Palabras que se izan como himnos. El verbo se hizo carne. Todo eso. La broma infinita. Tatuaje. El pálpito semántico. El bucle melancólico. Las ganas de buscar en la página el tacto novicio de un cuerpo, pero la página, Luna, es texto, hipertexto, hipervínculo, rozamiento a nivel muy íntimo de verbos copulativos. Los místicos sabían muy bien de qué iba todo esto. San Juan de la Cruz. La Santa Teresa. Franco Battiato es un héroe de las palabras izadas como himnos. Carne libre que pide carne. Un cuerpo, arqueado. La literatura será blasfema o no será. Convulsa o no será, como Bretón. No llevo tatuajes. No sirvo para eso. Los tatuajes se llevan en ocasiones dentro, Luna. Tatuajes privados. A ras de córtex. Me duele la vida pero los libros, los promiscuos, los castos, los heterodoxos, los libertinos, los píos, los condenatorios, los condenados, son siempre un túnel hacia el punto final de un trayecto antiguo. No he leído a Wallace. Me lo busco mañana. Sin falta. Ganas enormes. Te leo, te miro.
Gran entrada. Yo llevaba casi dos años en la cama con Emily Dickinson, con más alevosía pues la he estado traduciendo. A veces era ella quien me follaba, con un strap-on de 25 cm en algunos poemas...
16 comentarios:
entiendo que te encante :)
Este libro es muy promiscuo, me temo que tiene muchísimas amantes,
:p
Soledad
...Jo, Luna, nos estamos follando el mismo libro, sólo que yo lo hago en el sofá, cuando no está follando con mi novia en otro cuarto, claro...
No quiero hablar por temor a hacer literatura -o sin estar seguro de que eso no lo sería- aunque de hecho la literatura se origine en estas verdades.
Me gustan los párrafos del corazón, lo demás es literatura.
Cobarde!
Joder, es aspirar a entrar en el otro y el artista no sale jamás de sí mismo.
Y dos artistas?
En to' la cara, Charles.
También eres el único que me aparece en el correo electrónico.
Yo ahora me estoy follando 'Touching from a Distance' y 'Una mala faena'.
El primero con condón, claro.
Con Lennon no hace falta.
Besos.
yo estuve varios meses follándome la broma infinita
pure petite mort
después nada volvió a ser lo mismo
me lo follé sin condón, por supuesto
Veronique,
como ves yo llevo la petite mort de la Broma Infinita tatuada en mi pecho,
aquí
en mi piel,
toca.
Palabras que se izan como himnos. El verbo se hizo carne. Todo eso. La broma infinita. Tatuaje. El pálpito semántico. El bucle melancólico. Las ganas de buscar en la página el tacto novicio de un cuerpo, pero la página, Luna, es texto, hipertexto, hipervínculo, rozamiento a nivel muy íntimo de verbos copulativos. Los místicos sabían muy bien de qué iba todo esto. San Juan de la Cruz. La Santa Teresa. Franco Battiato es un héroe de las palabras izadas como himnos. Carne libre que pide carne. Un cuerpo, arqueado. La literatura será blasfema o no será. Convulsa o no será, como Bretón. No llevo tatuajes. No sirvo para eso. Los tatuajes se llevan en ocasiones dentro, Luna. Tatuajes privados. A ras de córtex. Me duele la vida pero los libros, los promiscuos, los castos, los heterodoxos, los libertinos, los píos, los condenatorios, los condenados, son siempre un túnel hacia el punto final de un trayecto antiguo. No he leído a Wallace. Me lo busco mañana. Sin falta. Ganas enormes. Te leo, te miro.
Gran entrada. Yo llevaba casi dos años en la cama con Emily Dickinson, con más alevosía pues la he estado traduciendo. A veces era ella quien me follaba, con un strap-on de 25 cm en algunos poemas...
besos
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