Llevaba mucho tiempo obsesionada con la desaparición de Ruby, cantante escocesa autora de fantásticos discos como ‘Salt Peter’ o ‘Short Staffed at the Gene Pool’. Fue el Nadador quien tras publicar un libro sobre desapariciones me animó a realizar la búsqueda. Ruby, de ojos grandes, fue vista por última vez cerca de Gibraltar con un pañuelo violeta alrededor del cuello. Investigué y aprendí de memoria sus canciones, pero no hallé pista alguna. Sin embargo la casualidad quiso que yo asistiera hace unos meses a un espectáculo audiovisual frente a la casa de José Ángel Valente. El vendedor de bombillas de la familia Arqueros decidió darle vida a ese espacio con un juego de voces y luz casi espectral. No llegó mucha gente, al contrario, aquello parecía una reunión secreta, una acción clandestina, una invocación. Y justo allí estaba Ruby. Bella, atenta. ¿La había encontrado al fin?
Con algo de vergüenza comencé a hablarle del espectáculo, las dos estuvimos de acuerdo en que era precioso. La supuesta cantante escocesa tenía pinta de típica extranjera refugiada en la costa, como ésas que tantas veces nos hemos encontrado. Me dijo que se ganaba la vida escribiendo en un periódico de la provincia. “Lo siento”, contesté, “yo no leo la prensa local”. Y hablamos sobre la cultura de nuestra ciudad; “qué extraño no haberte conocido antes”. Aseguró que había pasado aquí toda su vida, yo sabía que estaba mintiendo. Quizá se diese cuenta de la situación y para evitarme me ofreció un trabajo. “Espíalos a todos”, dijo, “escribe todo cuanto ocurra bajo la luz de este lugar, y no cuentes nunca lo que hoy ha pasado aquí.” Ordenó que le enviara una fotografía y un texto de al menos doce líneas cada viernes a las cinco en punto de la tarde. No sé qué hará con ese material, porque no leo la prensa.
Al menos la he encontrado, y ahora escucho sus canciones a más volumen. “Play with me, play with me, don't you wanna come and play with me?” A veces me gustaría entrar en esos foros musicales de la red y contar mi secreto. He decidido guardarlo. Ahora paseo sola con la voz de Ruby dando vueltas en el Mp3. Me acerco a la Casa del Poeta, me quedo un rato… Puede que vaya mañana por la noche. ¿Y si de pronto el espectáculo reaparece? “I'm still running around in here.” ¿Volverá Valente a bailar a ritmo de desierto? “I'm still waiting to see.”
Con algo de vergüenza comencé a hablarle del espectáculo, las dos estuvimos de acuerdo en que era precioso. La supuesta cantante escocesa tenía pinta de típica extranjera refugiada en la costa, como ésas que tantas veces nos hemos encontrado. Me dijo que se ganaba la vida escribiendo en un periódico de la provincia. “Lo siento”, contesté, “yo no leo la prensa local”. Y hablamos sobre la cultura de nuestra ciudad; “qué extraño no haberte conocido antes”. Aseguró que había pasado aquí toda su vida, yo sabía que estaba mintiendo. Quizá se diese cuenta de la situación y para evitarme me ofreció un trabajo. “Espíalos a todos”, dijo, “escribe todo cuanto ocurra bajo la luz de este lugar, y no cuentes nunca lo que hoy ha pasado aquí.” Ordenó que le enviara una fotografía y un texto de al menos doce líneas cada viernes a las cinco en punto de la tarde. No sé qué hará con ese material, porque no leo la prensa.
Al menos la he encontrado, y ahora escucho sus canciones a más volumen. “Play with me, play with me, don't you wanna come and play with me?” A veces me gustaría entrar en esos foros musicales de la red y contar mi secreto. He decidido guardarlo. Ahora paseo sola con la voz de Ruby dando vueltas en el Mp3. Me acerco a la Casa del Poeta, me quedo un rato… Puede que vaya mañana por la noche. ¿Y si de pronto el espectáculo reaparece? “I'm still running around in here.” ¿Volverá Valente a bailar a ritmo de desierto? “I'm still waiting to see.”
7 comentarios:
No nos espíes.Lunita mañana escribo a tus padres que me he pasado toda la semana con 39º de fiebre.:-(
Ana te quiere, ven a Madrid :-)
¿Alquien sabe hablar en gallego?
jajajajaa
Luna, espía, cópialo todo en hojas de papel sueltas y dáselo con discrección. A buen seguro, esas hojas acabarán acumulándose para conformar una historia en la que todos juguemos un papel más o menos discreto. Millás lo hizo de pequeño, con el padre de su amigo, un agente secreto, y mira cómo le ha ido.
Qué casualidad más grande!!!
Qué bien suenan siempre tus melodías. Cada día mejor.
Qué historia tan intrigante. Y eso de los diecisiete añitos... ¿quién lo ha dicho?
Besos.
save
me
moon
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