Caminábamos, caminábamos en la noche sintiendo el olor aún
de la canción. Habíamos ladrado con un micrófono los camiones hacían ruido pero
eran tiernos. David quiso la muerte de México y Jesús confesó al público que ya
no hay espacio para hacer comparaciones con el amor. Aquí estamos reunidos los
enfermos, los que hoy tenemos júbilo, los que brindamos la delgadez de Sonrics
la belleza de Xel-Ha, la diminuta pero intensa juventud de Rangel. Mira,
estamos Aleida y César tomándonos unas cervecitas, cotilleando en el hotel,
pensando en la belleza de Alonso. No manches, Luna, no manches. Que toca
despertar del sueño y el trabajo se acumula en la computadora y quieres
escribir sobre los terroristas que llaman terroristas a los poetas pero en realidad son
ellos los terroristas, cabrones terroristas. Caminábamos, mira. Caminábamos
después de que Pablo nos cantara unas canciones y mira, mira cómo os estoy
amando esta noche mientras me quedo dormida en un sofá de Zapopan. Me reconozco
en el acento de Alex, me reconozco en nuestros países no tan lejanos. Que once
horas no son nada comparadas con las once vidas que querría vivir para estar a
vuestro lado. Caminábamos por una calle infinita. Allí eran las tantas y en mi
país todo amanecía. Caminábamos y yo imaginaba a mis gatos relamiéndose, a mi
marido tecleando con fuerza, a mis poemas sobre la maternidad burlándose de mí
en una carpeta de Dropbox. Mira, aún no soy mamá pero me siento la mamá de todo
esto. Abrazo a Aleida y abrazo a Alex y abrazo a Jesús que me presta su
chaqueta para el frío extraño de Jalisco. Creo que me he enamorado de las
estrellas, de la contaminación, y de esta salsa picante que me consume el
estómago y me achina los ojitos. Quiero estar aquí, quiero quedarme aquí,
quiero largarme de esta carretera oscura porque no tengo miedo pero tengo
vergüenza. A veces pienso que mi hora termina y que no puedo seguir jugando a
ser joven poeta, qué tonto pensamiento eh, qué tonto. No manches, Luna, no
manches. Empieza a sangrarme el dedo y ensucio el poema que alguien me ha
regalado esta noche. Estamos felices, pienso, pero miro a mi
alrededor y me pregunto cuántos de nosotros habremos intentado alguna vez
suicidarnos. Pero miro alrededor y también me digo que ninguno vamos a morir,
ninguno, sin haber cumplido al menos uno, dos, tres, cuatro, cinco, mil millones de sueños. Me
pongo la máscara de Dante, desnuda en el hotel, bailo en bragas negras frente
al espejo y me creo de Tijuana. Tengo el pelo azul. Estoy cansada. Creo que mi
marido ya se ha despertado al otro lado del charco y le pido que me entretenga
que me ayude a superar el Jet Lag, que no puedo dormir porque estoy leyendo un
poema demasiado bueno y porque sólo me he tomado tres cervezas. No sé. No sé.
Caminábamos y pensaba en mis bebés, y pensaba en mi trabajo, y pensaba en mi
vida, y pensaba en mil novecientos noventa, y pensaba en mi carrera, y pensaba
en mi madre, y pensaba en todos vosotros, y pensaba en que por qué habría
dejado de fumar y pensaba en que quiero que mi matrimonio sea siempre tan
entrañable como el de Ricardo Limassol bailando con su esposa una canción de fiesta en
mitad del Primer Piso. Debo tener el corazón muy pequeño porque a veces
siento que explotará con todo lo que guardo dentro. Caminábamos y me dolían los
tobillos. Y aunque hoy, ahora, me siento vieja: tiemblo de sólo pensar cuánto y cuánto queda por delante. Que es mucho. Que es mucho. Que es mucho y huele a color violeta.
7 comentarios:
Buff! Menudo bloque de hormigón de texto (lo he leído entero, lo prometo). A diferencia de otros textos tuyos éste me ha resultado fácil de entender (no sé si eso es bueno o malo).
madre mía..eres impresionante escribiendo,imaginando,vibrando.. quiero volver a ser joven,empezar desde lo más básico,y crecer en poesía.
La gente como tú nunca va a dejar de ser joven, ni a dejar de morir.
<3
Genial.
<3
"Debo tener el corazón muy pequeño porque a veces siento que explotará con todo lo que guardo dentro".
Me gusta esta frase.
yo también lo debo tener pequeño,
algo realmente minúsculo
Publicar un comentario