Una vez despachado el
buey, mi abuelo se retiró a la casa, donde charló con la familia y
dio consejos sobre cómo encargarse del cadáver de un animal
sacrificado cuando tocaba hacerlo. Hacia media tarde, se levantó de
la silla y tropezó ligeramente. Cuando los otros lo cogieron y lo
ayudaron a sentarse de nuevo, estaba confundido y arrastraba las
palabras. Se avisó al doctor local y dijo que mi abuelo había
sufrido un derrame cerebral y debería ser llevado al hospital
inmediatamente. En las semanas siguientes, su estado mejoró; al
final recuperó todas sus capacidades físicas, pero su memoria a
corto plazo quedó dañada para el resto de su vida. Nunca más fue
capaz de cazar. Siempre me ha perturbado el momento del derrame
cerebral. ¿Es casual que ocurriera justo después de disparar al
buey? ¿Fue el derrame lo que le condenó a vivir la muerte como un
acto de retribución... divino o de otro tipo? ¿El sacrificio de
sangre no conlleva una economía general, sino restrictiva? ¿Los que
comen la carne de la víctima son condenados por el pecado del padre?
Mark C. Taylor
2 comentarios:
Come, Luna, Come.
Deberías escribir algo acerca de los espacios. Yo es que hace muchos anos dejé de escribir, ya no lo hago bien. Tus espacios, al menos los de las fotografías, son siempre muy inspiradores...saludos luna
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