Janne Teller es la mujer
espeluznante. No porque sus relatos sean malos, ni porque ella sea
especialmente fea. Es espeluznante porque sus pensamientos dan miedo y
retuercen el corazón acongojado del lector conforme avanzan sus historias.
Recientemente leí Nada (Seix Barral,
2011) y Ven (Seix Barral, 2012) dos
novelas breves de también breves títulos pero de gran intensidad concentrada.
Ambas se basan en la brutalidad, en el amor y en la indecisión a la hora de
escoger entre importantes opciones. Nada
se centra en un mundo más infantil y es una obra maestra; Ven es una suerte de denuncia de los excesos del sector editorial
además de una lectura interesante –que, a mi juicio, no llega a la altura de Nada-.
En la primera novela uno siente
que regresa a la infancia, a su lado más asqueroso y terrible, ese al que se
nos invitaba en otras grandes novelas como El
señor de las moscas, La guerra de los
botones, Los hermosos años de castigo
o incluso El guardián entre el centeno.
Los protagonistas aquí son niños casi adolescentes intentando explicar un mundo
que no les pertenece y en donde el rencor y el egoísmo se alzan por encima de
todo para, finalmente, darse cuenta de que la vida no significa absolutamente
nada. Educación, enfermedad e hipocresía podrían ser tres de entre sus más
potentes keywords. Con una prosa sencilla, fría y abrumadora, equiparable a la
de Fleur Jaeggy, autora de una de las novelas mencionadas anteriormente. Si hay
algo que me guste mucho de Teller y Jaeggy es que no son mujeres cursis,
afeminadísimas o epígonos (otro más y otro y otro) de una Virginia Woolf sobre
explotada por tantas escritoras europeas de nuestro tiempo.
De este modo tanto Nada como Ven son novelas con polvo y costras en las rodillas, como las de los niños malos de los parques. Novelas
asexuales. Novelas silenciosas. Novelas de dolor universal. En el caso de Ven, Janne Teller apunta además en una
dirección más literaria y política. La conciencia del narrador fluye, se
autocritica, se castiga, se cuestiona a propósito de la lealtad, de los
mecanismos de la ficción o de los verdaderos fines de su profesión como –respetado-
editor. ¿Puede la ficción causar más daños que la realidad? ¿Puede la ficción
ser más real que la realidad? ¿Puede matar el personaje a la persona y la
invención a la anécdota? Una historia espeluznante, decía, porque Jane Teller
es espeluznante. Por eso recomiendo leerla. Porque su literatura es hermosa.
Porque su literatura es terrible.
17 comentarios:
Qué gusto leerte jodia!! ;)
Joer. Me han entrado ganas de leer las dos novelitas... Muy conseguida tu entrada. Es fácil destripar irónicamente un libro que no te gusta, pero pocos consiguen tener la suficiente sensibilidad para transmitir las ganas de leer algo que les ha parecido bueno. Tú lo has conseguido, al menos conmigo. Un saludo.
Espeluznantemente buena es Jennifer Egan, también.
Suena interesante, joven muchacha. Lástima que tenga que salir de nuevo el termino Punk por ahí. Punk femmes. Punk hasta en la sopa. El Punk fué una revolución cultural muy bonita, muy saludable, pero de un momento concreto. 1976-1978. Estamos en 2012. Suena tan obsoleto como alguien declarándose fan del Charlestón en la época del Modern Jazz. Búsquense su propia revolución del siglo XXI, jovencit@s, se harán así mismos un favor. Gracias por leerlo.
Señor Agustí.
Los términos dan paso a nuevos significados y usos.
¿Qué problema tiene?
Holas Luna:
te conocí "tenían veinte años y estaban locos", por Princesa Inca, una amiga y me dije carai!yo si qué estoy loco ji,ji..
muy buen trabajo,te dejo dos blogs en lo que más que escribir vomito
desde el delirio,
http://existirtodavia.blogspot.com/
http://alamedasdecristal.blogspot.com/
grandes saludos
jordi
Luna, ¿a qué escritoras consideras epígonos de Virginia Woolf? Nombres, please.
Ninguno, joven escritora, ninguno. No creo que la palabra 'problema' venga al caso aquí. Sólo es una apreciación que pretendía ser constructiva. Como siempre que entro. Lo único que lamento es haber escrito 'asi' en lugar de 'a si', ¡seré despistado!
tenemos que leer literatura horrible porque es preciosa
I wanna cum on your review
Esto son unos alejandrinos incunables de Alejandría que quiero compartir con el señor Rocamora: Luna siempre tiene razón, y cuando la pierde, pues para eso estoy yo. Espero que no vuelva usted a molestar, porque el castaño oscuro es nuestro color favo. Y el deep purple.
A San Francisco de Asís. A molestar. Alucinante. Leo continuamente en el blog insultos atroces a Luna, cosas que yo no le diría a...vaya, a nadie, sarcasmos analfabetos e indocumentados por parte de pirados anónimos que no saben ni escribir contra su capacidad como literata. Y aquí me tenéis a mi, aficionado que compra y lee con placer todo lo que escribe esta muchacha (por eso estoy aquí), permitiéndome un par de comentarios, quizás afilados, pero no maleducados, y en cualquier caso nunca contra ella, y resulta que molesto. No me conoces muchacho, no sabes quien soy. Supongo que el hecho de que uno estuviera haciendo las mismas cosas que ahora hacéis vosotros antes de que hubierais nacido no os causa ningún respeto. Ni el hecho de que si me meto en blogs como este es porque confío ciegamente en la capacidad de los jóvenes de cambiar la realidad que nos rodea tampoco. No pasa nada, yo también era un tocagüevos allá a principios de los ochenta para con mis mayores, incluso para con mis mayores enrollados (¡Hippies, puaj!). Pues nada, no te preocupes, si molesto me voy. A lo mejor cuando tengas 44 años recuerdas esta conversación.
La juventud, señor Rocamora,nada tiene que ver con la edad, se trata tan sólo de un estado de ánimo y usted, lo quiera o no, es mucho más joven que los veintegenarios paternalistas del "luna siempre tiene razón y si la pierde, pa eso estoy yo, no moleste" así que porfa, no se vaya, que quienes molestan, y ojalá se fueran, son los niñatos que aún no han aprendido que las personas maduras no siempre llevan razón y si la pierden no necesitan peterpanes que las defiendan, saben defenderse por sí mismas.
Gracias amigo! Pero si eso me dejo de imaginar explosiones juveniles nº n y me limito al comentario literario, y sólo cuando vea que tengo algo que decir. Repito, gracias.
Me parece muy bien que estos jóvencitos escritores lean y asimilen de lo anterior, luego cada cúal depura y elige. Desde luego me apetece leer Nada de esta autora y recomiendo "Los niños terribles" de Jean Cocteau.
Saludos
Rosa
No entiendo lo de fea, será que lo tengo pendiente, pero en televisión me pareció una mujer muy bella, en un país frío, leyendo a los niños "Nada".
tiene algunos detalles interesantes ;)
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