(Versión en color)
Ahora ya nos quedamos aquí, como en
las manos quedan manchas amarillas de polen
cuando se cortan flores en el jardín
al atardecer, muchas flores
para los jarrones del comedor y los
dormitorios de los muertos
como el polvo del camino que se cuela
por la verja y espolvorea los tallos
como unos cuantos bichos alados o
desalados,
y unas cuantas tibias gotas de rocío,
como esas arañas finísimas e
inevitables
que anidan entre las flores, y cuando
se apaga el rojo ocaso en los cristales
se tiene la sensación de un cuchillo
afilado que se arroma
por la sangre y la leche de las flores
-una extraña sensación, mezcla
de terror y asesinato- una belleza
ciega, amable, aromática e infinita,
una ausencia desnuda. Así es. Todo nos
ha abandonado.
Yannis Ritsos
Aeropuerto de Lisboa. 5.00 am. Ciudades hechas de carroña (decía). Hermosa carroña es el mar. La paloma que lame al marinero el empedrado el estómago guarda peces y no nos sentimos mal porque es irremediable la finísima lluvia. El finísimo color. Hacemos sexo inevitable carroña las ciudades con gaviotas son ciudades hermosas porque no temen caer rodar por el empedrado donde pisaste la raspa. Donde criaste las raspas. Ciudades hechas de manchitas y amapola. Mano envejecida. Mano y poema. Agua.
1 comentario:
Nix es la abreviatura de la palabra "nada" en alemán. Solo digo.
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