20 marzo 2013

Estoy aprendiendo a cocinar(me).


Retrato de Sara Álvarez Montenegro
Antes de que él naciera, yo ya había visto toneladas de animales, le digo.
Erlend Loe

Nos hablaron del vértigo, dijimos eso no existe. Nos hablaron de las luces. De cuánto veneno rezuman las manzanas. Cuánto veneno en el pan, en los jabones. Estamos cansados de tanto dormir. Estamos enamorados de tanto trabajar. Respiración. Tú meditas. Por mucho que la ensuciemos, la pared seguirá blanca. Respiración. Tú mentiras. Por mucho que conquistemos el gato se nos escapa. Suena una canción, una lavadora, un pájaro y ahora otra canción. Los libros se han quedado solos. Nos hablaron del vértigo, y eso qué es, dijimos. Otra matanza.  

8 comentarios:

Mendruga dijo...

Ese texto sobrecoge.
Estás divina en esa foto.

José Vicente Martín Payán dijo...

me gusta, hacía mucho que no escribías algo así en tu blog. ciao banbina.

Anónimo dijo...

A veces pienso en todo lo que hacéis los bohemios y me digo '¿acaso es que tú no puedes ser tan productivo como ellos lo son?'

Y me desespero porque siempre salís bien en las fotos, y siempre escribís líneas bonitas y tenéis tiempo para vivir tantas cosas increíbles que el único afloro de felicidad que me viene cuando veo que siempre llevas despeinados los pelillos de la frente lo tengo que aprovechar como si no hubiera nada mejor.

Bricia dijo...

Me va gustando lo que escribes en el blog, voy a ver si leo tu último libro. Hace tiempo que no leo poesía, demasiada intensidad a veces duele.

Anónimo dijo...

Hace tiempo que no leo poesía, leyendo tu página me han vuelto las ganas de leerla. Empezaré leyendo tu último libro. Me recuerdas a una chica que conocí, a Carmen Jodra.

José Vicente Martín Payán dijo...

es verdad a veces duele leer poesía pero tambien duele escribirla, por eso hace mucho que no escribo casi nada. suerte.

Anónimo dijo...


Por cierto, anónimo es la misma persona que Bricia. Es que no veía q se publicase el primero, así que volví a escribir.
Yo, desde que soy madre, hago poesía de mis días.

Anónimo dijo...

Tener un hijo es como enamorarse, eres otro, ya para siempre.