Todas queremos ser Lolita. Todos queremos ser el que se despide. Porque Luis Cernuda era más elegante que Humbert Humbert y los pájaros mojados me acompañan esta noche. Esta última noche. ¿Te acuerdas del poema Nocte una? Última aquí sin mí y sin ti. Conmigo sintigo cosin... consiento los pellizcos esta última noche. Belladona y Nacho Vidal y un travesti ciego soplado vuvuzelas celestiales. Esa es mi despedida de soltera. Esa es mi fiesta sorpresa. Esta noche. Y toca David Kitay. Y las paredes huelen a violetas y aloe. Al perfume. Al jabón de la abuela. Todos quisimos ser alguien. ¿Te acuerdas de aquella gota de semen endureciendo mis pestañas? Todos queremos. Todos queremos salir de aquí. Todos los que alguna vez morimos buscando la belleza de una vida distinta.
7 comentarios:
noche de bochorno,
torso y sudor-sexo en gotas que se deslizan por el torno del convento. disfrutar la soledad no es pernicioso,
satisfacer la compañía del otro, a veces, es un camino sin retorno
Ay, mi querido Cernuda, que lloraba frente a los escaparates porque no se podía comprar esas camisas de seda que tanto le gustaban.
Yo también me despido para siempre, me voy "donde habite el olvido, en los vastos jardines sin aurora"
buen viaje...
Mejoras lo inmejorable!!
Parece la última noche de verano, suerte en las que están por llegar.
Un saludo Luna.
Sí, ayer me regalaron Cruzo un desierto. Me acuerdo bien de Nocte una, con sus ventanas-cielos.
Cuántas vidas soñadas en una sola...
La realidad o el deseo, siempre es así.
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