04 octubre 2009

Cuarentayochohorassinpleonasmos.



Escucho Muse casi como un antídoto ante la tristeza dominical. No tengo ganas de ir a la Universidad. Tampoco tengo ganas de saltarme las clases. Me duele la garganta y sin embargo bebo leche fría. Este fin de semana me he quedado sola. Le echo tanto de menos que he leído dos libros y medio. Beigbeder, Enzensberger, Matar en Barcelona y nada de poesía. Porque cuando uno echa de menos lo peor es leer poesía. ¿Quizá un poquito de Riechmann? Lo peor, en este momento, es leer poesía. Odio a Marianne Moore. Odio a Píndaro. Y vuelven los textos Públicos. Aún sin formato. Sin nombre. Sin ley. Vuelven semanales y distintos. Pero vuelven. Adiós septiembre. Me gusta octubre. La ventana es más bonita ahora. La ventana rosada. La jodida ventana: pública y hermosa. Aún quedan catorce horas para que él vuelva. Y ahora. ¿Leer qué?

12 comentarios:

Anónimo dijo...

no es leer mas,si no,escucharse

Rubén Darío Carrero dijo...

Recurre a la memoria soñadora.

Portinari dijo...

La poesía nos come a veces, en esos momentos de falta. La poesía es como la falta, a veces.

Yo odio los domingos. Y tampoco quiero saltarme las clases que tengo mañana. Quiero saltar de mi cama por la mañana y ver que estoy en el agua. Que el mar ha entrado por la ventana y me dice que me lleva ya con él.
Es demasiado soñar verse debajo de las olas.

Anónimo dijo...

lo que hoy es insoportable mañana sera un alivio

Edu dijo...

Nada es permanente, solo permanece en el hoy, inquieto por el mañana.
Me gusta tu estilo de graffitear palabras en los textos.
Un Saludo

Popi dijo...

Podrías leer el horóscopo, que nunca se sabe.

tricicle dijo...

Seguramente no sea este el lugar indicado, y sea la otra ventana en la que debería soltarlo. Pero allá va.

Estoy harta, de que la gente ataque personalmente a quien se atreve a escribir y le han dado el lugar. En concreto a ti.
Estoy harta de ver que van siempre hacia el mismo terreno y de saber que seguramente si fueras un tio, preferiblemente canoso, con barba y el bigote rubio por la nicotina, a ellas se les caerían las bragas y ellos estarían dispuestos a comérsela.

Pero eres mujer, muy joven, seguramente más culta que la media de tus lectores, sabes escribir y para colmo eres mona. Éso debe escocerles.

Espero que puedas con ellos y que dures mucho. Te animo desde aquí, si sirve de algo.

Y que les den, joder.

Luna Miguel dijo...

De la gente que solo quiere herir hay que pasar. Desde luego, voces como la tuya dan mucho animo. Sobre todo ahora que he vuelto a Publico y, como sabes, los trolls en verano fueron muchos.

Un beso enorme.

Gerard dijo...

Felicidades por el retorno a Público. Si te apetece pasa por mi blog, he "linkado" el nuevo video de Joe Crepúsculo, que es absolutamente genial, le alegra el día a cualquiera.

Anónimo dijo...

Bau-del-Aire: Tedium Vitae para dummies.

Liquem Nuc dijo...

La lectura como pharmakon... sí, alguna hemos tragado (y tragaremos, sospecho)

Anónimo dijo...

Las ausencias duelen y la poesía no ayuda. Es un hecho.
Los fines de semana sin alguien yo los soluciono con libros y alguna película (preferiblemente comedias, no voy a ver Stroszek, por mucho que me guste, que luego viene el idiota).
Si son semanas enteras, toco la guitarra y me encierro a escuchar música.
Si son meses, decido deprimirme. Es una forma de combatir la depresión: dejarla estar, que se apodere de ti. Si no te opones a ella, se va antes.
Si sé que se ha ido para siempre, lloro un cuarto de hora y a otra cosa, mariposa.
Las largas ausencias no tienen por qué ser las más dolorosas.

PD: Vaya coñacito he soltado, ¿no?