30 agosto 2015

Incienso y dulces de Asakusa.



ahora soy yo la que la que dibuja alas con los dedos
lo sé porque mientras tú me haces una foto
con la cámara azul oscuro fuji instax mini 8
mi silueta de 64,3 kilogramos y 169 centímetros
pone los dedos en uve de manera involuntaria
en otras 20 o 30 fotografías de turistas que como tú y yo
han madrugado esta mañana para admirar la pintura roja
que cubre la madera en el templo de Asakusa
sé que estoy aquí porque lo dice este rectángulo
analógico y sé que estoy aquí porque lo dice
una carta que recito a mi yo del futuro
donde le digo “habla de todo esto cuando llegues a casa
habla de tu silueta repetida y anónima
habla y di que comiste dulces de hello kitty
después de impregnar tu rostro con incienso
y pedir un deseo que escribirás únicamente cuando ya
se haya cumplido”


Asakusa, Tokio
27 de julio de 2015

24 agosto 2015

Primera noche y karaoke en Shibuya.

el sexo con amor no existe
Inio Asano

te lames los dedos y me los metes haciendo
pequeños círculos que no duelen
te sabe la boca a alcohol de 30.000 yenes
yo hace tiempo que no bebo
pero entiendo la euforia de esta primera noche
en la ciudad iluminada cantando depeche mode
y pitbull como si alguna vez hubiéramos sabido
de memoria todas estas cosas otra copa por favor
dices por un teléfono dorado y una camarera nipona
nos sirve varios vasos que en verdad nunca pedimos
qué más da si en la pantalla las palabras se suceden
en un idioma u otro tu risa me hace creer en nosotros
mi risa me hace creer en que después de todo
en que después de todo en que después
pagamos en efectivo contando las monedas despacio
el sonido del metal sobre el suelo me recuerda
los días de ebriedad cuando queríamos ser felices
pero sólo estábamos aprendiendo una canción
me gusta esta ciudad su olor a salsa de soja
o neumático quemado su olor a humedad
o colonia de frutas en cuellos blanquísimos
sudados ahora y listos para el amor
en el hotel tu aliento a alcohol de 30.000 yenes
penetra dentro de mí haciendo pequeños círculos
caemos rendidos al colchón pronuncio jet lag
pronuncias algo que no recuerdo aunque imagino
—cuando nada de miedo cuando esto funcione
diremos con emoción que todo empezó aquí


Shibuya, Tokio
26 de julio de 2015

23 agosto 2015

Lluvia de Kyoto.



si te digo la verdad la belleza del templo de oro
no me importa
esta es la ciudad de la calma la capital de la luz
en la que cada calle esconde un lugar sagrado
y cada gota de lluvia podría lavar nuestros sueños
hoy te enfadas por algún motivo simple
si te digo la verdad me gusta mucho enfadarme contigo
porque cuando me enfado contigo no me acuerdo
de las cosas que antes me ponían triste
como que mi padre vuelva a casarse
como que mi vientre se burle vacío
como que no quede dinero para ir más lejos
o como que ahora nos encontremos en un parque
donde todo es lluvia y furia
y los monjes ya no cantan por temor a ahogarse
me regalas un paraguas de 500 yenes
es transparente y se parece a los que llevan tímidas
entre sus brazos las heroínas manga de la adolescencia
el plástico nos protege de camino al ryokan
en la habitación tú cierras los ojos y yo pataleo
aún así nos hacemos fotos divertidas con kimonos
si te digo la verdad la belleza de Kyoto me hace daño
aquí todo es tan silencioso que las bicicletas
son tanques que los gatos callejeros hacen temblar
la tierra que los bebés hambrientos en carritos
despiertan el paisaje con su llanto
en los charcos polillas empapadas agonizan
la lluvia que no lava sueños
también puede ser metralla


Maruyama Koen, Kyoto, 
29 de julio de 2015

16 agosto 2015

Estanque de nenúfares en el parque Ueno.

mariposa del jardín
el bebé asombro del vuelo
él otro asombro
Kobayashi Issa



“diferencias entre polilla y mariposa”
el buscador de google me lleva a una galería
de imágenes que dan miedo
“polilla gigante Japón” tecleo otra vez
para adivinar qué es aquello que he visto
muerto entre la maleza del parque Ueno
y su lago repleto de peces naranjas
“las polillas pueden ser bonitas”
escribo desesperada en la habitación del hotel
con el aire acondicionado al máximo
y las piernas en alto mientras tú duermes
“las polillas se parecen a las mariposas”
hemos hecho el amor en silencio
tu sexo se escondía en mí como la libélula
en el nenúfar del estanque esta mañana
“para qué sirve una polilla gigante”
me pregunto y pregunto al mundo
si tocar el agua de Ueno traerá suerte
si pedalear en una barca brillante traerá cariño
si comer fideos sencillos llenará el vientre
si viajar al otro lado del mundo nos dará una lección
allí de donde vengo las polillas son diminutas
se esconden entre la ropa limpia
y sus alas recuerdan a murales de tela antiguos
“qué significa polilla”
“por qué en Tokio hay tantas polillas muertas”
“por qué he venido al otro lado del mundo”
“para qué regresar al hogar si aquí puedo ser feliz
si aquí puedo hacer el amor
si aquí los insectos son hermosos
si aquí aún no entiendo nada y mis ojos brillan”


Ueno Koen, Tokio
27 de julio de 2015 

11 agosto 2015

Templo de lágrimas en Kamakura.

mi corazón humano se lava en la playa
Shuntaro Tanikawa

hemos comido tres bolas de arroz
rellenas de huevas de salmón y semillas pequeñas
huevas y semillas son lo mismo
huevas y semillas y el sabor extraño de un alga
recubriendo la merienda
el cansancio es más grande que el hambre
venimos de caminar entre las vías
para llegar a esta playa donde mi corazón saliva
venimos de poner una vela violeta
y de poner una lágrima
y de poner una moneda a la diosa de la misericordia
qué bonito rezan en Japón
qué bonito respiran
qué bonito lloran en templos de madera
en cuevas donde los dioses tienen mil caras
en montes custodiados por un ejército de budas bebé
a los que en verano riegan con agua pura
y a los que en invierno ponen pequeñas bufandas rojas
como si acaso tuvieran frío
o como si acaso su corazón también pudiera salivar
mi marido mira a los bebés con ojos de agua
yo nado en los suspiros de las mujeres que se agachan
para cantar con esos budas por sus hijos perdidos
mi marido mira a los bebés con boca de agua
yo me toco el ombligo y pido un deseo
mi marido mira a los bebés con sexo de agua
yo miro a una polilla aplastada en la arena de Kamakura
y es la quinta que encuentro en todo el viaje
si le arrancara las alas no daría miedo
su cabeza hueva naranja
su corazón limpio océano
su forma ovalada o frágil me recuerda a ese feto
al que nosotros despedimos en el templo


Templo de Hase-dera, 
Kamakura, Kanagawa
1 de agosto de 2015

09 agosto 2015

Un baño en la playa de Enoshima.

Inio Asano


la playa está asquerosa
su arena ceniza me recuerda al plomo
como si una guerra acabara de librarse en Enoshima
cuerpos bronceados son cadáveres
cuerpos bronceados que nos miran
la playa está asquerosa y soleada
somos los únicos occidentales aquí
—con tatuajes no podréis bañaros, advierte el guardavías
pero los cadáveres también llevan signos en la piel
y cuando toco el agua turbia con mi meñique
nadie se inmuta
nadie nos regaña
—todo es puro, me digo
todo es limpio excepto el agua de esta playa
arena apolillada
agua amarillenta
si miro hacia abajo no distingo mis pies de los tuyos
líquido de la peor pesadilla
donde las gotas salpican naranjas
donde los niños nadan con flotadores de orca
y los adultos cadáver ríen con la boca llena de sal
una ola me trae un alga
una ola me arranca el aro de la oreja derecha
una ola acerca tu sexo al mío
y aunque el océano es amarillo esto me gusta
arriba
la niebla no deja paso al monte que las guías turísticas prometieron
—Hokusai pintó su famosa obra en estas playas, dices
pero la arena está asquerosa
el cielo está asqueroso
mi cadáver está asqueroso
tú nos abrazas


Enoshima, Kanagawa,
1 de agosto de 2015

08 agosto 2015

El templo sin nombre de Shibamata.





vivimos para morir
morimos para vivir
Nishiwaki Junzaburo


una polilla gris y marrón choca contra mi muslo
y me hace daño
en la piel una mancha roja
en el suelo la polilla no sabe despegar
mi marido se prepara para la foto
sus dedos en forma de uve me recuerdan a unas alas
atrás el templo
no sabría describirlo
gris y marrón polilla
gris y marrón ancestral
mi marido tiene el rostro encendido por el sol
está descalzo y unos monjes cantan
mi marido sostiene ahora la cámara y yo me arrimo
a dos budas de piedra intentando no pisar
el cadáver de una polilla que sin quererlo
yo he matado
no conocemos el nombre de este templo pero echamos monedas
nos lavamos las manos y la boca
rezamos con las palmas muy juntas
y la mente tímida
en la pantalla la foto da cuenta de mis heridas
en la piel una mancha roja
en el suelo las hormigas rodean al gran insecto
todo es puro
incluso si toco el cadáver todo es perfecto
el ángulo de tus dedos sobre un fondo de árboles
el ángulo de mi rojez o mi piel asesina
el ángulo de los ojos azules del templo
el ángulo de todas las muertes
que nos hicieron daño




Shibamata, Tokio, 
31 de julio de 2015