27 julio 2011

(3x1) Primera entrega: entrevista Alberto Acerete, María M. Bautista y Emily Roberts.

Aunque aún queda verano y mucho tiempo para la rentrée y para octubre y la publicación de Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011) quiero ir calentando motores, haciendo los deberes y nunca dejando de lado las cosas que más me importan, a pesar del calor, de la lejana playa y de los heladitos a punto de derretirse que nos esperan en la cocina. Malditas vacaciones, sí, malditas. Calentamos motores y neuronas, decía, con una entrevista múltiple a varios autores de la antología. De algunos he hablado mucho en este blog y otros habrán aparecido por aquí una o dos veces. Nunca es tarde para descubrir nuevas voces. Resalta la honestidad y sabiduría en muchas de sus respuestas: opiniones tan distintas en muchos casos. Al principio pensé en publicar las entrevistas de todos los autores en un mismo post, pero dada la longitud de las respuestas he decidido dividirlo en distintas entradas.

En esta primera entrega contamos con Alberto Acerete (Zaragoza), María M. Bautista(Madrid) y Emily Roberts (Ávila). Alberto es autor de dos libros de poemas, uno, El universo femenino del esperma, editado en papel (Aqua, 2008) y otro autoeditado de manera digital, además, el pasado 2010 quedó finalista en el premio de poesía que promueve el colectivo Addison de Witt. María es una autora muy respetada en la red gracias a su cuidado blog La ceguera de Piero. A finales de este año publicará su primer libro de poemas. Por último, Emily. Ella es la autora de la novela corta Lila (Ediciones Oblicuas, 2010) y desde muy pequeña ha ganado premios de narrativa en su región. Además traduce y escribe poesía. Y así, los tres, respondieron...


*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Alberto Acerete: Reafirma. Supongo que reafirma y le sirve a uno para decir: sigue por aquí, que no estará yendo tan mal la cosa. Mientras no relaje la autocrítica, es algo perfecto. De momento, no altera mis planes: se piensa, se escribe, se corrige y lo demás, si merece la pena, ya vendrá después.

María M. Bautista: Ha sido una sorpresa muy bonita y una oportunidad por la que no puedo estar más que agradecida. Mis planes como creadora no han cambiado apenas, porque se limitan casi exclusivamente a intentar decir algo cuando creo tener algo que decir, pero me siento muy afortunada al ver que hay gente a la que le ha gustado lo que he escrito, que se ha fijado en mí, que ha querido darme la oportunidad de compartir lo que hago con más gente.

Emily Roberts: Aunque como poeta sí es mi primera publicación, como narradora ya había publicado una novela breve en abril de este mismo año (Lila, Ediciones Oblicuas). Para mí se trata de un gran paso y de una manera bonita de dar a conocer mi voz junto a la de otros compañeros con los que comparto circunstancias como la edad y la nacionalidad, y que intentamos abrirnos un camino en el mundo literario. Creo que la antología es importante a largo plazo para presentar una selección de nuevas voces, con sus puntos en común y también con sus diferencias e intereses propios como punto de partida para ir viendo luego cómo evolucionan esas voces y esos intereses.

María M. Bautista (retratada por Elisa Alaya)

*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Alberto Acerete: Creo que deberíamos cambiar de idea. Seguimos teniendo un concepto muy hipócrita de la publicación digital. Todos aplaudimos las posibilidades que ofertan las nuevas tecnologías pero sigue siendo el papel el lugar que reafirma y da validez. Deberíamos comenzar a pensar en la publicación digital como una opción real y primera, tan válida como la impresa, y más con la situación social que tenemos. Lo digital produce menos gasto: también ayuda a la gratuidad o adquisición por un valor casi inexistente (si se quiere) del producto. Seamos generosos. No tengo ningún proyecto de publicación entre manos, aunque lleve un año trabajando en otro libro de poemas y una novela que no sé si algún día acabaré, que dejé y he retomado, y que ni siquiera sé si la leerá alguien más que mis amigos. El único problema es que ambos libros se titulan igual: El hambre y los hijos. Veré si lo soluciono o hago del problema alguna virtud. No obstante, hace unos meses colgué en Tumblr un poemario (que resumía mis cuatro últimos años) y, dado que escribo muy despacio y poco, hasta dentro de otros tres años, al menos, no tendré nada consistente. No hay quien haga carrera de mí, que lo dice mi padre. De los premios (no voy a decir nunca más, por si acaso) hace tiempo que paso. En Internet hay cabida para cualquier cosa. Y no molestas a nadie ni supones gasto.

María M. Bautista: La publicación en papel no es algo que yo haya perseguido. Cuando creé mi blog hace más de un año no imaginaba que me abriría las puertas a las publicaciones en papel (y digitales), así que ha sido algo que ha surgido y que todavía me tiene un poco perpleja. E ilusionada, por supuesto. Además de la publicación de Tenían veinte años y estaban locos está previsto que vea la luz mi primer libro a finales de este año, gracias a la Colección Monosabio del Ayuntamiento de Málaga.En cuanto a los premios literarios, no me he presentado ni tengo intención de presentarme a ninguno.

Emily Roberts: Creo que a pesar de vivir en la era digital –lo cual ha supuesto una democratización importante y una libertad mayor a la hora de expresarse libremente y mostrar el arte al público–, seguimos admirando el papel porque paradójicamente la tinta parece algo más duradero, algo que permanecerá más allá del ciberespacio, que al fin y al cabo es intangible. Yo acabo de publicar en papel mi primera novela, y la verdad es que impresiona bastante la primera vez que la tienes entre las manos. Actualmente estoy preparando alguna pequeña publicación de poesía como una plaquette, pero no hay nada definitivo. También ultimo un libro de relatos que probablemente presentaré a algún premio. Creo que es difícil publicar en el mercado literario actual sin un aval (debido a que hay muchas propuestas y los presupuestos son escasos), así que eso es por lo que me llevo presentando a premios desde que tenía quince años: es una forma de darse a conocer, de que al menos un grupo de personas te lea, y si ganas, además del supuesto prestigio que eso te da, significa que otras personas te van a leer, que al final es lo más importante. No rechazo la idea de publicar un libro a una edad temprana (de hecho, mi novela la he publicado hace unos meses, pero la escribí con dieciocho años). Claro que no es el tipo de escritura que llevo a cabo ahora, con veinte años, ni la que tendré dentro de, pongamos, treinta años, pero si hay alguien dispuesto a apostar por ello y puede llegarle a la gente, ¿por qué no? Es una etapa más de mi evolución literaria y refleja unas circunstancias muy concretas; lo que hay que hacer es trabajar el texto al máximo con las herramientas disponibles en cada momento.


*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Alberto Acerete: Mi blog estuvo muerto durante mucho tiempo, hasta que descubrí para qué me servía: cuando escribo me sirve como libro de notas o reflexiones. Puesto que hay quien puede leerlo, me obliga a explicarme todo a mí mismo de la forma más clara posible, sin estridencias e intentando ser cabal y coherente, esperando, a su vez, que si alguien me lee, me entienda. Tumblr lo usé para publicar un libro (un enlace a un .pdf, realmente).Twitter lo uso para saberlo todo del mundo del pop y también para saber hasta a qué hora van al baño mis amigos. Y Facebook lo uso para vivir. Básicamente.

María M. Bautista: Sobre todo difusión. De repente te das cuenta de que un poema que tenías guardado lo han leído unas cuantas personas y te sientes desprotegida y respaldada al mismo tiempo. Pero vale la pena. En mi caso, al menos, he lanzado al mundo desde mi blog casi todo lo que he escrito en el último año y ha sido bien recibido, ha dado lugar a reflexiones interesantes, debates y oportunidades. Así que las plataformas digitales han sido para mí una herramienta fantástica tanto de expresión como de comunicación.

Emily Roberts: Llevo en el mundo de los blogs y de los foros desde que tenía trece años, de forma literaria desde los quince (he tenido muchos: algunos públicos, otros con acceso restringido para un grupo de personas con intereses comunes, etc) y claro que se aprende: al mostrar tu trabajo a un público siempre te estás exponiendo a la crítica, a otra mirada distinta de la tuya, puedes ver lo que gusta y lo que no, estar atento a las sugerencias y a la crítica constructiva, retarse mutuamente, hacer obras colectivas (como los RPGs)… El blog que mantengo ahora es más profesional, mi identidad no está protegida y es, de hecho, una forma de presentar mi voz literaria. Por ello, pienso bien las entradas, la composición y me exijo más calidad que lo que puedo hacer en otros sitios, para un público más reducido, al estilo de un cuaderno de notas conjunto o de esbozo de ideas. En cuanto a Facebook, me parece una herramienta importante para mantener el contacto, tanto a nivel personal como profesional, y aunque yo lo utilizo principalmente para lo primero, sí que es cierto que me ha ayudado en muchos aspectos de lo segundo. No tengo Twitter ni Tumblr, no porque no me parezcan útiles, sino por falta de tiempo y porque creo que el blog y Facebook se ajustan más a lo que me interesa hacer.


*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Alberto Acerete: Pues en general con el ser humano contemporáneo me llevo bien, la verdad. Por afinidades artísticas no tengo relaciones, siempre son cuestiones personales. Admiro a unos, no entiendo a otros, pero respeto a todo el mundo. ¿Quién me dice a mí que no estoy equivocado? No me interesa, sin embargo, el rollo de muchas personas que viven haciendo el artista. La mayoría de mis amigos viven ajenos a la literatura.

María M. Bautista: Mi primer contacto, y el más importante, con el mundo de la poesía son mis propios padres. Gracias a ellos conocí muy pronto a otros poetas, artistas, editores…Ha sido siempre algo más familiar y cotidiano que otra cosa. Su principal influencia en mí creo que ha sido la “normalidad”: el literario no es un mundo que yo mitifique ni idolatre, porque nunca ha sido algo lejano, ninguna meta autoimpuesta. Así que mi relación con los demás autores depende más que nada de nuestro grado de confianza.

Emily Roberts: Mis coetáneos me interesan, tanto en relación con su persona como con su obra –creo que no se puede cerrar los ojos y aislarse cuando se comparten unas mismas circunstancias–. Por supuesto, con algunos habrá más puntos en común que con otros que propicien una mejor relación, pero creo que principalmente tenemos que ayudarnos y apoyarnos, o al menos, no ponernos las cosas aún más difíciles. No obstante, aunque tengo amigos que escriben, la mayoría de mis mejores amigos tienen otros intereses, lo cual creo que resulta muy enriquecedor para mí y para mi obra y me da la oportunidad de participar de otros mundos, ambientes y experiencias.

Alberto Acerete

*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Alberto Acerete: Creo que Zaragoza es una de las ciudades españolas con una propuesta poética (y literatia) más intensa. Sin embargo, no, no participo en ella. Supongo que se trata de una cuestión de afinidades o gustos, y, en definitiva, de entender de formas distintas el acto creativo. Aquí se publica mucho, rápido y, tal y como me planteo esto, todo lo posterior, el faranduleo propio de las veladas artísticas, no me interesa. Me resulta mucho más interesante leer en casa, plantearme dudas, hablarlas tranquilamente con quien creo que puede darme un punto de vista interesante. Y, cuando salgo, disfrutar, ajeno a eso. También supongo que se trata de una cuestión de afinidades personales. No obstante, aplaudo y agradezco el trabajo de muchos (nombraré a Nacho Escuín como ejemplo) que trabajan infatigablemente, a veces casi de forma altruista.

María M. Bautista: Lo cierto es que no mucho. He participado en algún recital y sobre todo he acudido a bastantes, aunque no soy una gran aficionada a los eventos literarios. Prefiero hacer otras cosas normalmente.

Emily Roberts: Yo he vivido en Ávila durante dieciocho años, es una ciudad pequeña donde no había mucho movimiento literario, y menos joven –aunque ahora, a partir del Certamen Jóvenes Creadores de Ávila y del Espacio Joven del Ayuntamiento se están empezando a hacer cosas–, por lo que yo siempre me he servido de Internet como herramienta para contactar con el movimiento literario. Llevo dos años viviendo en Madrid y ahora sí que participo de forma más “presencial”: a veces me reúno con gente para mantener tertulias informales, voy a recitales y actos culturales, establezco contactos (también a través de la universidad, donde paso muchas horas), pero como ya he dicho, la mayoría de la gente con la que me relaciono en persona está más alejada de ese mundo, y sigo manteniendo mucho contacto a través de Internet, también con gente de otros países.


*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Alberto Acerete: La verdad es que, leyendo la lista, no conozco a nadie personalmente. Descubrí a Laura Casielles gracias a la web y he leído todo lo que he podido de ella. Los idiomas comunes nos plantea como nación-individuo y hace un análisis muy interesante de quienes somos, cómo nos somos y por qué. Y quiere cuestionarse para qué. También conocí a Berta García Faet en la web y creo que se trata de una de las voces más potentes y prometedoras actualmente. Sus tres últimos libros son a su vez uno solo y son multitud de aciertos verso tras verso. Gozo poético. También me alegra compartir antología con Cristian Alcaraz, porque Turismo de Interior es uno de esos libros que, por ser el primero, no son perfectos, pero te descubre que hay quien ve la vida desde una posición parecida a la tuya. Y comparte tus miedos, pero no desde la obsesión, sino desde la luz y la vida que temes. Me encantaría haber visto aquí a Almudena Vidorreta. Tiene cuatro libros. Es muy, muy, muy buena. Nació en el 86. Le importa la poesía de verdad... Y me habría encantado que Annie Katchinska fuese española. Si hay un o una poeta en Europa a quien seguirle la pista muy de cerca, esa es ella. Reformula su idioma con la capacidad de Veronica Forrest-Thomson y la mezcla con cierta confesionalidad, que, partiendo de un yo muy concreto, la hace ser todos.

María M. Bautista: Creo que el mayor descubrimiento es saber que hay más locos como yo, que en otros lugares del mundo hay quien se expresa a través de otros poemas. Siempre digo que la poesía es un camino bastante solitario, pero reconforta saber que esa soledad puede ser compartida. A pesar de la diversidad de estilos y voces, todos tenemos en común esa locura, esa obsesión que supongo que ninguno podríamos explicar del todo.

Emily Roberts: A través de la antología he conocido obras muy interesantes, tanto nacionales como internacionales, y también ha sido un trabajo muy interesante como traductora de algunos de ellos, pues me han permitido ensayar estilos muy distintos (siempre se ha dicho que la traducción es el sueño de cualquier escritor: todo el material está ahí, sólo tiene que encontrar las palabras en su idioma; sin embargo, querer ser fiel al autor y hacer además una obra estéticamente atractiva en tu propio idioma a veces plantea grandes problemas). También he conocido a gente interesante con la que he llegado a establecer contacto a través de las redes sociales y a intercambiar opiniones y experiencias. En cuanto a la selección en papel, es evidente que siempre va a haber gente que se quede fuera y que es una selección muy concreta siguiendo unos criterios específicos, pero a mí me parece que está bien, que es representativa e interesante, y que la versión digital es más inclusiva y variada y ambas son necesarias y se complementan.


*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Alberto Acerete: No lo sé. Y lo peor es que no sé si me preocupa. Con que alguien la reciba, con establecer comunicación con una sola persona, me doy por satisfecho.

María M. Bautista: No lo sé y tampoco me atrevo a aventurarlo. Hasta el momento he tenido mucha suerte con las críticas que he recibido. Pero claro, no tiene por qué ser siempre así.

Emily Roberts: No lo sé, hasta ahora he recibido todo tipo de críticas: positivas y negativas. Supongo que dependerá también del tipo de lector y de lo que esté buscando, pero, para mí, no ya que guste, sino ser leída, significa mucho.

 Emily Roberts (retratada por Mercedes F. Laguna)

*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Alberto Acerete: He aprendido que hasta el comentario más hiriente y cruel puede tener su lado positivo. Es cuestión de actitud. Así que no: se puede aprender de todo. Y para eso estamos, ¿o qué? Si Britney Spears sigue viva, no me ocurrirá a mi lo contrario.

María M. Bautista: Un poco. Más que miedo yo lo llamaría vértigo: hay algo de descarga de adrenalina en el hecho de mostrar tu obra a un público.

Emily Roberts: Siempre da miedo, supongo, pues se escribe para los demás, y la escritura es un trabajo muy íntimo: te estás desnudando, estas ofreciendo todo lo que tienes (experiencia, palabras), con la mayor ilusión y las mayores expectativas de gustar. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que los gustos y las trayectorias de lecturas son muy diferentes, y que, como en la vida, no se puede gustar a todo el mundo. También eso nos ayuda a ser más autocríticos y a ver las cosas desde otras perspectivas y no sólo desde la nuestra: muchas veces se puede aprender más de una mala experiencia (o comentario) que de uno bueno, aunque en primera instancia se agradezca más y sea necesario como apoyo para seguir trabajando.


*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Alberto Acerete: No sé definirte mi poesía, pero sí puedo decirte qué es lo que busco. Creo que la comunicación nunca va a ser del todo satisfactoria (el contexto, el canal, la realidad previa del receptor que difiere de la del emisor), por eso me interesa indagar en la palabra, exprimirla. Y al hacerlo con la palabra, hacerlo con todo aquello que influye en el acto comunicativo. Pero, a su vez, sigo esperando comunicarme, por lo que necesito la anécdota, la correlación fisica y concreta del pensamiento, a través de la que transcender y contar algo. Creo que mi poesía intenta hablar exclusivamente de la identidad del yo (o del pronombre que sea) y la identidad siempre se rinde al funcionamiento social: somos en relación al otro, porque es ahí donde hay intención, interés y vida.
Me interesan las poetas norteaméricanas contemporáneas (Louise Glück, Sharon Olds, Anne Carson), Chantal Maillard, Ajmátova, Szymborska. Aunque me interesan más las mujeres (no sé por qué, es un dato puramente cuantitativo), siempre vuelvo a Dámaso Alonso, Gil de Biedma o César Vallejo. En narrativa disfruto mucho con el siglo XX español. Me fascinan Ana María Matute (sobre todo en Los hijos muertos), Carmen Laforet o, actualmente, Marta Sanz. Reivindico desde aquí los libros de Chimamanda Gnozi Adichie y los de David Grossman, al que he descubierto no hace mucho, y estoy gozando al leer. Me interesa también mucho el pop independiente. Grupos como Klaus & Kinski (Alex, el compositor, sería un poeta excelente), The pains of being pure at heart, The Raveonettes, Belle & Sebastian, The Smiths... También me interesa el pop de consumo masivo, la telebasura y la prensa del corazón. Pero esto nunca lo mezclo con la literatura (a la hora de escribir, sí a la hora de consumirla).

María M. Bautista: Sí que es difícil. Yo creo que mi poesía es muy poco retórica. No me gusta andar por las ramas ni dejarme llevar por lo poético. El componente rítmico es muy importante para mí: no empleo la métrica para reivindicar su uso, la empleo para hacer “música”. Es algo que simplemente me sale solo, porque está siempre ahí, respaldando y acompasando las imágenes que tengo en la cabeza. Mis mayores influencias han sido desde pequeña los poemas de verso medido, desde los octosílabos del Romancero Viejo hasta los endecasílabos de Garcilaso de la Vega. También la música y el arte están muy presentes en mí. A veces pienso que la pintura, por ejemplo, ha sido más importante para mi poesía que la literatura.

Emily Roberts: Definiría mi poesía como muy personal, que no es lo mismo que autobiográfica. Para mí, la gran diferencia entre la poesía y la narrativa es la falta del personaje en la poesía, de ese gran disfraz que permite ocultarte. En la poesía, el yo está desnudo y solo: no hay diálogos, no hay más personajes, y, si los hay, siempre están teñidos de subjetividad por el yo poético. Por ello, mi poesía bebe mucho de la experiencia: es lo que más me inspira. Más que vivencias concretas, de sentimientos, estados de ánimo pasajeros a los que intento anclarles el lenguaje, buscar una forma de expresarlos. Mis influencias son mi vida y las personas que me rodean, por eso mis principales temas de interés son el viaje, el hogar, el cuerpo, el otro y la búsqueda de la identidad como algo cambiante y a veces inaprensible: temas que al final se complementan y van unidos, que a veces no se distinguen bien unos de otros. A través de la poesía intento conocerme a mí misma y darme a conocer al “otro”, a ese gran desconocido que supone todo aquello ajeno a nosotros –a veces, incluso, nosotros mismos–. La poesía es un monólogo que se responde a sí mismo: eso es lo que la hace avanzar y evolucionar; siento que mi poesía cambia mucho más rápido que mi narrativa: porque a través de la narrativa intento conocer a los demás, y a través de la poesía a mí misma.


*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Alberto Acerete: No lo sé y, de nuevo, no sé si me preocupa. Si hubiese alguien a quien quisiese parecerme completamente, me resultaría mucho más fácil escribir, porque no tendría que plantearme porqués de todo. Me interesan cosas de aquellos que me gustan, me necesito buscarme yo mismo. Si he de parecerme a alguno, me gustaría parecerme a uno que trabaje mucho, tome buenas decisiones y no deje de preocuparle quién es y dónde, por qué o cómo.

María M. Bautista: Supongo que me parezco, aunque sea un poco, a mis padres. Y supongo también que dirán que me parezco a ellos. A cuál me gustaría parecerme no lo sé…me gustaría tener algo de todos a los que admiro pero también de mí misma.

Emily Roberts: Por sus circunstancias personales, veo puntos en común con Elizabeth Barrett Browning o Emily Dickinson. En el estilo, me han influido mucho primeras lecturas como Alejandra Pizarnik o Sylvia Plath. Me gustan también mucho Marina Tsvetáieva y Anne Michaels. Sin embargo, no sabría decir realmente a quién me parezco o dirán que me parezco. Desde siempre, he sido más lectora de narrativa que de poesía, y también comencé a escribir narrativa mucho antes que poesía, lo que también creo que es algo que está muy presente en mi obra. Voces narrativas como la de Amy Hempel o Virginia Woolf me han impactado e influido mucho.


*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Alberto Acerete: Si estoy loco es por cuestiones extraliterarias. Por irme a un concierto a Reino Unido, saliendo de trabajar un viernes a las 5 y media de la tarde y teniendo que entrar el lunes a las 9. Por cosas así. En esto, intento y espero ser coherente y haber hecho lo mejor posible el trabajo.

María M. Bautista: Porque la poesía es un acto obsesivo y a menudo insatisfactorio. En realidad ni siquiera sé lo que es, pero sé que muchas veces me hace daño.

Emily Roberts: Porque vivimos. Porque buscamos. Porque, a pesar de no saber por qué, seguimos creyendo en la literatura.

9 comentarios:

Susan Urich Manrique dijo...

Este tipo de publicaciones me gustan. Un abrazo, Emily. Felicitaciones a ti, y a todos los autores.

Anónimo dijo...

I wanna cum on your interview

Emily dijo...

me encanta saber más de mis compañeros de antología.

merci, lu.

:*

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo, Luna. Muchísimas gracias.

Luna Miguel dijo...

A ti, ya sabes, María.

Esta es la primera de una serie larga de entrevistas. Espero que os resulten a todos interesantes.


Besos y gracias.

L

grandegrandeXL!!! dijo...

grande!

Anónimo dijo...

qué guapa es Emily.

alex dijo...

cada uno ve las cosas como mas le conviene... de ahi que a veces choquemos contra el muro de la incomprension
los golpes varian en relacion con las particularidades de las mentes
en mi caso tambien hay paranoia, las voces de mis amigos invisibles reforzando mi conviccion de incomprendido....
el que atesora dinero en el bolsillo silencia bocas y encuentra apollos a la hora de eludir malas intromisiones de terceros
si... todo se confabula contra uno, los cercos, las trampas, el propio impulso provocado con intencion.. despues se desparrama la ira y te auto-señalas inculpandote...
cansado, muy cansado... solo queda agotar la mierda de subsidio del estado, pillar un bus a barcelona... y apostar a la muerte y el olvido en sus calles... demasiada mierda en la conciencia... necesito encontrar un potente farmaco que aune dos virtudes... sea como una narcosis y en poco plazo de tiempo me conduzca al otro lado

Anna dijo...

Gracias a los cuatro por compartir experiencias y pensamientos en forma de palabras. Hablar y escribir no es fácil, y eso se aprecia mucho :))

Estaré al pendiente de las entrevistas.♥