22 enero 2011

Mary Ruefle: el tiempo disecado, las bestias, las cenizas.



La paz de la siesta. Otra pequeña muerte. Sí, pequeña muerte. El placer de un libro: su pasta dura, muy dura y muy blanca. Leo La nueva taxidermia. Leo Selected poems, de Mary Ruefle. Me gusta la naturaleza en sus poemas. Mary Ruefle: una suerte de Louise Glück más breve y más fuerte. Hay muerte en sus versos, pero también hay tiempo disecado. Taxidermia para todos. Bestias del campo. Estas sábanas que muerden.

Aquí y allí, entre los árboles,
las vacas se acuestan en el bosque
a media tarde
como si dormir fuera un propósito
sólo para quienes están dispuestos
a morir.
Mary Ruefle

(del libro Selected poems, Wave Books, 2010. Traducido por Luna M.)

9 comentarios:

Kalina dijo...

Acabo de comprar "Poetry is not dead" ya te contaré :)

Tera dijo...

Gracias por el poema y la traducción, Luna. Me gusta. Me la apunto.

Abrazo.

Anónimo dijo...

Desde que le leí a Walt Whitman estas palabras:

“Creo en ti, alma mía, pero el otro que yo soy no ha de humillarse ante ti,
Y tú no debes humillarte ante él”

Le juré amor eterno y, a raíz de ello, me aficioné a la poesía norteamericana, tiene ese algo, muy difícil de definir, que les hace espéciales a los yanquis (para algunas cosas)

La mente es muy juguetona y tu frase, “la paz de la siesta, otra pequeña muerte”, me ha traído a la mente un recuerdo de mi niñez.

Mi abuela era andaluza y cuando subía aquí arriba, en verano y navidad, la casa era una fiesta, ella tenía un millón de supersticiones, pero la que más gracia nos hacía era una en la que afirmaba que si alguien dormía con “el sol en lo alto” no le podías mirar fijamente y si lo hacías tenias que comprobarle el resuello para ver si estaba vivo, mi abuelo el pobre, que era marinero y dormía con un ojo abierto, juraba en hebreo cuando se lo hacía.

Pero claro, una hermana y mía y yo, que éramos los más traviesos, usábamos el método empírico: uno de los dos se hacía el dormido y el otro se quedaba al lado sin apartar la mirada; pues allí veías a la señá María levantar sus hermosos ojos azules e incorporarse a toda prisa, pero no lo suficientemente rápido porque, como nos daba miedo, echábamos a correr.

Quizá ella, en su infinita sabiduría, quería expresar lo mismo que tú.

Sarco Lange dijo...

A veces los blogs son verdaderos faros.

SL

M. dijo...

La sedación terminal o la distanasia son dos opciones que no nos corresponden.

Anónimo dijo...

Les tengo terror a los pájaros, a las aves en general...el aleteo de un gorrión me pone los pelos de punta y pequeñas descargas eléctricas me recorren los dedos de los pies. Son tan distintos, tan monstruosos en sus giros de cabeza, tan amenazantes con sus garras, sus picos, tan jodidamente carnívoros o herbívoros, tan asquerosamente desvalidos con sus ojos cerrados cuando salen del huevo, tan sin manos, tan sin labios, tan sin pelo, tan sin lágrimas, tan sin miradas perrunas, tan sin ronroneos gatunos, tan putos...

alberto dijo...

Tienes las uñas rojas

Anónimo dijo...

Hola luna, a mí blog le ocurre como al tuyo, yo también tengo “mis valientes anónimos”, los míos no han tardado en volver a dar conmigo después de borrar un blog anterior.

Son sumamente predecibles, miran los enlaces de mi tablero y envían a todos ellos mensajes ofensivos sobre mí, quería pedirte por favor que si lo hacen no los publiques (sé que es innecesario que lo haga) porque me hace mucho daño leerlos, lo único que me gusta de este mundo es escribir y no quiero borrar mas blogs, estoy cansado.

Bueno, Luna, un saludo y “autodestruye” este mensaje, por favor.

Que pases una feliz semana.

Anónimo dijo...

En Filigranes, una librería café de Bruselas, encontré esos mismos adhesivos. Pájaros en blanco y negro, de colores. Pájaros, sobre todo.
Por favor, dime dónde compras esa ropa que vistes tan bonita (la de la photo)

Beatriz.