01 septiembre 2010

La marée haute.



Piel de pantera y clámide calada.
Paul Valéry

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6 comentarios:

Marcos Ortiz Andrino dijo...

Increíble.

Luna Miguel dijo...

Bienvenido, Marcos. De nuevo.

Anónimo dijo...

"Pero es al lector a quien corresponde y a quien está destinada la inspiración, lo mismo que corresponde al poeta hacer pensar, hacer creer, hacer lo necesario para que solamente podamos atribuir a los dioses una obra demasiado perfecta o demasiado conmovedora para salir de las inseguras manos de un hombre. Precisamente el objeto mismo del arte y el principio de sus artificios es comunicar la impresión de un estado ideal en el que el hombre que lo lograra sería capaz de producir espontáneamente, sin esfuerzo, sin debilidad, una expresión magnífica y maravillosamente ordenada de su naturaleza y de nuestros destinos."

Me gustó especialmente Monsieur Teste...

Esta entrada me ha inspirado voy a tocar el piano, ahora vuelvo...

Besicos

Lucía Robles dijo...

Buena elección. Decía Valéry que lo más profundo es la piel.

"Oui! grande mer de délires douée,
Peau de panthère et chlamyde trouée,
De mille et mille idoles du soleil,
Hydre absolue, ivre de ta chair bleue,
Qui te remords l'étincelante queue
Dans un tumulte au silence pareil

Le vent se lève! . . . il faut tenter de vivre!"


"Hydra absoluta, ebrio de tu carne azul"...
(...) ¡El viento se levanta!...¡es necesario intentar vivir!

Me gustaría que leyeses dos poemas dedicados a Paul Valéry, uno se titula "En Sète" y el otro "Tenter de vivre", están incluidos en un poemario premiado de un buen amigo y poeta.

Un beso.

Lucía Robles dijo...

A Paul Valéry el arte del novelista le resultaba inconcebible. André Breton recogió una frase de sus labios, y que luego dijo Jorge Guillén: "Paul Valéry... se negaría siempre a escribir: "la marquesa salió a las cinco.
Valéry dirá en torno a su preferencia por la poesía ante la prosa:

"Pero la poesía exige o sugiere un "Universo" muy diferente: universo de relaciones recíprocas, análogo al universo de los sonidos, en el cual nace y se mueve el pensamiento musical. En este universo poético la resonancia prevalece sobre la casualidad, y la "forma", lejos de desvanecerse en su efecto, es como reclamada por él. La Idea revindica su voz. (Resulta de ello una diferencia extrema entre los momentos constructores de prosa y los momentos creadores de poesía.) Así, en el arte de la danza, el estado del danzante, (o el del amante de los ballets) es el objeto de este arte, y los movimientos y desplazamientos de los cuerpos no tienen término en el espacio, ningún hito visible, ninguna cosa, que junta los anule; y a nadie se le ocurre imponer acciones coreográficas la ley de los actos no-poéticos (pero útiles), que es: efectuarse con la más grande economía de fuerzas, y según los caminos más cortos.
Esta comparación puede hacer sentir que ni la sencillez ni la claridad son absolutos en la poesía, donde es perfectamente razonable (y aun necesario) mantenerse en una condición lo más lejana posible de la prosa, aún perdiendo (sin mucho echarlos de menos) tantos lectores como sea necesario.

En suma: mientras un poema es más conforme a la poesía, menos puede pensarse en prosa sin perecer. Resumir, poner en prosa un poema, es simplemente desconocer la esencia de un arte.

Valéry era un escéptico a la imagen de "Monsieur Teste", un espíritu brillante sin opinión. Tuvo buenos maestros, entre ellos Mallarmé.

Esta noche te envío los poemas Luna.

Besos

Tomás dijo...

Qué recuerdos. La vie est vaste, étant ivre d´absence.

Saludos.