Al contrario que en las películas. Al contrario que en aquellas películas antiguas el silencio no es un problema. No es un signo. No es un fin universal. El silencio. El no decirse nada. No es peor que un domingo por la tarde. No es peor que un libro no devuelto. No es peor. Y ahora que me pitan los oídos sé que no es porque alguien me insulte sino porque alguien me ama. Me he puesto romántica después de bailar canciones absurdas en las escaleras mecánicas. Me he puesto triste después de cenar sola, sentada en el taburete negro, verduras frías y enlatadas. Mutante, no soy una mutante. Láser, no tengo la piel suave. Pruebe este juego, pruebe este juego conmigo, en el borde del abismo, brecha, tierra quebrada, acantilado, en el hondo borde: penetre, juegue, hágase cielo entre tanta humedad. Y quién es aquí el ausente. Quién es el culpable. Quién, el muerto.
6 comentarios:
Estos últimos así, a ráfagas, me gustan mucho. Dale duro.
Jao. Leo un poema de Queneau que dice asi: -Cuando los poetas se aburren entonces se les ocurre coger una pluma y escribir un poema. Es logico que en esas condiciones aburra un poco la poesia, la poesia-
Finalmente te atreviste con Char, por lo que veo.
Un abrazo
El ausente no puede ser el muerto,pero si el culpable. El muerto desde luego, solo puede ser culpable, ¿entonces?...error, no busques el culpable, basta aceptar la posición del ausente, una vez muerto. (si lo escribo 10 minutos más tarde, hubiera dicho otra cosa). Ahora me toca, "trabajar"...cosa fea la que tengo por delante. Me echarán, igual hasta de aqui.
Buen disparo. Como los que verdaderamente importan, da de lleno no sé si en el blanco, sí en el espejo, pero no rebota, fluye, traspasa, pasa al otro lado hasta clavarse en la sonrisa (desdibujada ya) del gato de Cheshire. Isidore Ducasse lo hubiera dicho con menor cordura. Pero -él sí- está muerto. Una pequeña diferencia.
Al contrario que en las películas, nada aquí parece muerto, huele a muerto, sabe a muerto ni lo está.
Temor y Temblor*
Publicar un comentario