Estoy leyendo Renacida, el primer volumen de los diarios de Susan Sontag editados por su hijo David Rieff y publicados en España por Literatura Mondadori. He seleccionado algunos fragmentos de las primeras páginas que me han "enamorado" especialmente quizá porque me siento identificada con algunos de los momentos que describe de su adolescencia, de sus primeras lecturas, su admiración a Dostoievsky y a los poetas europeos o su pequeño asco hacia Demian, -ese libro que yo odio y amo y ella odia y ama al mismo tiempo-. Aunque este año estoy bien servida de autobiografías y memorias, ayer lo dije en la presentación de Alma de Javier Moreno en Tipos Infames (Alvy Singer y sus Padres ausentes. Lolita Boch y su Ahora escribo. Julio Fuertes y La legendaria rebelión de los fumadores. Carlos Pardo y Vida de Pablo. Mercedes Cebrián y La nueva taxidermia. Patricio Pron y su El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia. O el propio Javier Moreno y Alma. 2011: escritores taxidermistas de su alma, felicidad y el Yo a ultranza). Decía: aunque este año haya leído demasiadas autobiografías y memorias, hacía mucho que no leía un diario de un escritor. En los ejemplos anteriores es el propio autor el que se aventura a contarnos su vida o sus secretos, en el caso de Sontag es su hijo el que recopila fragmentos de su vida con el riesgo y con la pregunta de ¿estaría ella de acuerdo en editarlos? En cualquier caso, leer la adolescencia de una mujer a la que admiro como es Susan Sontag me ha servido para recordar ciertas cosas y ciertos sentimientos que en los últimos meses había olvidado (el trabajo, la Universidad, la precariedad, el dolor). Parece que cuando uno es "adulto" siente el dolor de manera distinta a cuando es más joven. Sontag me ayuda a Renacer: a clasificar y ordenar mis males, mis deseos, mis lecturas, mis ganas de devorar sexos, páginas y tardes apacibles de música y calor. Feliz verano. Feliz renacimiento. Feliz palabra. Continuamos:
Y ¿qué es ser joven en años y de repente ser despertada a la angustia, al apremio de la vida?
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¿Cómo puedo ayudarme, volverme cruel?
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Después de escribir esta última frase, la leo de nuevo y pienso en borrarla. Sin embargo, debo dejarla tal cual. Es inútil para mí consignar solo las partes de mi existencia que me satisfacen. (¡Son tan pocas de todos modos!)
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¿Qué, me pregunto, me conduce al desorden? ¿Cómo puedo diagnosticarme a mí misma?
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He leído la mayor parte de Los hermanos Karamazov y de pronto me siento sumamente impura.
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¿Y qué soy ahora mientras escribo esto? Nada menos que una persona distinta.
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Sé lo que quiero hacer con mi vida, todo esto es muy sencillo, pero en el pasado me era muy difícil saberlo. Quiero acostarme con muchas personas. Quiero vivir, aborrezco la muerte.
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Estoy viva... Soy hermosa... ¿hay algo más?
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Lema: "Wolle die Wandlug"- Rilke. (Desea todo cambio).
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Así, en otra reflexión me descubro extranjera.
Ich bin allein. Estoy sola.
Susan Sontag