Cuando Jordi Carrión se mudó escribió muchas entradas de blog a propósito de la mudanza. En un intento de réplica, imitación u homenaje intenté una serie de poemas que llevan por nombre Independencia al igual que ese álbum de Facebook en el que voy subiendo las fotografías de esta época alegre. Copio unos versos que dedico a Laura Rosal. Hoy me he acordado de ella porque he conocido a una poeta de 18 años recién cumplidos que me recuerda muchísimo a mi amiga de Sevilla y futura compañera de piso. A Odile (la poeta de 18 años, cual Lola Font, habitante de Madrizentro) la conocí vía Facebook, también, gracias a mi amiga Nadia Leal (sí, la de la camiseta de Bob Esponja y el corazón de duuuulse de leche). Hoy he quedado con ella por primera vez para una de las entrevistas que estoy preparando para el diario Público. Odile. Quiero leer los poemas de Odile. Quiero que Laura Rosal conozca a Odile. Quiero que Laura Rosal bese a Odile. Quiero que Nadia Leal me bese a mí. Quiero que Ibrahím Berlín, a estas horas de la madrugada, salga de la habitación de al lado y me de un beso. Quiero muchas cosas, porque es tarde y hace calor. Y que Dios nos bendiga. Amén.
...
vuelvo
estoy donde debo
Laura Rosal
El único lujo aquí
es el agua caliente.
La certeza de tener
una piel
limpia.
La dignidad del gesto,
gota a gota,
sin jabón ni perfume.
Mi casa es tu casa.
Ven.
La bañera para todos.
Bendícete en este agua
púrpura.
Comprende qué poco importa
la precariedad
cuando tú
(lo sabes)
estás donde debes.