Querida María,
te escribo a propósito
del libro de Plath. Ya sabes, por lo del concurso. Como te comenté,
hablé con Diego Moreno y convenimos en que quizá desde mi blog
podríamos lanzar una especie de sorteo de ejemplares de este libro
magnífico. Le dará un empujón (aunque no le hace falta, ya veo que
está todo el día en prensa y entre las listas de más vendidos) y
además nos permitirá a nosotras charlar un rato en este espacio. Ya
que entran tantos lectores, ¿por qué no aprovecharlo? ¿Por qué no
reivindicar ese texto por el que tanto llevas luchando?
Cuando me hablaste por
primera vez de tu proyecto pensé que estabas loca. ¿Quién va a
querer reeditar a Plath hoy en día, tal y como están las cosas? O
peor: ¿quién va a querer comprarse un libro de Plath si “todas la
hemos leído”? ¿Si ya es un icono de esos que no hace falta leer
porque su historia ha superado a cualquiera de sus versos? Pero luego
me pareció que seguías estando loca. Loca de cordura y de
atrevimiento. Conoces muy bien a la autora. Conoces muy bien su
literatura. Conoces muy bien todo lo que la rodea y sólo tú podrías
volver a entregarnos su voz, así, tan antigua y a la vez tan nueva.
Y qué suerte de edición,
la de Nórdica. Soy muy fan. Ya lo sabes. Así que te felicito y te
lo agradezco por partes iguales. Me ha encantado estar cerca de ti en
esto. Entre la reedición de Cartas de cumpleaños, el pasado junio
en Lumen, y la publicación de Tres mujeres, tengo una grata
sensación de “victoria”. La poesía y las ediciones bien hechas
han ganado. Qué de puta madre.
Pero bueno, a lo que iba.
Como también te dije, me apetece mandarte algunas preguntas. Puedes
responder como quieras. O no responder. O contarme lo que te
apetezca. Mi blog es tu blog y mi casa es tu casa:
Por ejemplo, ¿en qué
momento decidiste lanzarte a recuperar este poema de Sylvia Plath y
tomarte el duro trabajo de traducirlo sin la certeza de encontrar
editor? ¿Y por qué “Tres mujeres”? ¿Qué tiene este texto que
no tengan los otros de Plath? La gente dice que la obra de esta poeta
ha sido mal traducida, y bastante maltratada no sólo en nuestro
país, sino en muchas traducciones alrededor del mundo, ¿qué opinas
en este sentido? ¿Cuáles son los libros de Plath, traducciones o
no, que recomiendas tener en la biblioteca? ¿Qué te parece la
poesía de Ted Hughes? ¿No te da la impresión de que últimamente
su figura está mucho menos castigada socialmente que antes? ¿Te
animarás a traducir más cosas de Plath, o de Hughes, o de algún
otro poeta? Por último, ¿qué más proyectos literarios tienes
entre manos, si es que se pueden contar?
Eso es todo por el
momento. Espero tu respuesta.
Un besazo para ti y para
tu niña,
Luna.
* * * * *
Mi querida Luna,
el sorteo y la entrevista
que propones significan mucho para mí y cuentan con todo mi apoyo y
toda mi emoción. Suponen abrirle la puerta a la intimidad de la que
nació el proyecto, localizando sus orígenes y cerrando debidamente
el círculo. No podría pedir más.
“Tres mujeres”, tal y
como dices, ha sido recibido con los brazos abiertos. Más de lo que
yo misma esperaba. La verdad es que esta edición, bilingüe y
hermosamente ilustrada, ha conseguido recuperar el texto de una forma
muy especial, muy viva.
¿Sabes? Me hace mucha
gracia que me llames loca. Muy loca. Yo no lo sabía, pero así era.
Una locura, empezar la casa por el tejado y buscar el suelo firme al
final.
Aunque, en realidad, la
ocurrencia de redescubrir a Sylvia Plath nunca fue del todo
descabellada. En el año del cincuenta aniversario de su muerte,
¿cómo no iba a volar esta idea en la cabeza de alguien?
Lo verdaderamente extraño
es que hasta ahora nadie se hubiese parado a editar “Tres mujeres”
aisladamente, liberado de las voluminosas antologías en las que
suele encontrarse (total o parcialmente) este duro y hermoso poema.
Extraño. Tan extraño
como que apenas un par de meses antes de esta simbólica fecha yo
acabara de terminar mi traducción, ajena a estos datos y movida por
intereses completamente personales.
Me gusta pensar que todo
ha salido tan bien porque así debía ser.
(La mano del ángel
Plath, ordenando el tiempo y los acontecimientos.)
*
Luna, me conoces y seguro
que no te cuesta situar el origen de mi fijación por este poema
junto al momento de mi propia maternidad.
(Veintiún años, un bebé
creciendo en mi vientre y una perfecta obsesión por encontrar libros
escritos en primera persona por mujeres que fueron jóvenes madres y
utilizaron la escritura para intentar sobrevivir.)
Y qué poca literatura,
ésta.
Qué escasa.
Como si la mayor
expresión de la sexualidad femenina acabase siendo un acto
castrante, a nivel de desarrollo personal.
(Si tienes alguna
recomendación de este tipo me encantará recibirla.)
*
Tras mucho buscar,
finalmente, hace aproximadamente dos años, sucedió. Descubrí
algunos fragmentos de “Tres mujeres” en Internet. Y fue un
auténtico flechazo.
Nacimiento y muerte, amor
y guerra, naturaleza y civilización, mitología y humanidad.
Nada quedaba fuera en
este extenso poema.
Era justo lo que buscaba,
pero las traducciones que encontré no terminaron de convencerme. Las
palabras rechinaban, se retorcían, tropezaban (¿lo notas, también
tu?). Se permitían demasiadas manipulaciones, demasiadas
adulteraciones, libertades delicadas, indebidas, pienso yo, cuando se
trata de traducir a Plath.
Sylvia Plath, que
diseccionaba durante días el sonido y significado de cada una de las
palabras que forman sus poemas. La medida de cada verso, de cada
estrofa. Todo.
Fue entonces cuando
decidí traducirlo. Por necesidad, para mí. Tranquilamente, durante
muchos meses. Me acerqué tanto como pude.
Después vino la
casualidad. Y cuando supe que en Febrero de este año se
cumplían cincuenta de su, a mi parecer, accidental suicidio, decidí
lanzarme a la locura. Buscar editorial.
(Nórdica Libros,
diciendo sí. Diego Moreno, luchando por conseguir unos
derechos de autor que parecían imposibles. Anuska y sus bellas
imágenes.)
Las cosas encajaron y en
apenas un mes el libro estaba en la calle.
*
Personalmente creo que la
importancia de este libro en la trayectoria de Plath se debe a dos
razones.
Por un lado, como sabes,
el hecho de que “Tres mujeres” fuese un poema pensado para ser
leído en la radio hizo que Plath lo escribiese, tal y como a ella le
gustaba decir, pronunciándolo “en voz alta”. Este imprevisto
ejercicio supuso un punto de inflexión en su técnica y desde
entonces aplicó el procedimiento a sus nuevos trabajos,
consiguiendo, por fin, la clave del estilo propio que tanto anhelaba.
Por otro lado, la
habilidad con la que consiguió ahondar en cada una de las tres voces
marca una cima en su capacidad creadora. La división del texto en
personajes le permitió expresar sus contradicciones, magistralmente,
cuestionándose a sí misma y al mundo entero. Desplegando toda la
mordacidad y todos los temores que la sociedad de su época le
instaba a reprimir.
(Disección de los
valores sociales a través del acto, tierno y monstruoso, de traer
vidas al mundo.)
Qué grande. Qué
brillante.
*
Si tuviese que recomendar
otro libro de Plath sería, sin duda, su “Ariel” (en la acertada
edición de Hiperión, bilingüe y bien traducida).
Los poemas de "Ariel"
fueron escritos, en su mayoría, tras separarse de Ted Hughes y
teniendo que cuidar a sus dos hijos, Frieda y Nicholas, sin apenas
ayuda. A pesar de las dificultades económicas y psicológicas que
Plath atravesó en esos momentos logró, no solo encontrar la
disciplina y el tiempo necesarios para dedicarse a la escritura, sino
también independizarse de los consejos y la supervisión de Hughes,
recuperando su libertad temática y expresiva. .
Que escribiese sus
mejores poemas en estas circunstancias es algo admirable y dice mucho
a favor de su naturaleza escritora.
*
Me preguntas por Ted y yo
sólo tengo palabras de respeto. Fue un escritor inmenso (considero
“Cuervo” su obra maestra) y las vicisitudes que tuvo con las
mujeres no deberían ser excusas para crearle detractores ni
defensores.
Que tu marido te deje por
otra, o viceversa, que un matrimonio con hijos se rompa
violentamente, son acontecimientos demasiado habituales como para
estigmatizarle por ello.
Creo que Sylvia fue
víctima de las exigencias de su época y de sí misma, más que de
Ted. Él siempre salió adelante y me resulta imposible culparle. No
lo haré.
(¿Te puedes creer que
aún no tengo “Cartas de cumpleaños”? Lo leo un poco cada vez
que lo encuentro en alguna librería, me atrae como un imán, pero
aún no he podido permitirme tenerlo conmigo. Navidad será un buen
momento para hacerme con él.)
*
Creo que por ahora no es
necesario seguir traduciendo a Sylvia. Con “Tres mujeres”, su
“Campana de cristal” y los libros de Hiperión me parece
suficiente.
En cuanto a mí en este
momento tengo un nuevo proyecto de traducción entre manos, aunque
muy verde todavía. Un texto olvidado y difícil. Un escritor inédito
del que aún no puedo decir más.
(Una vez más empiezo la
casa por el tejado. Creo que no puede ser de otro modo conmigo.)
De mi propia cosecha
tengo un par de trabajos a punto de cerrarse y un proyecto de
antología que me gustaría sacar adelante a lo largo de 2014. Todo
es cuestión de tiempo.
(Ya te contaré. Creo que
puede gustarte.)
*
Para mí también ha sido
muy muy agradable y reconfortante tenerte al otro lado en este
proceso. Contar con tu apoyo incluso desde antes de encontrar el
suelo firme de Nórdica. Sin tu ayuda en las correcciones, sin el
resto del equipo, sin cada uno de los lectores, este libro no estaría
donde está.
(¿Sabes? Con frecuencia
me pregunto qué pensaría Plath de todo esto, de mi traducción, de
esta edición. De todo.)
(Después de haber
sentido el peso de su mirada sobre mí, tantas noches… ¿qué
opinaría ella desde su incansable perfeccionismo?)
(Hoy tendría 81 años.)
*
Tengo la impresión de
haberme explayado demasiado y la certeza de haber tardado muchos días
en responder. Realmente no he sentido esta entrevista como tal y me
he permitido esperar al estado mental adecuado, escribirte desde la
calma y la amistad. Espero que todo haya quedado dentro de unos
límites tolerables.
Te doy las gracias, Luna.
(Ojalá llevemos el libro
a Barcelona y podamos brindar por él y hablar en persona.)
¡Adelante con el
concurso!
Un abrazo enorme,
M
3 comentarios:
Gracias Luna y María por compartir esta conversación privada con todo el mundo. Para que luego digan que por email no hay comunicación, que es todo frívolo o volátil. Gracias, María, por comenzar la casa por el tejado y tener éxito(eso da ánimos a otros locos).
precioso
Más gracias a ti y a María, por compartir y porque este es otro modo de demostrar que los blogs tienen vida propia y se disfruta de la extensión que nos permite todo lo que queremos transmitir.
Besos
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