15 septiembre 2013

Tres cosas que quiero deciros y una cita.

Si todo lo que tenemos como mundo y como dios son las palabras, debemos tratarlas con cuidado y con rigor: debemos adorarlas.
David Foster Wallace a Jonathan Franzen
entre su correspondencia de junio de 1992


Uno. Cuántas veces tocaría Cortázar su propio labio para describir con precisión aquel famoso borde del capítulo siete. Tocando. Dibujando hasta encontrar la palabra exacta. Adorando. O cuántas veces Nabokov chascaría la lengua intentando saber en qué diente o a qué altura del paladar las sílabas de Lolita emprendían su viaje entre saliva. Tocando. Chascando. Adorando.

Dos. ¿Sabías que Ted Hughes comenzó a versionar El libro tibetano de los muertos mientras miraba intensamente la luz al final de un prado, pero que nunca terminó el manuscrito? ¿Sabías que los gatos minúsculos no tienen miedo al agua, y eructan pompas de leche, y adoran demasiado al gato enorme que les araña? ¿Sabías, también, que la enfermedad (roga) es consecuencia del desequilibrio de los tres humores: aire (vata), bilis (pitta) y flema (kapha)?

Tres. Tengo que escribir sobre maternidad y no soy madre. Tengo que escribir sobre comida y no soy cuenco. Tengo que enamorar a Alicia: y no sé cómo.  

2 comentarios:

Ya es tarde dijo...

Miau

josé marcelo garcía dijo...

vienes a mi tierra, cosmopoética te acoge, he visto. Quisiera darte unos poemas que por envidia nunca serán publicados.