14 octubre 2009

El precio de la tarde.


La M-30 cubierta de sangre. Policía elíptica o sol excesivo de otoño. Relato lo que ocurrió ayer como si hubiera sucedido hoy. Digo: hoy comí mantecados de Santa Cruz de Mudela y un trozo de azúcar rodó de mi barbilla, mi camisa, mis pantalones de pijama, al suelo. No recuerdo si he comido azúcar. Si he manchado el suelo. Lo cuento como si fuera hoy pero puede que nunca haya ocurrido. Bebo café. Sigo dormida. Bebo café para aguantar las tres clases prácticas del día. Zweig fuera, Zweig caraculo, Zweig muerto. Busco tatuador. Quiero un Infinite en el pecho. Quiero un gorrión en el antebrazo. Busco tatuador. De eso hablas tú. Y el autor no puede alejarse de la obra. Si digo Estoy triste. Si mi personaje dice Estoy triste. Si el ensayo y la metáfora son tristes. Será por algo. No voy a decir dónde viajo porque ya lo sabéis y es oscuro. Viajo en el artefacto. La sangre en la carretera: huele a muerte y no es de animal, huele a muerte y no es de poeta, huele a muerte y sigue siendo otoño ahí fuera.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¿A qué huele la sangre de un poeta?
¿A qué huele la muerte?
A la Schekina.

Magnífico, de nuevo.
Bravo, Luna.

Luna Miguel dijo...

Es usted genial, Julio. Gracias.

Buenas noches.

Anónimo dijo...

Tatuarse es herirse.
Herida infinita.
Hasta que la muerte nos separe.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Todos los precios chorrean sangre, Luna. No hay precio que no babee coágulos.

El tatuaje es nuestra incisión voluntaria en el cuerpo. Nuestra intervención quirúrgica voluntaria, simultáneamente dolorosa y placentera.

Llevo mi tinta indeleble como quien dice: este cuerpo es mío y la última palabra la digo yo. Podrán arrancarme todo, menos lo que la aguja trace mi piel y las palabras que trace como agujas.

Te sobrevuelo en silencio.

Un beso desde las constelaciones del sur, que más al sur no podrían estar.

Churriego dijo...

Me laegro te gusten los Mantecados de Santa Cruz

JR dijo...

Sí, es oscuro, a pesar del sol de otoño y los mantecados de ocasión, y no, no sé adónde vas: para mostrar lo tatuado en el corazón hay que abrirse en canal. Caótico, interrumpido, intenso. Me gusta el final, circular, contraste de elevada intensidad frente a ese pequeño animal que puede no haber vivido, y sigue siendo otoño ahí fuera.

Luna Miguel dijo...

JR: me gusta la tinta, tanto o mas que los mantecados.
Un abrazo y gracias.


Y Churriego, viva Santa Cruz!

Gerard dijo...

Hola Luna, me ha gustado mucho tu entrada del blog de Público. Las referencias a Barcelona y la guía Cool, que es donde vivo yo. Saludos.

Mar-ia dijo...

En tu entrada anterior, me quedé con las ganas de saber de dónde venían tus ganas de evitar la prosa poética ...
Me gusta tu prosa, que es poética, porque se te lee libre.