13 septiembre 2008

Él es número. Yo soy odio.

Poema de Enrique Morales Martínez.
Bohemio para algunos. Amigo para mi.


La mujer que odia

Lo que necesitamos es el odio, desde
que nacen nuestras ideas
Jean Genet

De tu espíritu, que es la mano ridícula que me pasea
por los arrabales asolados,
me diriges hacia todo tipo de trampas.

El arrabal en que naciste, palabra que creo de una
cálida flor o al menos de un arbusto afilado,
es una cara disparada al espacio, donde los rasgos se
confunden con excesiva facilidad.

El tiempo del desierto, arena que ya descendió por mi garganta
bajo la ley seca de la medida. El método es ineficaz,
el concepto es inexacto. Es tan tremendamente largo el minuto de
un accidente.

No sabes que idioma voy a tolerar. Desconfío de un lenguaje capaz de
diferenciar el lenguaje corporal. Yo hablo con un músculo. Con un órgano.
Tengo el cuerpo infectado de músculos. De órganos.

Y del desierto no sólo sacamos el tiempo, también criaturas
sepultadas y extranjeras en cualquier otro lugar, que ofrecen
su piel tan fraternalmente.

¿Sabes que Ferdinand tras revestir su cabeza con dinamita, se
arrepiente de haber encendido la mecha Pierrot?

Por un segundo es Pierrot, y recuerda que se llama
Ferdinand. Por una explosión es “le fou”.

Y el mar se extiende como todas las cosas infinitas que no entienden la fórmula de la dinamita, o del mundo de los hombres.

Yo te nazco aquí. Tú, me naces aquí.


http://leoneracircense.blogspot.com/

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El numero del odio circense, con la participacion de fenomenos contra natura. Monstruos deformes, comedores de tierra y descuartizadores de gorriones, amantes furtivos de las cucarachas.
Desde la mas salvaje cautividad, la Bruja del Odio, y el Bohemio del Tedio.

Luna Miguel dijo...

Pam!

camaradeniebla dijo...

es precioso, luna lunera.

Pablo S. dijo...

Fantástico.
Estoy demasiado de acuerdo con la cita de Genet. Espléndido poema.

Unknown dijo...

no sabía que tenías un blog :) te vigilo!! aunque no me funciona el lector de feeds con tu blog!

Julio Castelló dijo...

No sé por qué -razones técnicas, imagino, o torpeza personal, más que posible- hace tiempo que no podía dejarte comentarios en el blog, que sigo con rendido fervor...
Solo decirte que me ha impresionado la longitud y rotundidad del poema. Es como si algo se hubiera desatascado. Para saborear verso a verso.
Gracias.

David de la Mano dijo...

me gustó