15 agosto 2010

Lolita ¿yo?

Y lo digo con un calimocho (un mini de cinco euros comprado a la 1:25 del 15 de agosto de 2010 en las fiestas de mi actual barrio de La Latina -y con estas son ya 6 casas en las que he vivido, digamos, tres en Alcalá, dos en Almería, una en Niza y al fin Madrizentro, para ser exactos)... con un calimocho en la mano derecha tecleando a un dedo sólo (o solo, como prefieran, por la soledad del dedo que teclea, a veces una tilde nos separa y nos corrompe) sólo, sí, en la izquierda y esperando ahora, a las dos de la madrugada a que las deliciosas costillas barbacoa que Ibrahím y yo compramos en Opencore tras ver Origen en los cines de Príncipe Pío (ese príncipe gorrión que a Eliana le hacía tanta gracia, no menos que Vergara, siempre estamos hablando de pajarillos o qué), una película aburrida metafísicamente aburrida o quizá cambie de opinión mañana cuando los críticos den el gran OK a aquello que el choni de la butaca de al lado calificó como DIOS COLEGA QUÉ PARANOIA. Así me siento ahora en otro sueño u otra vida esperando la cena (siempre espero la cena, bien pizza, bien costillas, bien café con malvavisco). Pues bien. Lo digo porque últimamente más de dos o más de tres han repetido que ven en mí los ojos de Lolita ¿aryutalkintumí? Lolita es una zorra comparada con Monelle. Eso que quede claro. Haber sido Lolita a los 13 años puede pasar. Pero, ¿yo? ¿Lolita? Quedan 3 meses para que cumpla 20 años. Si algo tengo de Lolita son las pieles viejas y el olor desgastado. Las cicatrices de las piernas. Las heridas de las manos. Todo lo que antes era hermoso y ahora se prepara para el final. Tres meses para cumplir veinte años. Tres meses para cumplir veinte años. Llámenme Lola Font, la señora del calimocho en la mano. La chica del pelo curioso que sujeta un vaso cilíndrico-barbacoa mordido en los límites. Abismos. Que Lolita ya es Lola, léanlo en Fresy Cool. Miren mis manos. Miren esta pequeña cana en el decimocuarto pelo del quinto mechón de mi cabellera. Miren. Se lo digo así. De corazón. Con mi sangre en la mano derecha y un dedo solitario que no sabe decir.

18 comentarios:

Griada dijo...

Lolita está a un abismo de nosotras.

Luna Miguel dijo...

No si aún guardamos su secreto de entonces.

Julio Fontán dijo...

Queda TANTO para mis queridas fallas...

Chema González dijo...

volvamos a Lolita, Lola

Anónimo dijo...

Lo de la "Lolita" es una de las etiquetas más manidas que se pueden estampar sobre una persona... y sobre una artista. Ya era hora de dar un pequeño puñetazo sobre la mesa... con un dedo solo/sólo


María

tournesols dijo...

monellemonellemonelle

marine dijo...

Querida Monelle

carlos dijo...

Si te dis-gustó Origen, véte a ver la de Soderbegh y me lo cuentas..! Jaja... Me gustó tu post with calimocho.

mx dijo...

escribes maravillosamente con un dedo.

Luna Miguel dijo...

mil gracias,
tendré que practicar más

camaradeniebla dijo...

Luna lunera

Anónimo dijo...

Me dijeron hace mucho tiempo, la primera vez que leí lolita y aun era capaz de teclear con un solo dedo, porqué desarrollé una molesta artritis en la falange del dedo corazón que me obligaba a llevarlo constantemente erguido y supongo que por comodidad situaba a los demas penitentes a su alrededor, dándole a mi mano un gesto obsceno que la apariencia prefabricada nunca identificaba con una enfermedad sino como una muestra de rebeldía. En ese momento, que en mi memoria aparece como un fino hilo de agua mansa y brillante, un señor que trabajaba de conserje en un centro escolar donde poco a poco dejaba de aprender tanto como olvidaba, me observó leyendo Lolita, solo o sólo o con leche, en un banco apartado, en realidad no leía, tan solo utilizaba el libro como excusa donde posar mi retina en los periodos que conseguía desprenderla de un hechizo provocado por algún hada angelical, de rubios cabellos y ojos infinitos. Pero este señor, el conserje, se acerco a mi, titubeante, algo sorprendido por el contenido de mi no lectura y soltó: No se puede entender a Nabocov sino se esta cerca de cumplir cincuenta. Despues puso una mueca de asco y evito escupirme aunque creo que gustoso lo hubiera hecho, antes los conserjes eran muy educados, no le entendí, claro...

Amador Cea dijo...

Es que, joder, tienes pinta de lolita, al menos por lo que se ve por aquí.
Además de las peligrosas.

Un saludo.

nacho vega dijo...

... la chica del pelo curioso...

me encanta ver que el profesor Wallace sigue vivo en sus lector/s

:)

Anónimo dijo...

Sr, Anónimo postrero ¿tiene blog? ¿escribe con asiduidad?

nl

Jordi M.Novas dijo...

ostras.. pues en la foto sí pareces Lolita, pero la de Nabokov..

Gran texto. Como siempre.

Anónimo dijo...

Sí, lolita tu.
Ya te darás cuenta cuando crezcas.

Anónimo dijo...

Súbitamente genial.