Yo, Patricia, no soy multitud, ni me arrastro como ese monstruo ciego que dices ver colarse por las bocas del Metro día tras día, noche sí y noche tampoco, según llovizne o se agrave la polución de ondas electromagnéticas que inflaman la atmósfera y nos hinchan de displacer los corazones.
Primer rasgo cadavérico-oligofrénico del paciente observado de cerca y de lejos: odia las Multitudes; sufre rodeado de alientos que se enrarecen al evaporarse mecidos por la brisa; intuye, ansioso siempre, que esas cabezas privilegiadas viven por vivir existencias mucho más plenas que las suyas…
Yo, Patricia, no soy multitud, ni me arrastro como ese monstruo ciego que dices ver colarse por las bocas del Metro día tras día, noche sí y noche tampoco, según llovizne o se agrave la polución de ondas electromagnéticas que inflaman la atmósfera y nos hinchan de displacer los corazones.
ResponderEliminarPrimer rasgo cadavérico-oligofrénico del paciente observado de cerca y de lejos: odia las Multitudes; sufre rodeado de alientos que se enrarecen al evaporarse mecidos por la brisa; intuye, ansioso siempre, que esas cabezas privilegiadas viven por vivir existencias mucho más plenas que las suyas…
¿Escuchaste a los Punsetes?
ResponderEliminarSon difíciles al principio, y siempre.
La literatura, es la extension del alma en un serial de palabras.
ResponderEliminarUn Saludo
por favor, que alguien diga —además de lector mal-herido— ue kureishi es una puta basura
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