20 junio 2012

Antibiótico.


tu caja de anticonceptivos
donde la muerte es una idea
Agustín Fernández Mallo

Antibiótico (Visor, 2012) de Agustín Fernández Mallo es un poema en actos. Un poema largo. Épico. Una oda a la singularidad y a los recuerdos así como un homenaje al ser humano, sus enfermedades, sus orígenes y sus manías. La poesía de Agustín siempre me ha llamado la atención pero en Antibiótico el texto supera todas las expectativas. Habrá quienes sean reacios a las ideas aquí vertidas, o, más bien, a la forma en que han sido vertidas (las fórmulas, la simbología, las citas... esa pequeña forma de ilustrar cada idea, tan característica de su obra). Sin embargo desde aquí quiero defender este poema largo. Este canto a la belleza de nuestra sociedad moderna. Este escudo contra la muerte: bandeja de la esperanza.  

10 comentarios:

EMILIANO dijo...

!!!

San Juan Bautista dijo...

Me cae simpático el tío este que merienda nocilla. Yo soy más de nutella. De hecho, recuerdo la lectura de su "Nocilla Dream" en el pirineu, cerca de Andorra. También recuerdo la bronca que tuve con La Dottorina porque como yo no conduzco, pues hay que follar donde se le ponga en el nardo a la Señora Botánica. Pero bueno, esto ya he me ha pasao con varias conductoras en tierras más lejanas.
En total, hay migajas poéticas en este autor, quizá demasiado técnico para mi gusto.
La verdad es que La Dottorina es una tía cojonuda, de donosti, y ahora está en Kalifas (me regaló el Flores para Hitler, de Visor por cierto, bilingüe).
Bueno, voy abreviando para que Fresy y la peña no se mosqueen: un capítulo de EL DON DE VORACE vale más que toda la Nocilla Generation.
Voilà.

Rubén Darío Carrero dijo...

Ahora los escritores españoles cuentan historias con cortes operados de los tejidos textuales de la biología, la física e incluso la matemática. Lo mismo habían hecho Onetti, Cortázar y García Marquez con el existencialismo francés. Pero los latinoamericanos contaban historias; los españoles se quedan en la extensión de si mismos, conteo, cuenta, cómputo, simple cifra sin pasado, presente o futuro, ruido sin ruptura pero incesante. Nadie quiere oir.

Por otra parte, esos son los aticonceptivos más grandes que he visto en mi vida.

Saludos desde Venezuela.

Luna Miguel dijo...

En primer lugar aquí no se habla de innovación y en segundo no son anticonceptivos, obviamente.

Rubén Darío Carrero dijo...

Ahora que releo mi comentario, eso de "los escritores españoles" puede sonar un tanto ofensivo y no me anima ni dirige ofender a nadie. Más bien, lo que ustedes estén haciendo allá, me interesa y me importa mucho. Ponen a prueba su talento y eso emociona a cualquiera. Eso del narrador mutante, la literatura como una Peacemaker en la sien, incluso eso de leer la televisión llama la atención, con cierto desgano, pero sí, son ideas que te encuentran un miércoles por la tarde leyendo a…, qué se yo, ¡Larra!, y luego, por mejores ánimos, te levantas del sofá y click: Tu blog (que por cierto lo sigo y lo quiero mucho). Y mi intención, mi comentario, pues bueno, sólo quería tentar una respuesta, saber a opinión contraria y española y conocer quiénes son y cuántos son, que por restricciones políticas y económicas a los jóvenes poetas y escritores venezolanos les es muy difícil encontrarse con toda esa literatura siglo XXI.

El teclado de mi portátil es una espera cifrada, literatura, poesía, conversaciones, lecturas, voces que no llegan a estas orillas de América.

¡Ah!, sabía que no eran anticonceptivos…E-s-p-e-r-o e-s-t-é-s b-i-e-n.

Hombre de arena dijo...

"Odio mi época"
Antoine de Saint-Exupéry

Adela Garcia dijo...

El es un poeta, tu eres una poetisa hija de unos editores.

Luna Miguel dijo...

Ahí te equivocas. Mi padre no es editor, es profesor en un instituto. ayuda a mi madre con la editorial.

Mierda, apréndete mejor la lección.

Hombre de arena dijo...

Epigrama votivo
(Antología Palatina, libro VI,
y en imitación de Góngora)

Estas con varia suerte ejercitadas
en áspero comercio, en dulce guerra,
armas insidiosas
—oh reina de la tierra,
señora de los dioses y las diosas—,
ya herramientas melladas y sin filo,
en prenda a ti fiadas,
hoy las acoge tu sagrado asilo,
Cipris, deidad de la pasión demótica.

Bajo una nueva advocación te adoro:
Afrodita Antibiótica.

Jaime Gil de Biedma.

UnexplaUnable dijo...

Agustín Fernández Mallo es físico y trabaja en hospitales y eso se le nota mucho,pero también es un literato, es algo que me encanta y que me une en cierta manera a él.Además le ha dado por la música.
Tengo bastantes cosas que leerme de este hombrecillo de cara tan, tan.... por suerte aquí haces reseñas de libros de puta madre y las uso vilmente para darme ideas de qué leer de entre las novedades.