Descorazonadora historia
la de nuestra rubia imponente... aunque más que imponente es tonta y
del montón. No sabemos si tiene sentimientos porque los oculta. No
sabemos si es luchadora, porque se deja llevar por la ignorancia de
los hombres que la acompañan. ¿Es ella también una ignorante? ¿Qué
ocurre cuando una mujer que podría tenerlo todo decide quedarse
escondida, alimentarse de sus problemas, y finalmente no tener nada?
Una ignorante, quizá, o una infeliz. Una mujer corpulenta, sexual,
con problemas mentales ¿fingidos?, con dificultad para
mantener a sus amigas, adicta a la bebida, adicta al juego, adicta a los hombres que le
harán daño, y lo peor: adicta a que le hagan daño. Podría ser un
retrato de época (de hecho lo es), de cuando ellas buscaban la
independencia a tientas y se encontraban consigo mismas y sus futuros
destrozados. Podría ser un retrato de época y sin embargo es un
retrato tan actual. Dorothy Parker da voz aquí (con ironía y
también con compasión) a lo que será el modelo heroína de
nuestros días: esa persona (ya da igual hombre o mujer, aunque
intuyo que ocurre más en el segundo caso) trastornada con ganas de
explotar su tristeza y de demostrar al mundo que su rostro es el más
demacrado. Recordemos: la enfermedad está de moda. Recordemos: la
ignorancia está de moda. Recordemos: aquí sólo vale el que mejor
se lamenta.
Me ha parecido, en
definitiva, un libro alucinante sobre los límites de la tristeza y
sobre el fracaso personal. Esta edición de Una rubia imponente publicada por Nórdica es además preciosa, y hace llevadera con sus ilustraciones la crueldad que el libro esconde... Y
pienso... No seamos rubias imponentes. Seamos Dorothy Parker.
8 comentarios:
Has conseguido que me den ganas de leerlo :3
Los "recordemos",si,me quedo con ellos.
Voy a leerlo. Tú serás mi guía, a ver si me fío de ti.
Gracias por tu opinión. Voy a leerlo a ver que tal.
Gracias amigos. Últimamente he leído cosas chulísimas de las que hablaré pronto. Este libro en especial es una pequeña joya que merece la pena tener. Las ilustraciones, de las que casi no he hablado, también son geniales.
Abrazos!
No la he leido, aunque en general me suelen gustar los escritores que han colaborado en el New Yorker.
Yo tenía muchas expectativas cuando leí por primera vez a esta escritora. Leí sus artículos, recopilados en un libro que encontré en una librería de segunda mano. Me habían dicho que se parecían a los relatos de K. Mansfield, una de mis preferidas, pero me desilusionaron mucho.
Voy a intentarlo con este relato que recomiendas,a ver qué tal.
Por cierto, una de las mejores librerías de segunda mano en Madrid, se la recomiendo a todos. Llevo años yendo allí, incluso, me encontré a uno de mis antiguos profesores de la universidad, ahora miembro de la RAE: Alvarez de Miranda.
La librería está bajándote en el metro de Cuatro Caminos, en la calle Raimundo Fdz. Villaverde, justo en la calle de enfrente de los cines Renoir.
Bricia
Yo me compre mi primer Macbook queriendo ser la nueva Dorothy Parker. Está claro que enseguida me pase al Ipad.
Publicar un comentario