03 marzo 2012

Think about the good times.


Estaba en casa de Diana metiéndome unos chutes. Diana no se enganchó al caballo como yo. Incluso redujo la cantidad de cocaína que esnifaba porque le preocupaba destruirse la nariz. Diana seguía bebiendo, pero acabar con su hígado no era un asunto de importancia; a fin de cuentas no es un órgano exterior que se vea. Yo soñaba con la perfección o mejor dicho soñaba con cómo la perfección era completamente frustrante en sí misma y para sí misma, y así la perfección rompió sus propias cadenas, desarrollándose en estados de perfección e imperfección antes de combinarse en una unidad superior.
Stewart Home

4 comentarios:

San Bernardo dijo...

El hígado encebollao está muy rico; cerdo, ternera, y el de Fresy puede que también. Estoy en el Café Opera arriba. Luego voy a a la Costa Breve. Te espero, Godotte..

Juan Cruz López dijo...

Leí El asalto a la cultura hace un montón de tiempo y me parecío pobre, más todavía después de leer a Servando Rocha.

Layla dijo...

Servando Rocha es DIOS. Sé que no va con la entrada pero no me he podido aguantar al ver el comentario anterior. "Historia de un incendio" es DIOS TAMBIÉN

Juan Cruz López dijo...

Desde luego, Layla, he leído bastante libros de él y su trabajo me parece impresionante; pero su novela Mirad a vuestro verdugos es divertida y políticamente dura. Un gusto.