23 marzo 2014

Yo había llegado a la nada, y la nada era viva y húmeda.

El hombre nuevo está perdiendo el habla, la memoria, ya no ve.
Reinaldo Arenas

Aguardé a que pasase la extrañeza, a que volviese la salud. Pero reconocía, en un esfuerzo inmemorial de memoria, que ya había sentido esa extrañeza: era la misma que sentía cuando veía mi propia sangre, y me extrañaba. Pues la sangre que veía fuera de mí, aquella sangre me extrañaba y me atraía: era mía. 
Clarice Lispector


Somos estúpidos. Ridículos. Dedicamos poemas a simples resfriados.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Sí, lo somos.

aleskander62 dijo...

Salí y vi a personas moviéndose en direcciones obstinadas y molestas.

Perkus Tooth dijo...

Luna, ¿has leído a Marosa di Giorgio? Creo que te encantaría. Si lo hacés, contame qué te parece.