07 febrero 2013

Perdónanos, dijimos, ataviados de cenizas.


la promesa que nos hicimos
incluso entonces
de continuar solos
John Burnside

Se acaba el hogar -y viene otro quizá más amplio o quizá más alto. Se acaba el afecto -y no viene nada (una mentira, una droga, una mañana temblorosa, también, quizá, vergüenza). Se acaba el insecto que nos asustaba, pero hay otros diminutos que viven en la escoba, hay bacterias, hay hongos, ¿hay vida dentro de mí? Se acaba el miedo pero el mundo siempre inventa nuevas desgracias. Podemos quejarnos. Claro que podemos quejarnos. Podemos llorar. Claro que podemos llorar. Podemos acariciarnos, fingir interés, aguardar, atentos, a todas las caídas. Porque caerás. Y caerán. Y ahora te sangran las manos pero dormirás. Descansarás. Se acabará esta juventud. Comenzará una más lúcida.  

6 comentarios:

Luz dijo...

Mudarse, por completo

Luz dijo...

Mudarse, por completo

juan bello dijo...

Sweet Home Alabama?

me han gustado estas líneas ;)

Anónimo dijo...

En invierno, en esas noches de luna nueva, nosotros, los metamórficos, mudamos la piel. Mientras esperanos en posición fetal vemos las vísceras que un día nos hicieron nacer bajo nuestra fría y delgada piel de serpiente. Son estos días en los que nos podemos permtir la muerte, bajo una promesa ciega de reencarnación al alba.

moteles en cali dijo...

Palabras inspiradores...

Anónimo dijo...

Estoy leyendo una novela brutal con un personaje que me recuerda muchísimo a ti.