08 marzo 2011

Lo que me gusta y lo que no me gusta de Agustín Fernández Mallo.

Agustín Fernández Mallo me gusta cuando deslumbra: cuando es capaz de tomar una imagen como la de la manzana mordida de Apple y spokenworizar durante largos minutos sobre quién mordió, sobre por qué mordió, sobre el color y el sabor de esa manzana de millones y millones de dólares, golden flavor, maravilla tecnológica en el estómago.

Agustín Fernández Mallo no me gusta en la universalización de su poética, post-poética. No le veo un verdadero sentido en nuestro panorama. Parece como si no conociera esa poesía realmente innovadora o arriesgada (o simplemente interesante) en su escenificación como la de María Eloy García, Maite Dono, Estíbaliz Espinosa, Javier Gato, María Salgado, Gonzalo Escarpa, y toda esa peña.

Me gusta en Remake (Alfaguara, 2011), y en Carne de píxel

No me gusta en Nocilla Experience, ni en Postpoesía

Me gusta cuando retoma a los clásicos y los reconvierte en píldoras cargadas de algo muy presente. Remake es un ejemplo de ello, y El hacedor (su cuento de apertura) un destello que me entusiasma.

No me gusta cuando se repite. No hace falta intentar innovar continuamente cuando, lo sabemos, un texto como Mutaciones (en Remake) sabe defenderse por sí solo.

Me gusta su humor: el cuento casi extraterrestre del agujero y el pan. 

No me gustan algunos de sus chistes más débiles. Como los de los últimos poemas en Remake: quizá funcionen en una conversación, en un tweet o en un blog, pero a mí, personalmente, no me pegan en la genial dinámica libro.

Me gusta cuando da su opinión. Cuando se emociona igual que yo me emociono con las cosas que pueden ser interesantes: los nuevos poemarios de alguien joven, los libros de sus cercanos, la música de Eels. 

No me gusta cuando no dice lo que piensa. Cuando no se arriesga a decir: no he leído esto, o bien, no me ha gustado esto, o bien, creo que esto podría ser mejor.

Me gusta cuando no se preocupa por las críticas feroces de Patricio Pron, Martín Lopez Vega y otros escritores.

Me gusta cuando Alberto Olmos o Javier Moreno celebran su poesía.

Me gusta su poesía.

No me gusta tanto su narrativa.

Me gusta su poesía el 90% de las veces.

No me gusta su poesía en Remake. Eso ya lo he dicho.

Me gusta ver qué reacciones causan sus textos, sus ventas, sus camisetas divertidas, sus converses, sus entrevistas, su fama, en definitiva, en la gente, en los anónimos, en todos aquellos que parecen odiarle. Me gusta, decía, porque siento que él hace lo que quiere, lo que le gusta, sin altas pretensiones, sin creerse el mejor, sólo por diversión, y eso es admirable.

No me gusta en qué se ha convertido porque al leer Remake, aunque me mole, siento que escriba lo que escriba nunca va a ir más allá.

A veces me gusta esa idea de "no ir más allá" porque la tomo en su buen sentido: cualquier cosa escrita por Agustín Fernández Mallo ya llevará inevitablemente su marca. Conseguir una voz y una marca propia es muy, muy difícil. Él lo ha hecho. Pase lo que pase con su literatura: ahí tendremos uno de sus grandes logros. Su voz.

A veces no me gusta que la gente se ría de él. Que lo desprecien. ¿Por qué? Cuánta envidia.

Me gusta porque sabe aceptar críticas. Porque es uno de los escritores más educados y buenagente que conozco.

No me gusta que en ocasiones pase por alto cierta poesía más conservadora, clásica o de la experiencia cuando lo que él hace, si no tenemos en cuenta la forma y sí el contenido, también podría ser clásico, conservador o de la experiencia.

Me gusta, siguiendo con el punto anterior, su manera de reformular lo clásico: Agustín Fernández Mallo no habla de otra cosa más allá del amor, de las obsesiones del escritor y de la extrañeza ante este mundo raro en el que vivimos. 

No me gusta su fuerte obsesión por las nuevas tecnologías cuando estas, hace unos años, podrían resultar radicales y novedosas en la literatura. Hoy no. Ya no. Hoy resulta cansino.

Me gusta que muchas de las veces sepa superarlo, como en ese poema de la manzana de Apple. Tan hermoso. Tan acertado.

No me gusta lo estático de sus spoken.

Me gustan sus spoken: la música, su modo de leer.

En definitiva, Agustín Fernández Mallo me gusta. Es un tío legal, como dirían en la tele, en alguna serie de Antena 3. Me gusta porque me entretiene. Porque aunque tenga cosas más flojas: no está mal. Porque se nota que escribe desde el cariño. Desde las ganas de ser  buen Hacedor. Y de, además, Hacerlo bien. 

16 comentarios:

Más claro, agua dijo...

Me gusta el Tío Nocilla (como le llama con cariño Montero Glez) porque es diferente. Lo cual no es poco.

elnaugrafodigital dijo...

Hola tocayo, qué sorpresa por aquí.

Me gusta en 'Nocilla Lab', cuando hace descripciones simples pero asombrosas de la vida cotidiana: "Cené lechuga y agua del grifo".

No me gusta cuando se pasa de metaliterario: el cómic de EVM.

Me gusta cuando contesta(ba), amablemente, a todo el mundo en su blog.

No me gusta 'Creta lateral travelling'.

Me gusta, o interesa, su ensayo 'Postpoesía', ya que al menos abre el debate y le pega un buen zurrón a tanto apolillado instalado casi como con plaza vitalicia en la poesía.

No he leído 'Remake' pero me da un poco de pereza tanta experimentación. Me recuerda más a un juego que a un libro.

Me gusta porque parece un tío majete, y lo es en el trato cercano, pese a que tanta gente esté empeñada en señalar que es un bluff. Puede que haya algo de eso, en aprovechar la ola del MK que se la ha puesto a su favor, pero eso lo haríamos todos.

Unknown dijo...

A mí, Luna, me encanta Agustín porque no se parece a nadie en absoluto e intenta llevar su libertad hasta donde cree necesario. Me encanta Carne de Píxel y Joan Fontaine Odisea, a diferencia de tú, a mi me parece que más que obsesión por las nuevas tecnologías, se interesa mucho por la imagen y por el movimiento, no en sí por los aparatos o no por los aparatos tal y como los entendemos. Recuerdo una poética suya que me encantó: estaba de gira por Córdoba y relató lo que veía y sentía en esos momentos. Estaba dentro de una especie de iglesia con un enorme rosetón y veía las palomas allí arriba, fue hermoso, a mí me lo pareció, también su Instrucciones para dar cuerda al Ipod, genial. Hoy empezaré el Hacedor de Jorge Luis Borges y mañana el de Agustín.Está claro que su poesía no tiene nada que ver con la tuya, la tuya me parece colosal también.Todos sois diferentes, vuestras poéticas son buenas, Agustín aúna lo clásico de alta cultura y las tecnologías del pópulo, es lo que hay, a mí me parece bueno sin más.

Lara dijo...

A mí me gusta esta entrada.

Besos, L.

Ibrahim B. dijo...

Con todo, probablemente se trate del libro de narrativa de AFM más dinámico hasta la fecha. Es un acierto.

antony bennet dijo...

me gusta lo que te gusta y lo que te disgusta, porque me gusta

Un cualquiera dijo...

sólo como anécdota (quién sabe si reveladora de algo...): el otro día en the house of the book ojeé dos libros para comprar, dos libros modernos de los autores que soléis citar, Luna: Agustín y David Fucking Wallace. El de Agustín (Nocilla Experience) era corto: bien. El de David (Entrevistas Breves) un poco menos, pero lo suficiente como para que no me diera pereza comprarlo. El de Agustín costaba 16 euros y tenía estructura como de blog, con algunas entradas que eran citas de unas entrevistas de la rockdelux. En la contraportada del de David se leían palabras como frontera, grotesco, ridículas. Además, insisto, costaba la mitad. Y en la editorial Debolsillo (a la que siempre le estaré agradecido por librarme de un fin de semana mortal con la Carta al padre de Kafka, aeropuerto incluído). Que cuál me compré? Continuará...

Luna Miguel dijo...

No sé cuál compraste! Pero sin duda te recomiendo a David Foster Wallace. Mi preferido es La niña del pelo raro, para la próxima visita a la librería.

De Agustín te recomiendo Carne de píxel, es lo que más me gusta. Aunque no sé de dónde sacas que lo cito mucho! Haha.

Maria dijo...

A mi me gusta él, en sí, como germen.
Y su cara, que me resulta muy tierna.

(No todo iba a ser literatura en este mundo)

Otto Van Infirmitas dijo...

Me gusta Mallo porque casi sin quererlo es de los pocos autores actuales que tienen un hueco en la "historia" de la literatura.


Mallo Forever. El tío escribe muy, pero que muy bien.

Álvaro J. González dijo...

Luna, ahora nos conocemos por un breve contacto vía twitter, yo soy @AlProstiputo.
Cómo carajo puedo contactar contigo en privado pero sin pasarse de privado, osea, un mail, a dónde lo envío. Ya sé que es posible que pases de mí, yo lo haría. Chau.

JOAQUIN DOLDAN dijo...

coincido con tu opinión

Dimoal dijo...

Muy bueno este post, Luna. Enhorabuena.

Un cualquiera dijo...

luna, que soy iván tobalina!jajaaj es que me sale esto del hombre joven por un blog antiguo que tenía...
un beso!

Malone dijo...

muerte a la nutella, Agustín es un fenómeno

Quinientos Once dijo...

Estuve hojeando esta remake. Puro gestito hip y poca cosa. Me recordó qué excelente escritor es Borges, que nunca estuvo de moda