11 febrero 2009

13. Consulte al farmacéutico.


Vacaciones. Vuelvo a Almería. A esa especie de Ville Anodine con playa e invernaderos. Vuelvo y no sé quién me espera. Qué encontraré después de tanto tiempo (lo adivino: un aloe seco, una pared roja, un vómito en la esquina de la plaza Masnou). Finjo cara de sorpresa, finjo el miedo que la luz provoca, mientras preparo la maleta. Vacaciones. Necesarias tras varias semanas de trabajo y laberintos.
Surgen dudas a la hora de elegir el vestuario, los libros o la cantidad de insulina que voy a llevar. Opto por el negro estricto, la poesía breve de Lola Font y un par de Humalog sin estrenar. Hay algo curioso en los poemas de la Font, algo sintomático y premonitorio. Imitando las informaciones farmacéuticas de ciertos medicamentos, Lola establece una serie de reglas oscuras que, como ella anunciaba en uno de sus versos, ahora también se vuelven contra mí. Los investigué a fondo: la hipocondría, la mentira, los títulos en italiano, voglio partire di questa pianeta, los agujeros de un cuarto viejo.
Leo a Lola Font y me leo a mí misma. Ella quiere huir del planeta. Yo quiero marcharme de La Gran Cacharrería. Ella dice no estar enamorada. Yo me balanceo en lo indescriptible. Ella sabe cantar en diferentes idiomas. Yo, hoy, detesto las lenguas romances. Y vuelvo al desierto. Al cuarto del que ella escapa. Y sé que la luz que las persianas de mi casa filtran, tampoco me hará daño.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues será un placer verte por aquí, aunque tú no puedas verme. Disfruta de esta ciudad arrabalera y suicida unas veces, elegante y distante, otras.

Un beso.

Anónimo dijo...

Disfruta de tus vacaciones, de tu cuarto y de Lola Font. Estoy seguro de que, al menos dos cosas, son merecidas...

Un abrazo.

Cucaracha Amarilla (Vladimir Poliakov) dijo...

Las vacaciones son siempre una trampa mortal.

El tiempo libre en general es engañoso, y encima nunca vueles a casa, por un simple concepto temporal. Nadie vuelve, siempre va, porque nadie puede retroceder en el tiempo.

Nadie vuelve nunca a ningún sitio.

Anónimo dijo...

... Almería y su amor-odio, una droga que empica.

Anónimo dijo...

Bonitas palabras, aunque creo que pertenecen a una lengua no inventada.

Helena dijo...

Vicky y yo hemos preparado nuestro viaje al desierto también.
Vamos a robarle el descapotable a mi abuela y road trip!
Pásalo bien y suerte con los fantasmas.
xxx

Lara dijo...

Buen viaje a la luna, pequeño pájaro.

Stalker dijo...

Siempre vuelve uno a casa como un insecto.