20 octubre 2009

Te parto en ocho.


De las hojas caen árboles, que diga, gotas ácidas como muertos, como muertes diminutas, como uñas de luna (o leucocito). Jerseys negros. Cuello de cisne. Cuello vuelto. Cuello mordido: el aspecto violento del crítico o el avance hacia el oeste estéril o la tinta, tras la blusa transparente. Pero digo nada. Me fío más del aire que de cualquier palabra.

4 comentarios:

Donante de esperma descontento dijo...

A ti sí que te van a partir los antiabortistas, chupatintas.

Álvaro Guijarro dijo...

Sin quererlo vas y abres el poema, lo extiendes.

El perfume del pan...

Besos Luna,

Anónimo dijo...

Me fío más de la sombra del ruido y la furia del viento que del propio ruido del viento. Y del Sr. Samsa, pero esa es otra historia.

LucasParra dijo...

Tu poesía es lo mejor que he leído en mucho tiempo. Felicidades.