30 abril 2012

Radiografía del amor a tres.


Entran Antonio y Cleopatra con sus séquitos; los eunucos abanican a Cleopatra.
Cleopatra:
Si me amáis verdaderamente, decid cuánto me amáis.
Antonio:
Es muy pobre el amor que puede contarse.
William Shakespeare

1) Triunfal, el hombre deposita su tacto entre dos cuerpos lechosos, igualmente blancos, igualmente redondos, uno quizá más suave, el otro quizá más delgado, pero dos cuerpos que se rozan sin la timidez de las películas cursis, dos cuerpos que huelen a animal, que sudan como el animal y atienden a las convulsiones...

2) Hemos aprendido a vencer los celos y por eso estás aquí y nos quieres como nosotros te queremos.

3) Somos tres tristes gatos pelados, enfermos, tres gatos que ríen ante los ojos de otra mascota escondida ante el canto del sintetizador.

4) Triunfales, dos cabezas femeninas sobre el mismo pecho, dos manos femeninas sobre el mismo corazón, porque no eres más intrusa que el cariño, eres sólo el fin de una tarde, eres el amor que extrañamente te guardábamos.

5) Por eso sabemos despreciar lo innecesario de un hipotético dolor.  

29 abril 2012

Ninguna voz es la mía (V): mi particular resumen.



(Para todos ellos. Barcelona, 22 abril, 2012 post-Baeza trip)

Se trataba de estar allí con la voz pero estuvimos con el cuerpo. Sirvieron setas y huevos y había un trozo melón con velas clavadas sobre su jugo para que alguien las soplara el celebración del tiempo. Pero no había tiempo. Se trataba de estar allí. Teníamos drogas y acentos diferentes. Cada poema que decía sangre provocaba un aplauso cada poema que decía aquí o nosotros. Era importante reptar hasta el camino, ejercitar los músculos jugando a la pelota, ejercitar la mente con el insomnio: si he venido es por los celos, porque nos falta aire, porque el vino está en la cama y alguien dijo te odio, alguien dijo esto está mal, alguien dijo que Ernesto dormía con los ojos abiertos, tenía lo blanco del globo en lo blanco del labio, se había quitado las medias y todos cantábamos. La amistad se parecía al dolor y cuántas veces dijimos: dolor. Cuántas veces dijimos dolor los poetas, hablando de cacerías en la cena, cenando lechugas en la cena, cenando adolescencias inoportunas: ha llegado la niña, ha dicho “los helechos”, ha dicho que le gustan “los helechos”¿y quién podía echar de menos el hogar en tales circunstancias? Estuvimos con el cuerpo. Estuvimos deseando a cada cuerpo de aquella sala repleta de humo. Estuvimos deseando el amor de cada cuerpo porque eran íntimas las noches con el nervio acelerado:
dicen,
que el efecto del cristal es una hormiga en el estómago
dicen,
que todos comíamos flores o estampados
dicen,
que mi vestido de guirnaldas cuelga de una silla cual fantasma descalzo
dicen,
que no era nuestra voz pero eran nuestros cuerpos cantando casi hermosos mi amor lo dijo
y yo lo dije
y ellos lo dijeron
porque era casi hermoso
dicen,
que apartemos lo cruel
hacia otro lado. 

28 abril 2012

El árbol nervioso de la grieta.

La hora pastoral
de los animales en hilera. Atardece
vaca y ternero y vaca y vaca.
Muge, no porque la oiga, sino porque la veo
la precisa línea de la testa levantada
la del morro al mugir, los campos pastorales
caballo y potrillos cerca de la ciudad.
Be calm, decía en una lengua no 
suya, animal ser de la calma.
Olvido García Valdes

Animal ser de la calma. El enamorado animal. Solo es miedo a ser/despreciado/animalito. Despreciada animalita de la calma o cómo brillan sus ojos al mirar hacia otro lado. Los gatos se comen a las vacas. Qué irónico. ¿No? Qué irónico. Los hombres de manos bonitas. Los gatos que se comen a las vacas. 

27 abril 2012

Carte blanche.

Que se desgaste la lengua me hace parecer un gato. Primero el libro y luego el amor. Quizá porque Olvido García Valdés habló del animal quizá por eso, decía, quizá, por eso, el cuarto huele a perros quizá, huele a perros famélicos. Que se desgaste la lengua porque es de noche. Pero ya no es de noche. Pero estamos aquí. 

26 abril 2012

Ninguna voz es la mía (IV): un poema de Alberto Guirao.

retrato de Laura Rosal
Alberto Guirao me sorprendió gratamente este fin de semana en Baeza. Si su libro Ascensores ya me había parecido una maravilla, no puedo dejar de alucinar con los textos nuevos que tuvimos el placer de escuchar allí. Guirao me cede este poema para el blog. Desde que lo leyó he tenido ganas de compartirlo con vosotros:


UNIVERSIDAD

El primer día: hierba,
convulsiona el frío viento en chaquetas
y letra negra en papel.
El día dos: sol, tierra,
cigarros lentos –volcadas ánforas-,
su ceniza ascendía.
Luego el ladrillo guardó el calor y se cubrió de lluvia.
Donde las gotas quedaban los jóvenes veían el cielo
y entre los viejos barracones crecían las zarzas.
Él suspendió el examen de física cuántica
porque veinte años después se enamorarían
en la caja del supermercado.
Porque veinte años después moriría asfixiada en cocaína
aspiró la brisa del mar, rechazó los cócteles
durante el viaje de ecuador de carrera.

Perdió el pino sus ramas
y los besos cada vez más silencio.
Crujieron los apuntes,
durmieron las baldosas
bajo helechos hasta octubre. Follaron
aquel verano todos.
Trajeron otro estigma
velando la piel lamida por el sol,
también otras consciencias.
Pero en la facultad siguieron llamando
teorema al teorema, poesía
a la poesía, saber
a la razón, futuro a un currículum.
Y sembraron el Campus de ecuaciones, gramáticas, razones, currículum, afeitadas cabezas
que susurran predicciones a los crédulos y con sus gafas recortan
en patrón uniformado las nubes
y someten las flores a la zozobra bursátil y escriben
tratados muy serios: “Del ángulo del
codo sobre la mesa”.
La rueda giró cruelmente arrastrándolos en su mecánica melodía.
Había llegado el gran taxidermista con aforismo de succionarles la carne,
con bisturí de sentenciar el suceso.
Años después –quizás veinte- llamarían
casa a una casa, trabajo
a un trabajo, amor
a su neurosis, realidad
a un ridículo apéndice de su anegada voluntad.

El día dos: la sombra
de los bustos sobre ombligos y un temor
de incierta alma máter.
El primer día: runas
en las mesas, las palpan descifrando
avisos del ilota.

22 abril 2012

Ninguna voz es la mía (III): cáncer de helechos.

Poetas y amigos en blanco y negro.











Poetas y amigos en color.










Antonio Alías, Marisol Salanova, Javier Castro, Carlos González Fuertes, Eric Lluent, Gema Malta, Unai Velasco, Carlota Moseguí, Sandra Martínez, Antonio J. Rodríguez, Alberto Guirao, Javier Gato, Julio Fuertes, Enrique Morales, Ruth Llana, Laura Rosal, David Leo García, Matías Candeira, Marina Ramón-Borja, Sara R. Gallardo, Diego Moya, Ernesto Castro, et moi. 

Dándolo todo en Baeza. 

17 abril 2012

La luz de la tarde aquí, aquí, aquí.




"Soy un Rimbaud que no se ha convertido en tal".

Oh ¿sabe una cosa? Es agradable estar enfermo,
lejos en algún sitio descansa la escuela
y tantos libritos queridos en la almohada,
que no da tiempo a leer antes de morir,
la amiga fiebre está un momento en casa,
ha venido sólo por un rato,
nos golpea el corazón, nos ruboriza la cara,
y asusta a mamá, pero sólo un poco,
como para que se lleve las manos a la cabeza,
luego viene el doctor, para mirar,
dónde está metida, dónde se ha escondido,
tal vez en la garganta, o sólo en la lengua,
sonríe, la encuentra y dirá,
que ha soñado con un muerto
y que estaba vivo, que no estaba muerto, ¡no lo estaba!
Jirí Orten

"Soy un Rimbaud que no se ha convertido en tal", eso dice Jirí Orten de sí mismo. El joven poeta checo (desconocido para mí hasta ayer, cuando encontré el su libro Bajo la tierra, recién editado por Salto de Página y traducido por la poeta Clara Janés en Tipos Infames) murió a los 22 años, víctima de la barbarie nazi y completamente consciente de su fatídico destino. Así lo cuenta Janés en el prólogo, pues Orten es una suerte de poeta-oráculo que ve su propia muerte a través de las palabras. Sus versos recuerdan a la vitalidad de Arthur Rimbaud y también a ciertos trazos de lo que sería la poesía de Félix Francisco Casanova. En estos poemas Orten tiene tanto de adolescente y de niño sorprendido con el mundo como de adulto y visionario, con esa seguridad en las imágenes y en el ritmo que dejan al lector deseoso de más: qué literatura más jugosa, pienso, y qué agradable descubrimiento. La  naturaleza, la juventud escondida, la enfermedad y la guerra, las muchachas hermosas, la decrepitud de Europa... Muy fan, sí... soy muy fan desde ya. 

16 abril 2012

El rey mató al elefante (II): una variación improvisada.

Aquí la arena muerta, aquí el cuerpo salvado:
La Mujer respira, el Hombre está de pie. 
René Char


Ecografía:

Ayer lloré con esos ojos. Imagínate una noche en la que todo es silencio y hasta las manchas de la pared laten al ritmo de tus nervios. Se te sale el corazón. Eres una escena de una película de yonquis adolescentes, de una película de aquellas guerras en las que siempre mueren los débiles. Se te sale el corazón. Nadie responde a tu voz y sólo otra voz sería suficiente. Imagínate dentro de esa noche y luego rómpelo todo. Afuera el árbol. Adentro la hilera de libros (esos cientos de lomos de colores desordenados que te ayudan a poner los pies sobre el suelo). Ponte los calcetines. Hace frío. Aquí no hay cucarachas porque no estás en tu casa. Hace frío. La calefacción huyó hace horas. Imagínate una noche caliente. Hace frío. La abuela no se va a morir. Tú no tienes cáncer. Él aún te quiere. Yo, con el frío hasta el cuello. No sabemos por qué estamos tan nerviosos. Amamos a nuestros amigos. Amamos a nuestros animales. Amamos lo que comemos: el estómago lleno de flores, lleno de fruta, lleno de semen. Amamos. Estamos lejos del hogar pero estamos -si es que eso importa. Minutos antes el Rey había matado al Elefante. El Rey había matado a las Arañas. El Rey había matado a la Mascota. ¿Has visto qué pena? Con la pólvora hasta el cuello y el brazo que levanto pienso en esas cosas, pienso en animales, en reyes, en enfermos. Con el brazo hacia las ramas: disparados, muertos.

15 abril 2012

El rey mató al elefante.


Betty Blue
Yo, con la sombra hasta el cuello.
Olga Orozco


Introducción estomacal:

Yo, con la sombra al cuello y el tratamiento expandiéndose por encima de la cicatriz. Tú, echando de menos la mirada del humano: sólo hay pelos de gato pero has limpiado la casa, me dices, has limpiado la casa para no sentirte solo entre tanto resto que no es mío, que es tuyo, que ni siquiera es tuyo, que es pelo de gato porque sólo hay pelos de gato desde que la ciudad desapareciera del marco de la ventanilla. Yo, con la sangre hasta el cuello. El dolor de un bulto hinchado que no nos deja respirar y por eso asusta. Tienes que ir al médico, la perra de los vecinos se llama Luna, ¿has pedido cita? ¿Te sigue doliendo? A veces es mejor salir. A veces es mejor esperar la llegada de ese coche azul lleno de poetas y lleno de drogas. O para qué los poetas. Para qué las drogas si esta que lamo no quita esto que temo. No elimina. No sana. Entramos entonces al hogar y algunos se rieron de nosotros porque no comíamos carne. Minutos antes el Rey había matado al Elefante. El Rey había matado al Tigre. El Rey había matado al Búfalo. El Rey había matado a las Libélulas pero nosotros también éramos monstruos porque no comíamos carne. Con la sombra hasta el cuello y los animales muertos. Disparados. Muertos. Disparados. Muertos. En casa de la abuela no huele a nada. Me ha mirado y me ha dicho qué guapa estás pero sólo tiene un ojo. Le quitaron un pecho y ahora no tiene ojo. Le quitaron grasa y ahora sólo tiene grasa. Le quitaron la vida o se la quitó ella sola “veo una gran mancha negra que se endurece con el tiempo”. Colores que endurecen, pienso. Pigmentos complicados los de la vejez ¿has visto? ¿Has visto como hay que cuidarse para que no te pase lo que a mí? Y tiene bolsas de sangre detrás del globo ocular, me cuenta, bolsas diminutas como las que hilan los camellos de la Rambla, verdes o azuladas, trozos de basura que son sus ojos. ¿Has visto qué pena? Con la pólvora hasta el cuello y el brazo que levanto pienso en esas cosas, pienso en animales, en reyes, en enfermos. Con el brazo hacia las ramas: disparados, muertos.

14 abril 2012

Los estómagos (resumen ilustrado de lo que me obsesiona).




Buen diente, lector, y buen estómago, ¡eso te deseo!
Friedrich Nietzsche

Con dos vueltas de llave cerraron la cocina
No nos dan mermelada ni pastel de cereza
ni el amor ni la muerte extraña fruta que deja un sabor ácido
Pere Gimferrer

Si viera un gato muerto me moriría pensando en el cariño que se le dio.
Begoña Callejón

13 abril 2012

Literatura (para la) enfermedad.

Mientras la lectura sea para nosotros la incitadora cuyas llaves mágicas nos abren en el fondo de nosotros mismos la puerta de las estancias en las que no hubiéramos sabido penetrar, su papel en nuestra vida es salutífero. Se vuelve peligroso al contrario cuando, en vez de despertarnos a la vida personal del espíritu la lectura tiende a sustituirla, cuando la verdad ya no se nos aparece como un ideal que solamente podemos realizar a través del progreso íntimo de nuestro pensamiento y el esfuerzo de nuestro corazón, sino como algo material, depositado entre las páginas de los libros como una miel elaborada por los otros y que no tenemos más que molestarnos a alcanzar en los estantes de las bibliotecas y degustar luego pasivamente en un reposo perfecto del cuerpo y de la mente. 
Marcel Proust

En Días de lectura (Taurus, 2012) encontramos una pequeña selección de textos a propósito de la lectura y sus consecuencias. Marcel Proust habla con pasión y admiración de sus autores favoritos e incluso crea lo que hasta la fecha me parece el ejercicio de crítica literaria más hermoso que he leído gracias en un extenso artículo sobre Ruskin. Al entusiasta texto le siguen otros dos más cortos y algunos fragmentos llenos de referencias y obras de la literatura francesa y europea clásicas o de su tiempo. Pero de todo el libro, lo más interesante es, sin duda, su teoría sobre el lector como ser enfermo. Dejando a un lado el tema de literatura y enfermedad como una pareja más ligada a la creación, Proust compara al lector con un enfermo que sólo debería curarse a través de la lectura, y la lectura, y la lectura...

Interesante lectura para amantes de Marcel Proust (y para no-amantes, que a mí nunca me ha emocionado del todo) y fantástica edición de Taurus (directamente traída de la colección Great Ideas de Penguin), para aquellos enfermos que se atreven a coleccionar joyas de papel. 

O todo lo contrario.


12 abril 2012

New Spleen (II): eso es lo que divierte de Tao Lin.


Aleksandra W. 

El año pasado se lió una guerra gorda por culpa de Tao Lin. Como recordaréis, la editorial Alpha Decay publicó la última novela -Richard Yatesde- este fantástico y extraño autor. Se trataba de un libro depresivo y adolescente cargado de sexo, de peleas, de imágenes poéticas  que a veces incluso rozaban lo emo... así como de la interiorización de las nuevas tecnologías y el uso de estas como arma para solitarios y raros… pues encender el ordenador y verse deformado en cada red social puede recordar a la sensación a despertarse una mañana convertido en insecto: todos somos cucarachas, algunas vuelan, otras trepan y otras saben ignorar lo crujiente de su pequeño cuerpo. Con esto sólo quiero decir que Tao Lin habla de la monotonía, de lo raro, del hastío, de lo que uno quiere ser y no es, del nuevo spleen y, en definitiva (viva la bipolaridad literaria) de lo divertidas que resultan al final todas esas cosas terribles que vengo de citar. Porque somos seres ridículos (leo en el poema de David Leo García) que se creen seres sagrados: hay que reírse de uno mismo, y cuanta más tragedia, más risa. Pero yo me pregunto, ¿qué diablos es lo trágico hoy? Ni lo sabemos. Ni nos importa. Aunque aquí el autor parece intuirlo...

Como dije antes, se lió una buena con Tao Lin hace ya un año. Mas allá de todas las discusiones, reseñas, contrareseñas, insultos o alabanzas desmesurados, el joven autor se ganó a un público muy fiel en España, pues su narrativa supuso para muchos una renovación, o bien, una confirmación de que aquí estaba pasando algo grande, algo distinto. Algo de lo que todos nos acordaremos y no un mero hit absurdo y cansino. Tao Lin lleva años estando en boca de todos en su país, y ahora, además, ha firmado contrato con el sello Vintage del grupo Random House, que publicará su próxima novela en 2013. Una carrera envidiable, pues, la de Tao Lin, sobre todo para quienes hemos leído Robar en American Apparel (Alpha Decay, 2012) su segunda y autobiográfica novela ya que su historia nos ha dado cuenta de las penurias que el autor vivió durante su adolescencia, mucho antes de alcanzar la fama como escritor.

Robar en American Apparel es, finalmente, un catálogo de obsesiones que Tao Lin pone en boca de sus protagonistas, cuya ambición es son “la no ambición”, cuyos interés es “el dejarse llevar”, cuya literatura reside en vivir “muy fuerte” para evadirse de todos sus aparentemente absurdos problemas. Sam es el protagonista de la historia, y es un estorbo para todos sus amigos. Con ellos tiene conversaciones delirantemente lentas y absurdas y a menudo uno se los imagina bastante drogados o borrachos. Robar en American Apparel no es otra cosa que la segunda parte de Eeee eee eeee (El tercer nombre, 2009) y una suerte de adelanto de lo que más tarde nos mostraría en Richard Yates, como si de pronto Sam y Sheila fuesen los fantasmas del pasado de Dakota Fanning y Haley Joel Osment (esos simpáticos héroes modernos y literarios).

Hay quien dice que este libro es divertido, pero a mí no me lo parece. A mí me angustia. Me saca los ojos y las vísceras. Otra cosa es que haga reír al lector con una risa nerviosa que dura desde la primera hasta la última página. Una risa infinita porque, aunque corto, este libro es de difícil digestión... e incluso uno desea leerlo muy lentamente para que nunca se acabe. Robar en American Apparel no es divertido pero tampoco anodino. Robar en American Apparel no es para modernos que visten de American Apparel. Robar en American Apparel no es un libro para ladrones, ni un libro para robar. Robar en American Apparel es un libro para lectores curiosos, amantes de la literatura más canalla y coleccionistas de historias hermosas. Y desde aquí lo aviso: no lo compréis si no os gustó Richard Yates, o bien, compradlo si queréis ser cómplices de los inicios de quien ya se ha convertido en autor de culto y referente para muchos de nosotros. 

Mientras tanto espero ansiosa a que llegue 2013 para leer su nuevo libro. Quiero más. Quiero más. Quiero mucho más. 

10 abril 2012

Días de lectura y de delitos.

El médico me ha dicho que las cicatrices tardarán en desaparecer por lo menos cinco años entre cremas, parches de gelatina y total ausencia de sol. ¿Cuántos libros leeré de aquí a que esas tontas manchas rojísimas desaparezcan? Empiezo a contar desde ya: 
...

09 abril 2012

No somos una generación (III): “Ninguna voz es la mía”.


Betty Blue
No sé cuántos meses hace que no veo a algunos de mis amigos y compañeros de batalla Laura Rosal, David Leo García, Antonio J. Alías, Marina Ramón-Borja, Javier Gato, Sara R. Gallardo, Alberto Guirao o Ruth Llana, entre otros (a Ernesto Castro no lo menciono, que le vi el martes pasado, y a Unai lo veo casi cada día danzando con sus rizos), pero esa distancia temporal producida por una (cara) distancia espacial y la falta de transporte (barato) que nos una... se acortará muchísimo e inevitablemente la semana próxima (20 y 21 de abril) en un lugar llamado BAEZA gracias a la gestión de AJAlías y en celebración del autor del verso que da nombre al evento y a la segunda parte del título de este post. Antonio Machado y Baeza (1912-2012) Cien años de un encuentro. Aquí participaremos los ya citados LR, DLG, MRB, JG, RLL, AG, UV, EC, SRG et moi en un recital doble viernes tarde y sábadomorning (el organizador fue cruel al pretender que los de la segunda tanda no muramos el sábadomorning). Además confirman asistencia gentes como Antonio J. Rodríguez, Julio Fuertes, Marisol Salanova, Judir del Río, Marga López Morales, Eric Lluent... para darle a todo un toque más hardcore y divertido, y, de este modo, invocar entre todos a la pequeña LEONOR, a la que tanto amamos.

Os aviso de esto porque ahora que Cosmopoética ha dejado de lado el aspecto más joven y fresco del festival (la pérdida de Cosmo es una tragedia absoluta), me siento obligada a invitaros a venir como si de un nuevo festival se tratara. Sé que no somos el SÓNAR. Sé que no somos una generación y que ni siquiera esa voz es la nuestra pero prometemos pasarlo bien en Baeza y rezar con vosotros en esta misa poética y machadiana... Que sí. Pues eso.  On fire. 

+Info:

05 abril 2012

La abuela dice -hay que comer bien- y entonces abre la nevera con mi cadáver dentro.


Quito la piel de la piel
saco el ojo del ojo

extraigo las entrañas de las entrañas
raspo la carne de la carne

arranco el corazón
del corazón

vacío la sangre de la sangre

hiervo los huesos hasta que no quede nada
más que los huesos

escurro el fango de sesos
y dejo sólo los sesos

lo empapo todo
del aceite exprimido de la vida

come

come

Ted Hughes

Hablando de poetas asquerosos y bebiendo vino de gato.






Además, aquí podéis leer unas cuantas confesiones literarias y extraliterarias: Books on fire (x2)
Miau.

03 abril 2012

Circles: la transparencia.


Eran cadáveres y eran transparentes, nadie nos dijo que eran cadáveres y eran transparentes, los animales nadie nos lo dijo eran cadáveres envueltos en plástico no deja de sonar aquella canción quiero comer la piel detesto el pelo quiero comerme toda Artaud transparente era un cadáver ¿en qué se convierte el libro? ¿En qué cubierta convierte cunvierte conbuerto vertritrrrrr tra traffff ffff fffff #######? En qué cubierta se convierte el muerto en muerto, el loco en loco, el poeta en poeta. ¿Has visto al muerto arder? ¿Has visto al poeta decir? ¿Has escuchado la canción que no dejaba de sonar, o era un disco, o era tu polla tupollalalalalalal #####? Me gustan las noches así. Las noches que empiezan y acaban en el mismo gesto, la mamada, el muerto, poeta loco. ¿Te has dado cuenta de la sombra, del calco, te has dado cuenta de que tu libro arde si lo tomo y lo leo? Me he comprado plataformas nuevas, he rasurado mi pubis y las cicatrices de los bichos siguen ahí. Eran cadáveres y eran trasparentes pero nadie nos lo dijo, and again, and again. Nadie nos lo dijo.****** (Pero él ya duerme).