Egon Schiele
Los hombres que me gustan son
mitad niño (aquí), mitad hombre. Los hombres que me gustan son mitad hombre,
mitad mujer (aquí): y no me refiero con esto último a algo físico, sino a
algo puramente literario, esto es: la manera punzante con la que Ellas los describen.
Y pienso entonces en que yo
también habría podido amarlos. Pienso, entonces, en Ted Hughes (sólo en su
personaje, desde la voz de Plath), o en Joan-Marc (narrado a través de Clara en
Hilos de sangre), o incluso en aquel
huidizo e infantil ser que Carson nos retrataba en La belleza del marido.
Todos ellos son hombres mentirosos
e infieles, todos ellos guapísimos y estúpidos, todos mitad hombre, mitad niño. Pequeños demonios sucios que crecieron y
nos deslumbraron. Que se merecen todo nuestro odio. Que acaban recibiendo toda nuestra
compasión.
[...]
No conseguiste engañarme. Te reconocí enseguida.
El árbol y la piedra resplandecían, sin sombras.
Mis dedos se alargaron, translúcidos como el cristal.
Empecé a brotar como una rama en marzo:
Un brazo y una pierna, un brazo, una pierna.
Y así ascendí, de piedra a nube.
Ahora parezco una suerte de dios
Flotando en el aire, con mi ropaje de alma
Pura como una lámina de hielo. Y eso es un don.
(Sylvia Plath)
3 comentarios:
crei que mitad-niño en el sentido de sus sentimientos puros, de su bondad latente, de su ternura humilde
¡Para nada!
A mi me gusta la gente mitad hombre mitad mujer. Me gustan mitad Teseo mitad Ariadna y entonces vuelvo al Minotauro. Y entonces busco, me sumerjo para encontrar mi Teseo y mi Ariadna y así matar al Minotauro y vivir un poco más en paz.
Me apunto mucho de lo que veo por aquí, pero no tengo tanto tiempo para dedicar a la lectura, que pena!
No quiero un hombre-niños, pero creo que no existen de otro modo.
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