Kendra Yee
El pasado enero publiqué en este mismo blog un artículo a
propósito de lo que estaba ocurriendo en España con el florecimiento en
Internet de la poesía joven. Conté brevemente que había una clara
regeneración de las letras, propiciada por la red y por proyectos en papel que
surgieron de ella. El escritor estadounidense Jacob Steinberg fue el primero en
bautizar a esta nueva ola (especialmente en Argentina) como poesía
posnoventista, un término que no englobaría otra cosa que a autores nacidos a
finales de los 80 y principios de los 90, que han sabido crear sus propias
comunidades, ajenas a las de las grandes editoriales. Más allá de los ejemplos
anglosajones que ya conocemos y que dieron lugar a la proliferación del término
Alt Lit (Illuminati Girl Gang, Alt Lit Gossip, CCM Press, The Scrambler, Pop
Serial, HTML Giant, New Wave Vomit, etc) en
España también tenemos varias plataformas y fanzines que han servido para la
difusión de todos estos autores, desde Tenían veinte años y estaban locos, hasta Sangrantes, Ciudades
Esqueleto, Mil novecientos violeta (basado en un verso de David Meza), Palpitatio Lauri o las antologías de La Bella Varsovia.
Algo
estaba pasando. Algo está pasando. Algo va a pasar, nos decimos cada vez que encontramos ante nuestros ojos todo
este movimiento y todo ese jaleo poético. Lo que me llamó la atención, sin
embargo, después de releer varias veces la selección de poetas de La poesía
posnoventista española en 15 voces fue la
completa desvinculación estilística con aquello que al otro lado del charco
estaban haciendo estos norteamericanos locos de los que tanto me gusta hablar.
Por este motivo, después de escribir para PlayGround el artículo Internet,
amor y vísceras: el futuro de la literatura está en Canadá, y después de
leer en el blog de Marina L. Ruidoms un interesante post a
propósito de las nuevas letras suecas y su relación con la Alt Lit, se me
vino a la cabeza la duda, y también la idea de emprender una pequeña búsqueda
de lo que esta nueva ola ha podido dar a las letras en español, no sólo en
nuestro país, sino también (y sobre todo) en Latinoamérica.
Un breve
repaso: en Argentina tenemos las editoriales
Triana y Dakota, que han publicado libros de Sam Pink, Tao Lin y Megan Boyle.
También, desde hace tan solo un mes, tenemos a Interzona, con Lolita Copacabana
y Hernán Vanoli a la cabeza, editores de la primera antología de narrativa
joven norteamericana de estas características. En 2013 en España publicamos
VOMIT, también la primera antología de poesía norteamericana en edición
bilingüe, y cómo no aquí también contamos con el genial trabajo de Alpha Decay,
editorial sin la que el lector español no habría podido llegar a Tao Lin, Blake
Butler o Sheila Heti. Además aquí contamos con la generosidad de buenos
blogueros y traductores, como Montse Meneses, María Ramos o José María Martínez
que nos traen traducidos algunos poemas esenciales de todo lo que ocurre allá.
De nuevo en el otro lado del océano, la difusión de Ignacio Molina en Disorder
(Chile) ha sido esencial. Por no hablar de Ana Carrete, un nexo entre México y
EEUU, o de Didier Andrés Castro, y su blog La polifonía de la nada, o de
todas las cosas que me dejo en el tintero, porque son muchas, y cada día van a
más.
Entonces,
¿quiénes podrían ser las voces de la Alt Lit en Español? Cuando me hago esta pregunta se me ocurren algunos nombres como
los de Cecilia Pavón (Argentina), Ricardo Limassol (México), Carlos Colmenares
Gil (Venezuela) o el propio Didier Andrés Castro (Colombia), cuya literatura
guarda un humor, una precisión, una brevedad, una intensidad y un delirio
parecido al de algunos autores norteamericanos actuales. Sin embargo, me
parecen autores con identidad propia, que han crecido, escrito y desarrollado
sus obras más allá del fenómeno, aunque después es más que probable (y un
absoluto hecho en algunos casos) que hayan participado de él traduciendo,
leyendo o escribiendo a propósito. Por este motivo, he preferido seleccionar
tres voces nuevas, en cuyas formaciones literarias sí que intuyo un
empapamiento brutal de la literatura alternativa estadounidense. También
adictos a Internet. También presentes en las redes, bilingües, adictos del
share, de lo confesional, de lo generacional y de lo que va más allá de su
propio idioma. También post-1990. También pequeños héroes a los que desde aquí
expreso mi admiración y mis ganas de seguir descubriéndoles. Porque no hay
fronteras. Porque como dicen los sabios: Poetry Will Be Made By All!
1. Kevin
Castro (Perú, 1993)
Activista en
la genial C.A.C.A. Editores, donde publicó su primer libro de poemas Los
tiempos jurásicos cuya portada, precisamente, es una ilustración de un
dinosaurio puesto de MDMA diseñada por Tao Lin. Kevin ha participado desde
jovencísimo en antologías y revistas nacionales e internacionales. Su obra se
puede leer online aquí, porque también ha sido publicada por la LUMA Foundation,
en el proyecto de 1000 libros de 1000 poetas. Divertido, crítico, lleno de
referencias pop, inteligente, amable… y paradme, porque sólo puedo decir cosas
buenas de él.
2. Caterina
Scicchitano (Argentina, 1992)
Se define como
mitad judía, mitad celíaca. Escribe en inglés y en español y tiene un Tumblr en el que narra sus
más íntimas confesiones de una manera delirante, pero también delicada. Verso,
prosa, entradas de diario. “Tengo ganas de arruinarlo todo”, dice a veces. O
bien: me veo como un chico inseguro por la calle pero adentro de mi casa y
subiendo cosas a internet. me veo como un chico inseguro por la calle pero adentro
de mi casa y subiendo cosas a internet. podría conquistar la unión soviética algo
así, me siento eufórica en un nivel controlable.
Si Gabby Bess o Megan Boyle hablaran castellano, lo más seguro es que se
entendieran a la perfección con Caterina. Estoy más que enganchada a todo lo
que nos cuenta.
3. Óscar
García Sierra (España, 1994)
Bien. Lo
cierto es que podría deciros que todo este texto y parte de esta búsqueda
vienen inspirados por Óscar. Un joven al que conocí en Madrid durante las
jornadas Literatura Alternativa o Alternativas a la Literatura de La Casa
Encendida. Óscar empezó a sentirse más interesado por la literatura después de
leer a Tao Lin y a Ben Brooks, y de comenzar a conocer a todos los autores de
la Alt Lit a través de Tumblr. De hecho, en el suyo podemos encontrar
traducciones propias, y muchas otras cosas interesantes. Hoy Óscar García
Sierra ha publicado un poema en Tenían veinte años y estaban locos, el cual os
animo a leer
aquí. Yo estoy enamorada de él, y espero que también os guste.
*
Seguiré
leyendo, investigando e informando. De momento,
quisiera cerrar este extenso post con un poema de Kevin Castro, titulado Verde. Con sus lágrimas (de emoción) me despido:
i
dreamt that my best friend was a piece of
asparagus.
Ellen
Kennedy y Tao Lin
tengo
amigos y amigas que son árboles. converso con ellos a través de un teléfono
casero hecho de dos vasos de plástico y pabilo. les digo cosas como ‘y así fue
como pude abrir aquella lata de atún sin usar ningún objeto punzocortante’.
ellos dicen ‘ah’ y yo digo ‘sí’. me gusta orinar en mis amigos y amigas árboles
cuando mi vejiga se hincha como un pez globo gigante pero a ellos no les gusta
y entonces nos enemistamos por varias semanas. en esas semanas mi casa se llena
de telarañas inmensas y pegajosas y yo escribo poemas horribles / me siento
solo a morderme los dedos / luego voy al bosque y talo a uno de mis amigos y lo
corto en pedazos y extraigo cuidadosamente la savia en un frasco de vidrio y
meto dentro mis poemas. eso es todo. a veces pienso en la soledad como un
pájaro mecánico parado sobre una rama que en realidad es el cuerno de una vaca
pirotécnica que corre. a veces pienso en incendiarlo todo y recomenzar mi vida en
irán. viviré en un lugar desértico alejado de árboles. no me gustan los
árboles. en realidad yo soy un árbol que crece hacia abajo y mi cabeza está
mirando hacia el centro de la tierra y en el centro de la tierra no hay nada
salvo tristeza y la tristeza es un árbol gigante y sin hojas que canta con la
voz de janis joplin. descubrí que la tristeza no tiene ojos y lloré. mis
lágrimas eran verdes.
(Kevin
Castro)
8 comentarios:
Muy emocionante, Luna.
No encuentro nada en ésto que rebase la influencia de Kerouac que contiene.
Volvemos al "No hay nada Nuevo bajo el sol. Lo que cambia es el estilo."
Enhorabuena por esta cadena de post sobre la Alt Lit y el posnoventismo. Por cierto, ¿Sabrías recomendarme poetas españoles que vivan en el extranjero? Yo soy una de ellas y me interesa ese tema, y desde hace poco ando indagando por la blogosfera. Mil gracias, y un abrazo
(Agustí Rocamora): Si no hay vinculación artística entre unos y otros, mejor. Una generación consiste en voces discordantes, más que en un coro. Y por supuesto, está pasando. Solo nos damos cuenta de lo sucedido cuando ha dejado de suceder, en cualquier campo artístico. Mejor así, vivir, más que recolectar vivencias. Está todo por hacer. Y no estoy de acuerdo en absoluto con lo de "nada nuevo bajo el sol." Puede que seamos los mismos seres humanos desde Homero, pero las circunstancias cambian, y nosotros con ellas. Aprovechemos eso.
gracias por las recomendaciones! (:
Estás muy graciosa pero cuidado con esos colgajos que te cuelgan al sonreír con lo joven que eres aún.
El posnoventismo es un invento inexistente. No existe. Con el mismo nivel filológico que tus prólogos, que están hechos sin ninguna formación o información sobre los autores.
Miserable Anónimo cobarde, mal rayo te parta.
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