Uno de los grandes logros de la cultura es habernos convencido de que las hembras de nuestra especie son más bonitas que los machos. Todo el reino animal -e incluso el vegetal- es un ejemplo sostenido de cómo los machos son más vistosos que las hembras -la melena de un león, la cola de un pavo real, los colores de un faisán, los colmillos de un elefante, el tamaño y la fuerza de todos-; se precisaba mucho esfuerzo de construcción imaginaria para terminar creyendo que un cuerpo redondeado y bajo con dos colgantes en el medio del pecho, con escasez de vello y abundancia de grasa, con bolas en las asentaderas, es más apreciable que un cuerpo musculoso y alto, bien provisto de pelos, sólido, elástico, potente. Alguien dice que es una prueba retorcida del poder masculino: desde el momento en que el hombre tuvo la potestad de elegir su pareja sexual debió imponer la idea de que belleza era eso que encontraba en ella: razones para su elección. La explicación resulta, supongo, tan falsa y verdadera como todas.
Martín Caparrós
en Comí (Anagrama, 2013)
5 comentarios:
Hombres o mujeres, todos somos bellos, a Dios Gracias.
Besos ;-)
¡Dios mío! ¿Será que en nuestra especie los pobres hombres ni atributos para seducir tienen? ¡Ja ja ja!
Al menos así se ve bien claramente en estos tiempos: los guapos se depilan y cosas así.
De acuerdo, y me atrevería a decir que mis gatas han sido más hermosas que mis gatos, claro que tras muchos años de vivir juntos.
Los machos humanos, a diferencia del mundo animal; no intentan activamente un dominio sobre el cuerpo, sino sobre el alma. Las mujeres, en cambio...
Si el ideal de belleza tiene que tener alguna relación con la utilidad del cuerpo, es más sencillo que se acerque a los aspectos femeninos, relacionados con la sexualidad que a los masculinos relacionados con el esfuerzo físico. Puesto que el esfuerzo físico poca importancia tiene en el desarrollo de lo que viene siendo la humanidad (como opuesto a animalidad).
sí, los hombres y la cultura occidental son los que nos han convencido de qué es bello y qué no.
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