10 septiembre 2009

No dejes que los niños lean a Bukowski.





Porque les va a salir sarpullido y barba. Y granos por toda la cara. Y botellas de vino por la boca. Y pájaros azules por el sexo. Y libros quemados en las manos. Y máquinas de escribir en el corazón.

13 comentarios:

Más claro, agua dijo...

Y entenderán, en toda su amplitud, lo que es la libertad. Esa cosa tan peligrosa...

;-)

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

¿Cómo se extirpa una máquina de escribir del corazón?

Marta María López dijo...

Pues por eso sí tienen que leerlo, hay que dárselo en los biberones o inyectárselo en vena como si fuese una vacuna. Vacunarlos contra la idiotez.

Javier M. Calvo Martínez dijo...

Bukowski está sobrevalorado.

Sol dijo...

Me encanta!! Un post fenomenal este.

Saludos.

dediego dijo...

¿Nirvana? Las ruedas sobre la nieve...

Babs dijo...

Y lagrimicas de barro, como el niño que mezclaba cacao en polvo y leche en la boca y lloraba colacao.

Mezclo Whitman y Postishead. Me siento repelente y triste de serlo y de ser.

Toribio Suerte Zahurdillas dijo...

Has olvidado la causa principal por que no se debe hacer...

Luego, esos bebés crecerán y les enviarán emilitos a sus profesores preguntándoles por los problemas de la asignatura, adjuntando cuentos de ese señor...

Basado en hechos verídicos...

Rafael J. Santos dijo...

No dejéis que lo lean, dejarán de ser niños.

Un saludo

Dylan Forrester dijo...

A veces es mejor que lo lean, para que aprendan :)

Pez Susurro dijo...

precioso...

Anónimo dijo...

No lo necesitan.

Capitán Greg dijo...

Si te gusta Bukowski, te gustará la poesía de Roger Wolfe y de Karmelo C. Iribarren, que pasan por ser dos de los más destacados discípulos suyos aquí, en España.

Y si alguna vez te has preguntado por qué eres como eres, y por qué te gustan unos artístas, y otros no. Sólo puede responderte un genio. Y ese genio se llama Jean Nicolas Arthur Rimbaud, el paradigma del enfant terrible, el príncipe de los malditos, el gurú de la modernidad y el poeta más grande de todos los tiempos.