De las hojas caen árboles, que diga, gotas ácidas como muertos, como muertes diminutas, como uñas de luna (o leucocito). Jerseys negros. Cuello de cisne. Cuello vuelto. Cuello mordido: el aspecto violento del crítico o el avance hacia el oeste estéril o la tinta, tras la blusa transparente. Pero digo nada. Me fío más del aire que de cualquier palabra.
4 comentarios:
A ti sí que te van a partir los antiabortistas, chupatintas.
Sin quererlo vas y abres el poema, lo extiendes.
El perfume del pan...
Besos Luna,
Me fío más de la sombra del ruido y la furia del viento que del propio ruido del viento. Y del Sr. Samsa, pero esa es otra historia.
Tu poesía es lo mejor que he leído en mucho tiempo. Felicidades.
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