29 diciembre 2009

Au revoir putain d’année.

Poemas. Objetos de la muerte. Eterna muerte. Eterna inmortalidad de la muerte. Algo así como un goteo nocturno y afiebrado.

Poesía. Orina. Sangre.

Blanca Varela

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Algo supuestamente divertido que (lo juro) tampoco volveré a hacer.


(Un poco de publicidad festiva)

También hemos visto nenas pijas llorar en minifalda y hemos visto vómitos, y hemos visto Señoras Con Panderetas Bailando La Conga, y uvas que atragantan, y Ese-Eme-Eses fotocopiados, cursis, ridículos, que sobrecargan Matrix deseando lo peor al final de la noche: ¡Mucha Salud y Alegría para 2010! Pues claro que estamos sanos. Pues claro que somos felices. Pues claro que no queremos ser uno más en esa fiesta de sombras arcaicas que es La Noche Vieja. Porque también hemos visto a los mejores cerebros de nuestra generación consumidos por la locura del año nuevo. Porque también hemos pensado que la mañana del uno de enero se merece algo mejor que a un País Entero de Resaca. Por todo eso, y porque nos da la gana, el próximo 30 de diciembre mandaremos a tomar por culo la tradición celebrando el último miércoles Zombie de 2009. No te vistas de etiqueta pero etiquétate en todas nuestras fotos. Doce cubatas como doce campanadas. Y jode con tu baile la sonrisa pedante de Ramón García.

28 diciembre 2009

Sexo anal: para rezar por las (no)almas de las poetas (no)muertas.


El poeta, en cambio, no comulga con las abstracciones. Y si lo hace suele ser mal poeta. Aquel que para transmitir algo necesite acudir a recursos retóricos tan evidentes como el de las palabras últimas (la Muerte, Dios, el Amor, etcétera) es porqueno es capaz de hacerlo de otro modo. Un recurso fácil, palabras grandilocuentes que le abren, al oyente-lector, un territorio demasiado amplio en el que todo y nada es posible.
Chantal Maillard

a) La Muerte
Busco sexo. Busco sexo en la literatura. Porque esta tarde necesito sexo y aún quedan veintiocho horas para que Él vuelva. Busco sexo y encuentro Muerte. Pero no importa. Qué más da. Es lo mismo. Abro el libro. Bien abierto. Leo. Y Françoise Sagan me invita, ensalivada: A la muerte –no hablo de la enfermedad-, a la muerte la veo vestida de terciopelo enguantada, negra, y, por supuesto, irremediable, absoluta. Ahora bien, echo de menos lo absoluto como cuando tenía quince años. Desgraciadamente, he conocido lo bastante los placeres de la vida para darme cuenta de que mi noción de lo absoluto no puede denotar más que un paso atrás, una debilidad –que yo me empeño en imaginar transitoria-. Será, seguramente, por orgullo, y también ¿cómo no?, por temor. Mi muerte es el mal menor.
b) El Amor
Busco muerte. Busco muerte y entonces te espero porque ya queda poco y no quiero la muerte de otro yo solo quiero tu muerte tu muerte tu muerte aquí conmigo juntos. Busco muerte y encuentro poesía. Qué más da. Es lo mismo. Subrayo la página idiota y abro en canal a todos mis deseos. Abro el libro. Lo entreabro para que no huya. Leo. Y Sagan, esa zorra francesita vuelve a burlarse de mí: Pero vamos a olvidarnos de los locos de amor, de los que cayeron en el cepo, de los enfermos desahuciados y de algunos poetas. Olvidémoslos. Aunque esto es una estupidez: yo no puedo olvidar la Poesía, que, aunque nunca supe hacerla, es lo único que me gusta.
c) Dios
Busco poesía. Busco poesía y entonces te escribo todos los poemas, te leo todos los poemas, te menstrúo las sábanas y la mierda, y joder, que llegues de una vez, para el fin del mundo, para el fin del mundo o el año nuevo, y escucho Lhasa y atavío mi esqueleto de carne seca y luego bailo y… Busco poesía pero sólo encuentro a un dios pequeño y sucio. Un dios que no entiendo. Un dios con el que sueño y me da miedo. Dios que me obliga a rezar por el alma de las poetas muertas. Dios, que quiere ser perro. Dios, sodomizándome: pero yo no busco su diminuto sexo. No busco su Sexo Nadapoderoso. Ven, ven, ven. Amor. Y mata conmigo la grandilocuencia.

27 diciembre 2009

Hearts on fire.


Amor como enfermedad crónica: la diabetes del corazón: lo cursi de los neones: luces: el leopardo es una excusa, porque yo estaba sola: carmín: menstruación: matrimonio pagano que late en mis nervios: alfileres: medias rotas: vosotros y ella: y yo soy vuestra voz: canto de ceniza: el canto de la ceniza: hearts on fire… He visto cosas: No Necesito Insulina: Pacman Boy: Juro Que Hay Fotos Retratando Todo Esto.

25 diciembre 2009

Guagüís.

Algunas semanas más tarde, mientras hacemos como que hacemos el amor, ella me dirá: «Tú me necesitas porque estás obsesionado.»
Antonio J. Rodríguez
Llueve tantísimo. Miro la ventana y tengo sed. No bebo agua sin embargo, porque si una sola gota tocara mi lengua me inundaría de líquido transparente. Como una muerta. Me hundiría de lágrima inmensa. Llueve en el parque de los Yonquis. Y hay vagabundos respirando. Hay perros peludos engañados por el barro, semejantes a los dioses, perros con hocicos rasgados. Rasurados: mis labios rotos, pelados con marca de amor y de violencia. Pubis blanco en donde tú ahora duermes. Como un vagabundo. Como una muerta. Como esa lluvia fría que ahora me acompaña.

See the sea.


En Navidad sólo quiero sangre.

24 diciembre 2009

Happy Shit.

Una vez la mutación se ha completado, el nuevo órgano reanima el cuerpo de una forma que guarda poco parecido (fisiológico) al cadáver original. Algunas funciones corporales se mantienen constantes, otras operan con capacidades modificadas completamente. Este nuevo organismo es un zombie.
Max Brooks
El año pasado escribí Pharmagrip porque estaba enferma. Leía Virginia Woolf. Tenía frío. Me habían engañado. Esta navidad mi organismo, preparado para los excesos de los días festivos, ya se ha vuelto Zombie. Mi rostro es expresivo. Mi corazón repleto.

Plus d’info chez Ibrah.

21 diciembre 2009

Where's your head at.


Tengo orejas de mosca. Aunque no sé cómo son las orejas de mosca. Ni siquiera sé si tienen. Sólo oigo bzzz bzzz buáa. Y las manos me tiemblan, impacientes. Porque no me gusta Ana Gavalda. Porque leo a Saunders y a su limpiadora terrorista. Porque escucho con oídos de mosca, de insecto, de bicho loco: bichito. Mi madre se casó a los diecinueve años. Mi mejor amiga, a los diecinueve. Yo aún no tengo hijos y no quiero tenerlos. Yo aún no tengo libros y escribo mil poemas. Yo aún no tengo miedo, y espero, tumbada, a que un día este silencio sea el de nuestra propia cama. Bzzz bzzz buáa fiú: el viento de invierno en la ventana. Huele a sopa y a leche. Huele a chocolate. Mi pecho es el de un tractor inmenso. Rujo de mentira. No conozco a ese dios. Creo que soy joven. Sigo teniendo mucho sueño.

17 diciembre 2009

Quiero decir palabrotas.


Él tomaba pastillas, principalmente Lopressor y Altace, y varias aspirinas por día para empujar su sangre endurecida a través de las venas. Un milagro cotidiano, pensó ella, la sangre de un muerto licuándose en un cáliz roto. Sólo que el cáliz aún no está roto del todo, se corrigió al entrar en la casa: él sigue respirando.
Patricio Pron

Otra vez la enfermedad. Para la tercera edición de Síntomas (La Bella Varsovia, 2008) queremos poemas nuevos, enfermedades mortales, medicinas corrosivas (de esas que hacen pupita en el estómago y en la mirada). Estar enfermo, pienso, o querer estarlo, como cuando éramos niños: para no ir al colegio. Para no ir a la vida.

15 diciembre 2009

I might go crazy when you talk like that*


Pero les advierto
que vivo por última vez.
Anna Ajmátova

Todo rasurado: hasta la última pestaña de esta pesadilla monótona (y no hablo de ti sino del día a día a solas). Todo rasurado. Todo falso. Imitación punk de una poeta muerta. Si Pizarnik resucitó, ¿lo harás tú, vieja fría, vieja canosa, suicida idiota que me miras desde la página? Todo rasurado, coño o corazón: eso qué importa, si ambos huelen a vida, y sangran, y tiñen de amor. Todo rasurado para sentir mejor el hielo. Para decir ‘ey Pierre Hadot, ¿sabes cuánto te odio?, ey Freud, ¿te vas a la mierda?, ey Thoreau, y todo ese primer estante pesado de libros robados, ¿dejáis de removeros entre mis sábanas de una vez?' Todo seco. Todo muy seco y hermoso. Ajmátova estúpida: te advierto de que hoy te leo por última vez.

14 diciembre 2009

No escribas poesía.



con Ibrahim B.

El rastro de lo que no es sangre/ mutando color estéril/ sobre labios ácidos/ que no saben decir.

(Silencio. Silencio. Silencio)

13 diciembre 2009

Memorias del subsuelo.


Soy un hombre enfermo… Soy un hombre rabioso.
Dostoievski
Tengo los pechos hinchados y me duele la tripa, y no estoy embarazada, y también escupo flemas tricolores y como manzanas podridas, y no soy asquerosa. Tengo libros en ruso, tengo a Nabokov en ruso, tengo un resfriado ruso que me consume el cerebro, tengo hambre y como pasta sosa con fruta sosa y una chocolatina de regalo para alargar el sueño. Hace un año pensaba que la vida era una mierda y hoy no dejo de decir lo contrario. Hace un año me mataban. Hace un año leía a Tsvetaieva sin saber que hoy conocería a sus discípulas. No querer poesía es como no querer vivir. O eso pensaba, tonta de mí, que no quiero poesía y sin embargo vivo. Tengo el vientre suave y duermes a su lado. Tengo el pubis blanco y duermes a su lado. Tengo sueños leves y duermo sola y a mi lado sólo. Tengo diecinueve años y no les interesa mi opinión. Tengo novio. Tengo sífilis creativa. Tengo suerte, tengo mucha suerte.

12 diciembre 2009

Moscow.





En la habitación 605, ejecutivos y diplomáticos
hablaron de la soledad antes que yo.

08 diciembre 2009

"Si te lo tragas significa que le amas".


He empezado a leer a Patricia de Souza. Luego he pegado un mordisco al cruasán. He tratado de escribir algo público, digno de mi enfermedad, he sacado dinero y he hecho la maleta. He escuchado el nuevo disco de Air. He visto cómo Mandy Morbid me hacía una felación a mí. A mí que me gusta hablar del Cambio Climático. A mí que me gusta viajar acompañada. A mí, que estoy sola y soy egoísta. He empezado a leer Los dedos de Eros. He empezado a leer Vice: o cómo chupar pollas. He empezado demasiadas cosas. Y todas (incluso ese poema) acabarán en mi boca.

07 diciembre 2009

Diario de viaje: del sol al frío.

Moscú. Viernes 11 de diciembre.

Recital literario: “Encuentro ruso-español de jóvenes poetas”.

Este primer encuentro pretende establecer un diálogo entre creadores de España y Rusia menores de 35 años. Intervendrán, por parte española, Ignacio Cartagena, Luna Miguel, José Martínez Ros y Antonio Mochon. Fruto de esta iniciativa será un libro que recogerá varios de sus poemas traducidos al ruso.

Además de la mesa redonda, que se celebrará en la sede del Instituto Cervantes a las 19 horas, habrá una clase magistral, una lectura poética y una conferencia en diversos lugares de la ciudad.

Organizado por el Instituto Cervantes de Moscú con la colaboración de la Embajada de España en Rusia y la Fundación Stella Artis (Moscú).


(Sin casa preparo la maleta un poema impreso en piel de leopardo el pájaro el gorrión tu árbol es sólo tuyo no quisiera morir en el frío echarte de menos baby baby baby).

06 diciembre 2009

Crucigrama.

Almería, diciembre, 2009
No quedan versos diminutos
ni fórmulas crípticas
ni línea telefónica en el mar.

Las Homeless Pistoleras: fotos de Laura Rosal.

Sevilla, diciembre, 2009








Noche en Sevilla con Laura Rosal, Enri Circense, Ibrahim, Alejandra Vanessa, Sara Toro, Javier Gato, Nuria Mezquita, Cangrejo Pistolero, Chichimeco, Recuerdounarbol, Nacho Montoto, Vicio, Señorita Espanto…

01 diciembre 2009

Da funk.


Viaje: Sevilla-Almería. Viaje: Moscú. Viaje: Liria. Poemas impresos, ropa planchada, el médico no responde al teléfono, no tengo los billetes aún, quién tiene mi cabeza, hablas raro, hablas más raro que de costumbre, sin ideas para escribir lo público, con demasiadas ideas para escribir el vicio, tu boquita está bien, tu boquita está bien: que ya sabemos tragar sangre, que ya sabemos, chico Pacman, respirar droga. Delfines y alces en la novela de Tao Lin. Ya lo han traducido. Sí. Bien. Ya lo han traducido. Y tú con el spleen wireless (si pongo wireless corrige gíreles) provocando en la Revista: dame todo tu aire. Preparo los poemas: los nocturnos, los vomitivos, los ajmatovaicos y los que no te gustan (a mí tampoco) ni a ellos, preparo Daft Punk. Y sólo me duele tu garganta.

27 noviembre 2009

Mutatis mutandis.

Betty Blue
Yo soy de los que ironiza y se ríe de los saberes modernos. Y hablo de la asignatura de la Hermenéutica literaria como “la de las chuminadas”; yo digo a quien quiera escucharme en los apartes de las reuniones del Departamento que la hermenéutica contemporánea no es más que un depósito de gadámeres, que a Lyotard siempre se le ven los leotardos, que detrás de las palabras de Habermas tiene que haber más, que Schleiermacher parece el nombre del líbero de la selección alemana de fútbol, que la teoría de los polisistemas suena a teoría de los polichinelas cantada por Sarita Montiel en La Violetera (“cata carapum, catapum pum Candela, arsa pa’ arriba, Polichinela / cata catapum, catapum, catapum / como los muñecos en el pim pam pum”), que dispuestos a interpretarlo todo hasta el extremo, los teóricos se han convertido en miembros de la congregación de las hermeneutas de la caridad.
Javier García Rodríguez

Aprovecho las horas tediosas para mirarme los brazos. Qué asco, pienso. Alargados, velludos, llenos de las picaduras (todavía) de esa pulga de octubre. Miro mis brazos desnudos, el tatuaje de Betty Blue, la luna raquítica, y quisiera amputarlos para dártelos de comer. Como aquella tarde en el buffet chino, el animal caramelizado, idiota, ¿es un cerdo o es un pollo?, como aquel pato chino enrojecido: dártelo de comer. Y tú me das de comer a Jon Elster porque las uvas amargas son tu plato favorito. Aprovecho las horas de tedio y hambre para anunciar el vacío. A mi lado alguien ríe y no lo entiendo. No sé si hace frío. No sé qué es lo que duele. Quizá hoy esté mutando.

26 noviembre 2009

Vous êtes des animaux (arretez de vous reproduire).


Y, sin embargo, cuento mi historia,
recaigo sobre mí, culpable
de las mismas palabras que combato.
José Ángel Valente

25 noviembre 2009

Dilated moon.


En el autobús no se puede comer y por eso me siento al fondo y alimento mi ego con diminutas bolitas blancas de chocolate derretido y pienso que como lunitas pequeñas y pienso que como caquitas pequeñas y pienso que como poemas redondos que saben a vainilla y a galleta triturada. Detrás de todos los asientos mi asiento verde huele a sudor y enciendo el emepetrés y algo suena como la habitación de él pero estoy a demasiada distancia y hago como que pienso en cosas importantes, como el futuro de mi prosa, el declive de mi poesía, las ganas de viajar y abandonar algunos de los capítulos más inútiles de esta vida. Ojalá no tuviera que ducharme nunca, pienso, porque es tarde y hace frío pero mañana será pronto y hará el mismo frío y lloraré porque quiero oler mal, a sudor, como el asiento más alejado del conductor en donde como esas bolitas blancas que parecen astros y sé que tengo que escribir algún post inteligente, de esos que gustan a un par de lectores, de esos que alguien aprueba por compromiso, de esos que llevo tanto tiempo escribiendo sin motivo alguno. Lo mandaría a la mierda, pienso, todo a la caquita, lo mandaría. Y aquí tengo ciertos versos. Ciertos motivos breves para la existencia. Ciertas fórmulas críticas (de aspecto natural) que ni yo misma comprendo.

24 noviembre 2009

Mi novio es un zombie (reiniciando al monstruo).


Mi novio es un zombi
es un muerto viviente
que volvió del otro mundo
para estar conmigo,
mi vida ya tiene sentido.
Alaska
El viernes y sábado (27 y 28 de noviembre). Auditorio de La Casa Encendida:
Germán Sierra. Vicente Luis Mora.
Manuel Vilas. Jordi Carrión.
Agustín Fernández Mallo. Óscar Gual. Robert Juan-Cantavella.
Mercedes Cebrián. Doménico Chiappe. Eloy Fernández Porta.
Jordi Costa. Juan Francisco Ferré.

22 noviembre 2009

Neones de siempre.


Me dijeron que mis huellas dactilares eran invisibles y que no se apreciaban apenas en la pantalla gris. Me dijeron que mi piel era demasiado blanca, y que repitiera la foto: pareces un vampiro. Me dijeron que pasara, que era gratis. Que me invitaban a una copa. Que si yo iba la siguiente en la cola. Que no había papel. Que le diera un cigarro. Que Hola? Y entonces vi tu cara al fondo de la pista. Patrick Bateman. Me dijeron que me descuartizarían esa misma noche. Que me cortarían las manos. Que me despidiera de mis huellas dactilares invisibles. Que tu nuca es perfecta. Que cuando pierda, en este juego de comer cerebros insanos: mi identidad se extraviará.

19 noviembre 2009

Variación de “La mujer que odia”.


(Azul)Cuando nos odiemos es sólo un lema. Cuando nos odiemos es mi dedo presionando Supr., presionando c(rt)lítoris, presionando: este es el rostro que querías acariciar, este el gesto que querías obtener, éste es el color de ojos, éste, y es tuyo, éste es. Cuando nos odiemos es el título de nuestra primera novela.Es el nombre de mi último poema. Cuando nos odiemos es la primera cosa que temo si pienso en el futuro. Cuando nos odiemos no existe, o eso quiero, a corto plazo, que ocurra a largo, que no ocurra nunca, cuando no nos odiemos, que sea siempre, ay qué miedo mami. Cuando mis Ojos Monstruosos y el hueco de la mandíbula. Cuando te pueda susurrar: el desierto se escribe con tu sangre, la ciudad se escribe con mi semen. Cuando nos odiemos seré nadie porque yo no odio. Cuando nos odiemos será porque desde entonces no hemos dejado de arañarnos.