04 diciembre 2011

Fingir tu propia muerte.

La vida no es tranquila si sabes que te has equivocado.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué novata eres, guapa. La muerte es el tema romántico por excelencia. No tiene nada que ver con acertar o equivocarse en la vida, que, por otro lado, todo el mundo se equivoca, como tú en esta ocasión. Y no hay ningún fingir, pues verdaderamente la escritura se convierte en el espacio de la muerte, en el espacio donde uno muere para verse muerto. Aparte de eso, los poemas crean la ilusión de estar hablando de algo, pero en el fondo sólo hablan de sí mismos. Claro que esto no te lo enseñan en ningún taller ni en ningún premio:)

Luna Miguel dijo...

Me temo que estás hablando de algo completamente distinto a lo que yo cuento en este post.


El post habla de los domingos y del aburrimiento. De cuando llega el domingo por la tarde y no sabes qué hacer con todos los deberes pendientes. De que sólo te apetece salir, emborracharte con tus amigos y hacer fotos como esta en la que, como locos, fingimos nuestra propia muerte. Todo muy teen. Porque los domingos siempre nos hacen sentir así. Como si tuviéramos 13 años y al día siguiente no quisiéramos ir a clase.

Pues eso.

No pido comprensión. Es un post de domingo. Y eso es todo.

Luis González dijo...

Fingir, no hay otra. Y fingir la propia muerte - aunque tengas la generosa en carnes disculpa del "domingo tarde" - no da mayor pedigrí al pequeño drama del fingimiento. Igual podríamos disfrazarme de Ava Gadner (yo) y C. Gable (tú). Como filósofos, amiga, debiéramos ser argonautas de la parrhesia, del hablar franco, rebelarnos contra esa fuerza fingidora y, muchas veces, mamarracha, que nos encierra en el chiste, el idola fori o el deleite del espejo. Pero hay un ímpetu que nos mueve, un habitar poético... finjimos, Luna, finjimos en la risa (y, por desgracia, en la carcajada) con 13, con 21 y con 50.

Comentemos, pues, la foto, Luna, hermana morfina, Luna caída bajo el ciclo, surrealismo de la cabeza desconyuntada bajo la rueda. Las manos debilitadas o rendidas en el asfalto, en actitud de cansancio, como suicidas del tedio. No parece la foto del momento del atropello sino un montaje posterior de los asesinos, simulando accidente sobre el cuerpo muerto de la joven poeta. Y ella, debajo, transmutada. Ella es Luna, me digo, o no lo es, pues el muerto es muchacho -se presiente el miembro empalmado en la última corrida. No es ella o es ella mutada, metamorfosis de mariposa.

Es aburrido, a veces, el domingo. Hacemos deberes aplazados para salvarnos. Debo, ahora, 19:04, decir que te sigo como antes, menos quizás, pero que te aprecio bicéfalo y sigo tu andadura. Poeta. Pensadora teen. Muerta en el asfalto de Madrít.

Un besazo de dos cabezas para que despiertes (bella).

L

Seconal dijo...

Hola Luna,

esperamos tu respuesta al correo que te enviamos desde Seconal.

Nos gustaría saber tu opinión porque estamos cerrando el número.

Muchas gracias.
Un saludo.

http://seconal-revistaliteraria.blogspot.com

Pez Susurro dijo...

touché

Anónimo dijo...

Ah, que cuentas algo en este post,...
Dios mío, la estupidez y sus fronteras.

Anónimo dijo...

Le tranquiliza que ni siquiera intuyas la premeditación de su error, etc.

Anónimo dijo...

Nos equivocamos todos los días. En eso consiste la libertad.

Layla dijo...

joder, qué coñazo los anónimos hiperprofundos y ampliamente conocedores de la estética romántica. La gente no se hace fotos haciendo el chorra o qué?

Anónimo dijo...

El primer comentario destila soberbia y al ser anónimo una cierta cobardía.
Me gustó el post.

Anónimo dijo...

yo en los anónimos solo intuyo envidia. y publico como anónimo ya que no tengo blog, ni url, ni nada en internet