Real poetry is a party, a wild party, a party where anything might happen. A party from which you may never return home.
Dorothea Lasky
Dorothea Lasky
El otro día Sergio Gaspar, editor de DVD Ediciones, me llamó enfadado. ¿Conoces a Eloisa? Emmm... no... ¿por? Pues porque esa persona se ha quedado con tus pruebas de imprenta de Poetry is not dead. Mierda. Mierda. ¿Y qué hacemos? No sé. Vieja bruja. Ladrona de poemarios. Lista, listísima conserja embrujada de cualquier edificio de esta Madriz Idiota. Eloíiiiise (sonaba Tino Casal en el hilo musical de su guarida maldita) Las tropas de MRW entraron de nuevo en el edificio: por favor, Eloísa, entréganos el manuscrito. Es de vital importancia que lo devuelva. ¡Os juro que conozco a Luna Miguel Santos! ¡Os juro que le iba a dar el paquete! ¡Pero si Luna no vive aquí! ¡Pero si Luna vive a varios kilómetros de aquí! ¡Ay, ay!Y al fin. Y por fin. Y de una vez por todas Poetry is not dead ha llegado a su dueña. Apenas una coma corregida y los nervios, sí, los nervios. Porque también tengo en mis manos el brevísimo pero precioso ensayo ilustrado de Dorothea Lasky Poetry is not a project (UDP, 2010) y también tengo en mis oídos este remix de Yeah Yeah Yeahs, y también tengo en mis ojos la cita de Ken Baumann en HTML Giant (mi revista preferida), y también, en mi corazón, el humo rojizo de Ibrahím B: ya hace frío en la capital. Ya hace frío. Ya hacen casi dos años y Dorothea Lasky lo sabe. Los poemas se extravían, como las vidas, como el tiempo. Y aquí, en Madriz, todo es una fiesta.