Me estoy dejando algo. Veréis, ese algo era mi risa. Tengo una risa espantosa, toda mi vida he tenido una risa horripilante. Cuando río los sonidos que salen de mi garganta perturban a los que se encuentran a mi alrededor. Mi risa daña, hace que la gente sienta náuseas o se irrite. Deja de hacer ese ruido tan espantoso, gritan mientras se alejan corriendo con las manos en los oídos. Es tan terrorífica que no se me permite entrar al cine para ver una película. Esto viola mis derechos, les decía, hasta que implantaron las proyecciones privadas. El proyeccionista abandonaba el edificio y se sentaba en la acera. Yo salía a buscarlo cada vez que se acababa un rollo.
Así que ya os podéis imaginar lo que significaba conocer a un hombre al que no le importara. La primera vez que me reí junto a él –estábamos sentados en mi porche cuando se me escapó una risa tonta, nerviosa y frenética y traté de frenarla con brusquedad con la mano, remeterla garganta abajo-, él se limitó a recogerme un mechón de pelo detrás de la oreja y susurró: Eres muy hermosa.
Amanda Davis
9 comentarios:
Qué maravilla, joder.
Este es el relato que os decía yo que me gustaba. Si es que al final...
Saludos de Dillinger febril y herido por la gripe. Ay.
Jo!!!!!!!!!
Pobrecito. Te mando muchos besos deseando Salir A Tope otra vez Sin Fiebres y Con Amor.
Un abrazote.
...google literaria. en clavo, siempre en tu clavo. Me echaron.
Al menos con un risa se pierde menos.
:)
corre a contar qué dijo Panero...
¿o no dijo nada?
Dijo: Condesa Morfina,
y con eso me conformo.
http://open.spotify.com/track/0P19ud9k3uMPc6iCqM39lD
Escucha este disco: Vintage Novelty Songs, es muy bonito.
sois todos unos cursis
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