01 junio 2014

El arrecife de las sirenas (II): lo que escribí y lo que pensé entre el 6 y el 31 de mayo del maldito 2014.



I
El sonido del mar es una idea, a veces buena, a veces envenenada, pero una idea. Rezo a las olas arrítmicas, a las sirenas mentirosas de colas alargadas. Huelen a pescado. Huelen a caña y a arena. Son ideas que los hombres inventan. Son todo lo que temo del mar.

II
Pero tú no serás sirena. Tú serás absolutamente femenina. Lo sabes porque has colocado un espejo a la altura de tus genitales. No te maquillarás. No peinarás tu cabello. Mirarás con admiración eso que apesta. Eso que tan pocas veces comprendes.

Y entonces lo dices: “a veces no entiendo por qué el gato está vivo y tú no.
El gato me araña.
El gato me da disgustos.
Yo quería salvarlo y sólo me daña.
Tú no.
Me duelen las cicatrices.
Tú dónde.”

III
Escribes. Páginas demasiado grandes para ideas que a menudo deseo esconder. Páginas para un canto que nace en mí. ¿Por qué nace el vello y no la leche? ¿Por qué sangro continuamente mas no soy capaz de alimentar? Háblame.

IV
Regreso al hogar de Papá. Qué pesadillas tendré. Cómo puedo quereros tanto.

V
Hemos ido a Cartago. Playa de la Gaviera. La leyenda dice que las sirenas mienten, pero eso también es mentira. ¿A quién creer? ¿Al hombre sucio o al mito pescado?

Letizia, tú que tienes la piel de colores y palpitas como quien bebe mate antes de ir a dormir. Letizia, fotografíame en una cala derrotada. Letizia, qué puedo hacer. Tu tinta está tan dentro todavía sangro.

VI
Me encontró en el arrecife y por donde yo andaba errante y me tomó de la mano.
No te sorprendas, dijo, soy yo y no soy yo.
Sirena mentirosa.

VII
Reconozco que tuve miedo. Esperaba tus pulmones vacíos. De qué color serán. Por qué no puedo dejar de pensar en ellos. Miro dentro de mí y sólo veo tu rostro pálido. Por eso me refugio en fotografías felices. Sigo sin poder creerlo.
Sirena mentirosa, ¿dónde te escondes?

VIII
Dice la leyenda que eran peces. Brillos imposibles, pero no sirenas.

Yo las he visto. Quien no cree en las sirenas no cree en el amor.
Yo os juro que amo.
Yo amo. Lo juro.

XI
Letizia, Mai, Gabby.
Alzad la voz.
Dejad que tenga amigas.

Me refugio en la palabra pérdida, también en la palabra ausencia. Mi ánimo huele a retrete de hospital. A cajón vacío en el escritorio de un hotel. A nevera carnívora. Al jabón con el que bañaba a mi mamá.

X
Me retan. Los muy idiotas me cuestionan. Los muy crueles me preguntan por qué ya sólo escribo sobre ti.
¿Y por qué no, mamá? Si fuiste mi primera palabra. ¿Por qué dejar de pronunciarla?

XI
Asomaos.
Catalina, Xío, Lucy.

Venid.
Nerea, Elara, Josune.

Comprendo que no queráis estar conmigo. Comprendo que no os gusten los niños que cantan en los aviones.

Antes del despegue escribo.
“¿Follaremos? ¿Se enfadará conmigo? ¿Vosotras también sentís temor cuando el hombre os mira decepcionado?”

XII
Pienso en mi bebé. La gaviota ha puesto un nido. La gaviota se burla de mi.

XIII
Crueldad del gato cerrada. Crueldad del gato ahora rapada como un dolor pornográfico.
Sufre, porque sufro. Vísceras y tumores. Amor y decepción.

XIV
Anna Belén, Sheila, Lola.
¿¿¿¡¡¡Sabíais que mi abuela ahora también es una sirena!!!???

XV
Elara,
hoy cumples diecinueve años, perdóname por no haberte regalado nada.
Pero qué podría regalarte, dime.
Qué podría darte si estoy triste.
Si está lloviendo.
Si tengo miedo.
Si todo se muere a mi alrededor.

14 comentarios:

Patricia Úbeda. dijo...

Desgarra. Duele.
Te mando mucha fuerza y ánimo.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Altera la respiración sí, sincero, bello.

Carmen G. de la Cueva dijo...

Hermoso, Luna.

Amando García Nuño dijo...

Al menos fue lo que escribiste, lo que pensaste.
No lo que sentiste. O sí.
Abrazos, siempre

Anónimo dijo...

Es hermoso, aunque triste. Recupérate pronto, como puedas, y con quien quieras. Date tiempo. Llegará el momento en que estés bien. Te abrazo

Anónimo dijo...

Me encandila la honestidad con que escribes, siempre lo digo... Creo que cuando uno se sienta delante de un texto sabe intuitivamente si lo que tiene delante es un fraude, o sí por el contrario se trata de algo que nace en la sangre, algo realmente Puro. Eso es lo que cuenta, y cuando clavo los ojos en tus poemas puedo sentir la alegría, la calamidad, el dolor o el gozo arrojados sin ningún artificio, sin maquillaje. Me parece que aquello más alto a lo que puede aspirar una persona que se dedique a crear es justamente a que no se aprecie ninguna diferencia entre la escritora, la poeta, la creadora... y la mujer que siente y adolece. No tengo el gusto Luna, pero eso es lo que parece à première vue... Esa manera nada lateral de abordar la cosa, de hablar a las claras y sin rodeos, sin preámbulos, sin abracadabras lingüísticos... ¡verduras recién arrancadas de la tierra, fresquísimas, con arena todavía pegada a la raíz! eso me parecen tus palabras.
Saludos Luna, es un placer poder leerte.

Anónimo dijo...

A veces lloro cuando te leo. No es bonito sentirse como tú te sientes, pero al menos le sacas el provecho de transmitir muy fuerte.

Anónimo dijo...

Agustí Rocamora. Por cosas como estas te sigo, y... por qué no decirlo, te aprecio.

Nata Ruiz-Poveda dijo...

muy hermoso, muy triste. Abrazos fuertes.

Ula dijo...

Ya has exorcizado, ya pasó mayo, ahora la diosa Juno (antes Hera)da nombre al mes que comenzamos y es diosa dura, así que muchas fuerzas y adelante que tus palabras sigan fluyendo y tu ánimo atemperándose.
Un abrazo, niña.

Na. dijo...

Sin respiración. Muy bello.

Leonor Ruiz Martínez dijo...

Doloroso y emocionantísimo, Luna. Emapapada de lágrimas. Un beso.

Anónimo dijo...

Llena de vida, llenas de vida, llenáis de vida. y las olas rebosan.

Unknown dijo...

Me hiciste volver a escribir. De golpe y porrazo, tenía palabras otra vez en mis manos.

Contigo.