04 julio 2012

La matanza en la poesía de Ingeborg Bachmann.

He recuperado la lectura de esta poeta y he entrado más que nunca en su universo celeste y vibroso (sí, vibroso). Mirad cómo se acaricia el estómago y la sangre esta poeta. Mirad: 

Con claro torbellino de cuchillos se acerca el día de la matanza,
el viento matinal afila las cuchillas embotadas
y con la brisa se almidonan los mandiles
de los hombres reunidos en torno de las reses.

Se atan más fuerte las sogas,
hay espuma en los morros y la lengua nada;
el vecino se ocupa de la sal y la pimienta
y se tasa el peso de las víctimas.

Los muertos quieren pesar menos aquí,
pues lo vivo, al que no le falta sangre,
-¡y se resiste más que la vida sobre la báscula!-
marca aquí lo que ninguna aguja registra.

Por eso evita a los perros con los belfos calientes
y al vil que se emborracha de sangre fresca
hasta que las sombras la traducen
en charcos negros de un bien sin amo.

Y un vómito de sangre más tarde: rubor
la primer vergüenza, porque dolor y culpa existen,
y las tripas de los animales vaciados
se transforman en señales de un próximo futuro:

porque a la carne dulce y a los huesos con tuétano
no les llega un aliento del que tú no careces.
La saya de la abuela junto a la rueca quieta
sin que nos demos cuenta la cubren telarañas.

Hay en los ojos lágrimas. Los años van a pique.
La ceja joven siente el lápiz blanco.
Salen lo esqueletos de las tumbas,
las cruces con la seca escritura de las flores.  
Ingeborg Bachmann, 
de Invocación a la Osa Mayor (Hiperión)

3 comentarios:

Agustí Rocamora dijo...

Como en los blogs no hay un botoncito de 'me gusta' lo pongo aqui.

31 dijo...

El otro día leí un rato a la Nobel H.Müller. No entendí casi nada la verdad. ¿Por qué casi todas las poetas suenan tan tristes? Por ej. no hay "una Lorca" o "una Whitman".

"De todos los seres vivos que he conocido, Federico es el primero. No hablo de su teatro ni de su poesía, hablo de él. La obra maestra era él.Me parece,incluso,difícil encontrar alguien semejante. Ya se pusiera al piano para interpretar a Chopin, ya improvisara una pantomima, era irrestible.Podía leer cualquier cosa, y la belleza brotaba siempre de sus labios. Tenía pasión, alegría, juventud. Era como una llama." (Buñuel, Mi último suspiro)

Me refiero a poesía contemporánea claro.
Luna, no vale plagiar a Gloria Fuertes.
Bueno maj@s, pues este es el semenario de la semana desde el centro de acogida cordobé A.Gala.

Anónimo dijo...

ingeborg bachmann en http://silence-silencers.blogspot.com