01 noviembre 2012

Queridos Tao y Ellen (otra lectura de Hikikomori).





Queridos Tao y Ellen, queridos Ellen y Tao. 
He recibido Hikikomori traducido al español -o mejor dicho, traducido al argentino, esto es, publicado por la genial editorial de Buenos Aires, Triana- y he podido reencontrarme con vuestro pez feo. Me gusta vuestro pez feo. Me gusta esa sensación de angustia que provoca vuestra correspondencia.

Queridos Tao y Ellen,
se me hace extraño leeros un "vos", aquí no decimos "vos". Os leo en mi idioma y sin embargo no es mi idioma. 

Queridos Ellen y Tao,
dónde están ahora esos trescientos y pico hamsters que él dibujó para ti, pero que nunca nos enseñó: sólo trazó y contó, sólo trazó y contó. Dónde están ahora los animales que envolvieron vuestra tristeza. En qué rendijas se encuentran ahora que parece que todo vuelve a cantar.

Querido Tao y querida Ellen,
también miro la pared y me estremezco. Demasiadas grietas. Demasiada -y necesaria- sinceridad. 

1 comentario:

URL dijo...

Luna trata a los libros como porcelanas; yo los destrozo. Nice ring