30 septiembre 2010

Madrid era una fiesta.

Real poetry is a party, a wild party, a party where anything might happen. A party from which you may never return home.
Dorothea Lasky

El otro día Sergio Gaspar, editor de DVD Ediciones, me llamó enfadado. ¿Conoces a Eloisa? Emmm... no... ¿por? Pues porque esa persona se ha quedado con tus pruebas de imprenta de Poetry is not dead. Mierda. Mierda. ¿Y qué hacemos? No sé. Vieja bruja. Ladrona de poemarios. Lista, listísima conserja embrujada de cualquier edificio de esta Madriz Idiota. Eloíiiiise (sonaba Tino Casal en el hilo musical de su guarida maldita) Las tropas de MRW entraron de nuevo en el edificio: por favor, Eloísa, entréganos el manuscrito. Es de vital importancia que lo devuelva. ¡Os juro que conozco a Luna Miguel Santos! ¡Os juro que le iba a dar el paquete! ¡Pero si Luna no vive aquí! ¡Pero si Luna vive a varios kilómetros de aquí! ¡Ay, ay!Y al fin. Y por fin. Y de una vez por todas Poetry is not dead ha llegado a su dueña. Apenas una coma corregida y los nervios, sí, los nervios. Porque también tengo en mis manos el brevísimo pero precioso ensayo ilustrado de Dorothea Lasky Poetry is not a project (UDP, 2010) y también tengo en mis oídos este remix de Yeah Yeah Yeahs, y también tengo en mis ojos la cita de Ken Baumann en HTML Giant (mi revista preferida), y también, en mi corazón, el humo rojizo de Ibrahím B: ya hace frío en la capital. Ya hace frío. Ya hacen casi dos años y Dorothea Lasky lo sabe. Los poemas se extravían, como las vidas, como el tiempo. Y aquí, en Madriz, todo es una fiesta.  

Estar enfermo (IX): segunda edición, etc.

Ya está aquí la segunda edición de Estar enfermo. Hemos querido hacer algo especial y para ello he añadido tres poemas más pertenecientes a aquella época (2006-2007) en la que el libro fue concebido. Pronto La Bella Varsovia los publicará en la web para que aquellos que ya tenéis la primera edición también podáis verlos. (Gracias por hacer posibles estas pequeñas cosas).

28 septiembre 2010

Everything in the world is quiet.

Mi abuelo tiene una cicatriz en el estómago. Mi abuela tiene una cicatriz en el pecho. Mi madre tiene una cicatriz en la garganta. Mi padre tiene una cicatriz en la rodilla. Mi amante tiene una cicatriz en el costado. Mi vida no tiene cicatrices, sólo manchas, sólo aceite y tiempo quemado. Sólo un rasguño. 

26 septiembre 2010

La literatura es una enfermedad, otra vez.


La literatura es una enfermedad, eso ya lo hemos dicho. Pero la literatura también es una terapia. Un modo para extender la epidemia. Un motivo para curarnos, sanarnos, enfermarnos y volvernos a curar. Ayer coincidí con David Leo García, nuevo vecino en Madrizentro. Me gusta leer a David. Llevo leyendo a David desde los 15 años y cada nueva noticia o poema que recibo de sus manos es una sorpresa. Ayer, como digo, coincidí con él y me entregó el último cuaderno que el Ateneo de Málaga le ha publicado. No he dejado de leer desde entonces el primer poema de Terapia. Me pareció fabuloso. Me pareció fantástico. Y después de que los Mormones nos despertaran esta mañana en House of Valparaíso para intentar vendernos de nuevo no sé qué cosa de Dios lo primero que he hecho ha sido releerlo. El primero, sin duda, me parece el mejor poema de la plaquette. El primero, sin duda, me parece el más hermoso conjunto de versos que he leído del poeta malagueño. ¿Nos persigue la enfermedad? Pienso. ¿Nos persigue? Si Lasky habla del coma diabético como muerte más hermosa y Litvinova asegura que nuestro siglo es el peor siglo para morir. ¿Nos persigue la enfermedad? ¿Por qué es tema fetiche? ¿Nos persigue el suicidio? ¿Por qué nadie se suicida? ¿Por qué? El otro día Ibrah y yo vimos Contra la pared de Fatih Akin, película donde los personajes decidían suicidarse no suicidándose porque esa era la mejor manera de ayudarles a seguir viviendo. ¿Estamos locos? ¿Somos jóvenes o estamos locos? ¿De nuevo el die young stay pretty...? ¿De nuevo eres el mejor momento para morirme? Aquí copio el poema. Aquí, amigos, la única medicina:

Dígame un color. El verde. Otro. El verde.
Una parte de la casa. El aire.
Una pregunta. La pregunta. Un escritor.
El misterio. ¿Qué asocia con un pájaro?

El misterio. ¿Y con un pájaro?
La infancia. ¿Y con qué césped?
La infancia. Dígame un color.
No lo sé. Un país. Casi todos.

Una enfermedad. Todas salvo la mía.
A qué ha venido aquí. Las… ya sabe,
las… qué le voy a decir, ya sabe,
lo de siempre.

Un instrumento de cuerda. El pentagrama.
Una parte del cuerpo. Los pulmones.
Una parte de la casa. El deterioro.
¿Un motivo para vivir? Alguno, el deseo.

¿Una enfermedad? La enfermedad.
¿Una cita célebre? “Claro que sí”.
¿Un motivo? Para morir. ¿Un motivo
para morir? Ninguno,
tal vez. El deseo.
David Leo García

25 septiembre 2010

Mis pertenencias.

Soy una mujer perforada
no hagan fila
nadie
es
culpable
Natalia Litvinova

Ernesto Castro me trajo de Buenos Aires el libro firmado de Natalia Litvinova (no me olvido de ti, esteparia, tengo un sobre preparado, lo puedes ver en la mesa, que pronto llegará a ti). Esteparia (Ediciones del Dock, 2010) no es el libro que yo esperaba. Para nada. Esteparia no es el libro finísimo que yo esperaba. Ni el libro primerizo. Ni el libro Pizarnik. Ni el libro Ajmátova. Esteparia es el libro de Natalia Litvinova. Esteparia es Natalia Litvinova. Sólo. Ella. Su voz es única. Su voz es el nacimiento que ella misma anuncia: mi padre me prestó su mano para que yo no supiera qué hacer con ella. Natalia es el padre femenino, el padre celeste. El padre celest-ial de una poesía aún sin escribir. Hay esperanza, pienso cuando la leo. Hay esperanza allá en el mar inmenso. Esteparia es un bien muy deseado. Uno de mis nuevos tesoros. Mi codiciada pertenencia.

21 septiembre 2010

La dulce enfermedad de Dorothea Lasky.

Laura Rosal


Esta mañana he recibido Awe (Wave Books, 2007) uno de los libros de Dorotrea Lasky que encargué a Iberlibro. Hace unas semanas. Aún no he podido leerlo entero, entre otras cosas por mi bajo nivel de inglés, aunque considero que la comprensión de estos poemas no era tan difícil. Sin embargo ya me ha llamado la atención esa parte titulada Ten lives in mental illness, donde describe distintos tipos de enfermedades llenas de pájaros, gargantas y cabellos. No he podido evitar acordarme de Síntomas o de Estar enfermo y de la tremenda coincidencia no en la forma sino en el fondo. En lo que ella dijo y yo dije. En lo que ahora leo y me reconozco. En lo que ahora admiro, rosa enferma. Musa de música humillante. Anoréxico corazón. Etc. 

I am in a blue sea and I am wearing a red nightie. The nightie has been ripped in places most of all by the nighttime. This sea is made of girdle-doves and thing-a-ma-bobs. O yes and bob too. Bob is kissing me and giving me flowers. He is giving me 8 headaches with his spinning finger. The finger he has made to court me but he does not realize no man who lives shall court me or please me. It is God who pleases me with his high and mighty and his amen and the room stretched out in light like a thing muscle flayed into the sun.
Dorothea Lasky

Pero no sólo la enfermedad. Como ya dije hace unos días Lasky es autora de Poetry is not a project, cuyo título y voluntad también guardan relación con mi próxima publicación de dentro de unos meses. Hoy mismo he comprado en Iberlibro otro de los poemarios de esta autora Black life (Wave Books, 2010). A veces me maldigo por no haber estudiado inglés. Por estar aquí parada esperando que algún traductor o editor se interese en todos estos autores que desde hace meses ocupan los lugares VIP de mi estantería. Es el caso de Chelsea Martin, autora de un fantástico libro de cuentos, divertidísimo y mucho mejor que, por ejemplo, el Querido diario de Lesley Arfin o el propio Eeeee, eee, eeee de Tao Lin que al menos sí ha sido traducido y publicado por unos visionarios y pequeños BTFL Books (y es una pena que este libro haya tenido tan poca repercusión en nuestro lindo panorama). No sé. No puedo decir más. Me emociona muchísimo leer algo nuevo y bueno. Me emociona leer a Dorothea. Me emociona saber que hay conexiones. Pequeñas venas. Filtros. Puentes de seda entre aquí y allá, allá y aquí. Lean. Por favor. Lean e investiguen. Luego nos quejamos de que aquí el mundillo está viciado y de que no hay nada más allá de los cabecillas, premiados y demás. Lean a Dorothea. Por ejemplo. Y su dulce y fuerte enfermedad. And what about poetry? My friend said he wanted to kill herself because she couldn't write a poem (D.L)

19 septiembre 2010

Poetry is not dead (III): 3AM, beware.

Cuidado: ¿hoy es domingo? Ibrah compra el vino blanco. Laura huele a Castilla (triunfante, alegre). Y Luna aprende inglés intentando reconocer su propia letra. Gracias a Steven Fowler por la publicación y la entrevista. Gracias a  Ángel, Kika, Antonio y Pedro por las traducciones.


Cuidado: Hoy Es Domingo y se publica en la página de DVD ediciones una especie de historieta sobre el argumento y nacimiento de Poetry is not dead. Una historia de los libros de mamá. Una historia de los amores de luna. Una historia de la poesía y las espinas de este cuerpo.  Que la poesía ha muerto. ¿Ha muerto? Blá blá blá.

18 septiembre 2010

Odio a los putos pájaros.

La tumba del marinero. O cómo un tatuaje se convierte en libro. En proyecto de libro. En poemario futuro. En carta a los extraños dioses de este jardín grisáceo. En secreto. En tinta. En pocas palabras. Porque a veces la palabra viaja más rápido que los huesos, y los huesos, y la edad, pesan poco, pesan pluma, pesan verso-diminuto, qué sé yo cuánto pesan. No suelo escribir poemas en este blog. No suelo copiar aquí lo que la noche anterior, o la otra, o la de más allá escribí. Pero La tumba del marinero es un territorio inseguro porque ni es mar ni es tierra ni es cielo. La tumba del marinero es un poema en construcción: casa fértil. Tatuaje. Libro.


EAT WHEN YOU FEEL SAD
(Zachary German)


Crema de cacao,

azul,

sobre el paladar del pájaro.

Si el pájaro tiene paladar ¿también muerde?

Si el pájaro tiene lengua ¿también chupa?

¿También mama del vientre de la mamífera madre

y chilla mámámá cuando aprende a hablar?

¿También mama de la mamífera muerte

y chilla

ah
ah
ahhh

cuando el viento agrede?

Odio al pájaro.

Odio a cada pájaro.

Odio a cada poeta que dice: pájaro.

Odio comer pájaros.

Odio el bocadillo de alas

flácidas

fétidas

pájaras y erectas.

Peludas.

Peludos pájaros tuertos

no habitan mi corazón

no habitan mis uñas

habitan mi estómago pero eso ya lo dije.

Los pájaros habitan mi estómago y no quieren salir

porque ya están muertos y me maman y me succionan

por dentro de la piel y de las células

y de las alas y de la sangre y de la piel otra vez.

Los pájaros son seres infames.

Los pájaros son seres inmundos.

Presumen con su vuelo ante nuestros ojos.

Ríen con su canto ante nuestras desgracias.

Se burlan con su aspecto de juguetes diminutos.

Pero qué abominable el pájaro.

Qué abominable el pájaro que muerdo.

¿O es él el que me come a mí?

Quién

come

a quién.

Quién

devora

a quién.

Crema de cacao, azul, en los labios de la Luna.

Si la Luna come ¿también llena?

Si la Luna digiere ¿también triste?

Si la Luna cebada ah

ah

ahhh

¿Cuándo saltará del nido a la tierra?

17 septiembre 2010

Siempre estaré borracha.

Jake Fournier
Hace poco conocí la web de Jake Fournier cuando buscaba información sobre jóvenes artistas norteamericanos. Jake es poeta y artista visual y en su ebrio blog podemos encontrar gran parte de su magnífica obra. Jake me pregunta que dónde vivo: en Madrid, contesto. Y hoy en Madrid el cielo truena, y cualquiera diría que va a llover y que el corazón se nos va a llenar de barro. El mundo está lleno de barro, pienso, pero a veces se encuentran cosas así de deliciosas. Sólo hay que buscarlas. Sólo hay que abrir Google y después de unas horas: zas! en toda la mirada. Se encuentra la maravilla. Eléctrica maravilla. Radiohead y radioheart. Nos hemos perdido tanto...

16 septiembre 2010

Léanme, dice el poeta infinito.

Betty Blue
Eres ignorada,
eres infinita,
como el mundo y yo.
Juan Ramón Jiménez

¿Quién nos iba a decir tras acabar el último examen de Bachiller (fuck you JRJ, fuck you Machado... ¡vete a la tapu damier Alberti!) que volveríamos a leer los poemas de instituto? ¿Te gusta Platero? Pregunta Patricio Pron. ¿Te gusta su pelo suave? Y Juan Ramón ríe desde el cielo y me manda una señal: háhá neni-luna, dile que prefieres su peinado rizado al de cualquier bicho-burro del campo con lomo aterciopelado. Quién me iba a decir que había vida después de un 6'75 en la asignatura que más detestaba. Asignatura donde treinta y seis niños granulados tenían que comentar aquel poema infinito, comentarlo, medirlo estudiarlo, y todos los leían mas nadie lo entendía. Ni yo misma sabía ignorar el mundo. Ni yo misma sabía cuánto infinito... te tenía olvidado, cielo, y no eras más que un vago existir de luz visto -sin nombre- por mis cansados ojos indolentes. Léanme. Dice el poeta muerto. Piensen en mí. Dice la adolescencia muerta. Griten cuánto nos aman a pesar de los años. Dice. Triste. El libro polvoriento. 

15 septiembre 2010

Las jovencitas Laura Rosal y Luna Miguel.

A la jovencita Jane Austen sólo le salva la presencia de James McAvoy. O así suspiramos. Como suspira Ibrah dormido en mi muslo soñando vete tú a saber qué sobre mi muslo sobre mi muslo sobre mi muslo caliente como las rojas puntas de unos Gauloises baratos. Laura sorbe el afrancesado pitillo como si de un batido se tratara. Mi muslo tiembla con la respiración de él y una Jane Austen rancia y fea, escritora por sorpresa nos dice desde la pantalla plana lo mucho que la literatura tiene de cierto. ¿Qué tiene de cierto? ¿Tiene algo de cierto? ¿Deglute Gauloises Laura? ¿Duerme sobre mi muslo Ibrah? ¿Tengo muslos, tengo piernas, tengo níveos glúteos y el mundo huele a flores? Pobre Jovencita Jane Austen vieja y triste frente al bueno de James McAvoy. Ay. James. Sí, tú. Inspírame una carta. Un movimiento de tinta. Un orgullo y un prejuicio aquí. Ay. Pobre Jane Austen. Y nosotras como dos locas maldiciendo toda la literatura femenina. Quemando los manuales. Esputando sobre la pobre Ajmátova, sobre la pobre Pizarnik. Sobre todos los malditos pájaros y todas las jodidas menstruaciones alcohólicas que los versos nos regalan. Pobre Jane Austen, digo, ¡rechazar un poco de sexo con James McAvoy por una simple novela! Detesto tu biopic. Detesto tu vestido rojo. E Ibrah sobre mi muslo con la boca mojada. E Ibrah que me espera mientras escribo. Porque puedo escribir y amar a la vez. Porque pobre Jane, pequeñita, y luego dicen que a Virginia Woolf la industria del cine le pasó factura. Prefiero Las Horas mil veces (pues adoro Las Horas y a Philip Glass). Y la literatura femenina, dónde se esconde. Y que todas ellas eran raras y estaban locas. Y salvémonos de la pedantería. Y que Hollywood les devuelva lo poco y triste que les quedaba.

13 septiembre 2010

Reformando la casa (nosotros no tenemos un frigorífico mágico).

There is a gigantic hole in the back of my fridge that leads to Narnia.
I would never go there. Narnia is for babies.
Chelsea Martin

Y qué es un piso de estudiantes sin un cartel de Pulp Fiction. Sin un cenicero lleno y caliente. Sin un mantel manchado de salsa azul. Sin un sonido de página de libro. De angina camuflada. De dolor de cabeza y exceso de café. Bienvenida, fertilidad, dije. Bienvenida, precariedad, dije. Bienvenida, droga dorada, creo que pensé.

06 septiembre 2010

Poetry will tear us apart, again.


Llevo todo el fin de semana tirada en la cama. No sé cuántos capítulos de Gossip Girl he podido ver, pero juro que conozco de memoria las extrañas facciones de Chuck Bass. También he leído Dinero Gratis, de Carlo Padial y me he reído mucho con algunas de sus manías y odios. Sobre todo con el capítulo dedicado al Starbucks, ¿quién no se ha sentido amenazado por sus inhumanos camareros? Una de mis mejores amigas, Nadia Leal, fue camarera allí, y os juro que no es humana. Nadia es de otro planeta, fantástica, fuerte, amable, de otro planeta. Más allá de la risa con Carlo Padial y mucho más allá de los momentos domingueros de Gossip Girl está la poesía. Quiero decir... Es septiembre y todo comienza de nuevo. Mejor aún que año nuevo septiembre se convertirá en mi mes de reencuentro. Un reencuentro con esos libros de poesía de los que muchos pasaron. De los que otros ni siquiera escucharon hablar (y es posible que yo me deje otros tantos, otros tantísimos que también olvido). Porque además de los grandes nombres y de las grandes editoriales hay cosas que merecen mucho la pena. Lo que ocurre es que estamos tan ciegos. Nos dejamos llevar tanto por nuestras vísceras, que a veces olvidamos que lo importante sería no hacer morir más a este género viciado, arcaico y pasado de moda. Estos pocos libros que apunto a continuación nos demuestran que todo es posible (desde 2006 hasta hoy). Que hay esperanza. Ojalá en nuestro país existiera una crítica de poesía más contundente y sincera. Ojalá la literatura dejara de ser un capítulo de los más malos de Gossip Girl: chismorreo y poca chicha.

1. Excepto yo, de Fatena Al-Gurra (El Gaviero Ediciones)
2. Algo de nadie, de Luis Darío (Pre-Textos)
3. La flor de la tortura, de Raúl Quinto (Renacimiento)
4. Extraña claridad, de Begoña Callejón (Devenir)
5. Habitación, de Diego Llorente (La Bella Varsovia)
6. Grisicitudes, de Saray Pavón (El Cangrejo Pistolero)
7. Infinitos corpúsculos, de Rebeca Yanke (Colección Puerta del Mar)
8. Si dios me pide un Bloody Mary, de Carlos Salem (Ya lo dijo Casimiro Parker)
9. El origen de la simetría, de María Salvador (Icaria)
10. Tiempo, de Vicente Luis Mora (Pre-Textos)
11. Soldados en el jardín, de Martín Espada (El Gaviero Ediciones)
12. Por qué sólo beso a las estatuas, de Camilo de Ory (Renacimiento)
13. Soldado que huye, de Laura Casielles (Hesperya)
14. Temperatura voz, de Mariano Peyrou (Pre-Textos)
15. Estaciones, de Javier García Rodríguez (KRK)
...

Porque según el título de Padial el dinero puede ser gratis. Pero los libros de poesía no lo son. Y hay veces en las que el futuro no sólo está en papel sino que también nos saltamos blogs alucinantes y voces que algún día tendremos, seguro, impresas y en nuestras manos. Hablo de Ruth Llana, María Simó, Enrique Morales, Natalia Litvinova, Jake Fournier, Antonio Alías y muchos otros más. Venga. Tirémonos en la cama. Abramos blogger.com o el libro que hay en la mesita de al lado, escribamos. Qué se yo. Aún queda tanto por hacer.

01 septiembre 2010

La marée haute.



Piel de pantera y clámide calada.
Paul Valéry

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Poesía es esto, poesía es lo otro.




et dans le ciel les étoiles n'avaient jamais été aussi sales
Christophe Claro

Intento decir algo. Lo que ocurre es que estamos ciegos. Intento: decir que su piel es perfecta. Y su torso. Lo que pasa es que no aparenta poesía. ¿Si no lo aparenta no lo es? ¿Si no lo aparenta es externo? ¿No es el exterior parte de lo que hay dentro? Intento decir algo: todas las estrellas están sucias.