He empezado a leer a Patricia de Souza. Luego he pegado un mordisco al cruasán. He tratado de escribir algo público, digno de mi enfermedad, he sacado dinero y he hecho la maleta. He escuchado el nuevo disco de Air. He visto cómo Mandy Morbid me hacía una felación a mí. A mí que me gusta hablar del Cambio Climático. A mí que me gusta viajar acompañada. A mí, que estoy sola y soy egoísta. He empezado a leer Los dedos de Eros. He empezado a leer Vice: o cómo chupar pollas. He empezado demasiadas cosas. Y todas (incluso ese poema) acabarán en mi boca.
deleitarán la lengua las amigdalas, bajara por el estomago y posará mil dias, en las venas, en las cuchillas ...
ResponderEliminarinti
inti en kichua es sol
ResponderEliminaratt. inti
qué bestia
ResponderEliminarqué genial
a veces tragar cuesta mucho
y se queda todo en la garganta
y se forma un ecosistema de dudas
de egoísmo y defectos...
a veces
Manzanilla para pasar el trago.
ResponderEliminar¿Has escuhado la banda sonora de "LAS VIRGENES SUICIDAS"?, es de Air, muy buena.
ResponderEliminarMi enhorabuena, sigue escribiendo así. Pásate por mi blog si te apetece.
ResponderEliminarhttp://diosesterrorista.blogspot.com/
Comenzar no siempre es fácil.
ResponderEliminarEntiendo ese egoísmo como algo sano, totalmente sano.
Damián
...Chère Lune...
ResponderEliminar...Hoy te homenajeaba en mi casa, con pantuflas, con cariño, con música: http://miguelangelmaya.blogspot.com/2009/12/eso-tan-parecido.html
...y te lo cuento, y te escucho...
Recuerdo una frase de una amiga de Andy Warhol en uno de esos miles de docus, perdona que no me moleste en recuperar cúal (también sale en Hard On de M.A. Martín) que dice: "Sé que un hombre me ama cuando no se corre en mi boca."
ResponderEliminarA clap for that
El temblor
ResponderEliminarLa lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz,
bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.
Valente