18 enero 2010

Rodillas rotas para la revista Vice.




Los hay grandes, pequeños, finos, gruesos, los hay circulares o cuadrados; y no hablo del miembro viril, ni del hit de Leonardo Dantés. Yo hablo de Malasaña, de Madrid, de la ciudad pivote. Porque los pivotes, pivorotes, bolardos, palotes, pinchotes o bolotes están muy presentes en las calles de la capital he salido a las más céntricas y modelnas para conocer algunas de las anécdotas de nuestros habitantes, y no sólo a propósito de esos molestos inventos que sirven para romper rodillas, pues el entramado de Madrid esconde tantísimos peligros nocturnos: obras, basuras no recogidas, los puestecillos de los chinos y su selvesa, los escalones torcidos... pero ay!, querido Gallardón, qué va a ser de nosotros.

Durante la encuesta callejera realizada entre los metros Noviciado y Tribunal, muchas fueron las Señoras que huyeron de mi cámara y mi libreta y muchos los malasañeros interesados en salir en la foto. Conseguí que alguno de ellos me invitara a un café al principio de la tarde y por la noche acabé tropezándome yo también con uno de los pivotes enanos de la calle Pez (hay testigos azulados). Pero aquí estoy, sana y salva. Viva para contarlo:


3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Testigos azulados? ¿Los gatos de Avatar?

Xío dijo...

Eso me recuerda a París,xD

Miguel Ángel Maya dijo...

...Yo vivía en la calle Pez. Me gustaba la calle, me gustaba el barrio, pero la comunidad de vecinos era la de Álex de la Iglesia. Seguro que la presidenta era una de esas señoras que huían de tu libreta...
...Me encontraba a Javier Krahe comprando el pan...
...Él también solía llevar una libreta jijiji...