva entre sus autores a una de mis personas favoritas, la ciudadana del mundo Naira Perdu, que desde un bosque casi tormentoso nos trae poesía en un idioma oculto. Silencio, silencio, nos pide, dando paso a otros autores como Antonio García Fernández, mientras arde, Raúl Quinto, desde un ángulo oscuro, y el cada vez más sorprendente Paco Luis García Cuenca, que me ha dejado con los ojos en las manos, o las manos en los ojos, o los ojos enterrados detrás de su ladrido.
Naira Perdu y yo hemos hablado de ladridos, los que Duna emitía cuando mi sombra extraña entraba a su casa. Naira y yo hemos hablado de muñecas, de canciones, de perfumes y cuadernos. Pero entre ladrido y ladrido nos cupo la poesía, hay un autor, Luna, Alexis Díaz Pimienta, que siempre me ha llamado mucho la atención, me decía, ah sí, tengo libros suyos en casa, cuando quieras te los dejo, contestaba. Y ahora no consigo recordar si alguna vez cumplí la promesa a Naira de prestarle alguno de estos libros, pero de nuevo, la magia y coincidencia no sólo del Coloquio de los perros (de Juan de Dios García y Ángel Manuel Gómez Espada) sino también de la poesía, han querido que Naira y Alexis compartan un espacio al que desde hace tiempo estaban predestinados.
Felicito a Naira y al Coloquio, y al resto de colaboraciones fosforescentes, que han hecho de esta tarde de sábado lluvioso, una de las más especiales de toda mi lejana estancia en Niza.
www.elcoloquiodelosperros.net
(Foto: Naira, Xío y Luna, hace mucho, mucho, mucho tiempo)